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Flamante recorrido de algo por mi mente

“Tratando la paz mental es lo más importante”, Bayardo Quinto Núñez
Bayardo Quinto Núñez
miércoles, 28 de agosto de 2024, 12:23 h (CET)

A mi madre Amanda Rosa Núñez Cerda (Q.E.P.D)


¿Quién puede sentir mi dolor? solamente mi madre, que me defendía mejor que cualquier abogado para hacerlo con todos sus secretos de amor. En consecuencia, que hubiera sido si mi madre no actuaba, a lo mejor una catástrofe o quizá a saber qué. Reflexionando y actuando sobre mi viaje haciendo un recorrido por mi mente, he logrado encontrar y comprender que, estoy lleno de emociones, gratitud y asombro por lo que nos hemos desplazado de común acuerdo y lejos hemos llegado juntos donde hemos querido y donde la realidad nos ha lanzado.


Rememoro, era solo un adolescente, en el inicio que empecé con la música, un sueño, ser violinista, pero con el paso del tiempo descubrí, que para mi madre ese era su gran secreto, que yo llegase a ser violinista, músico como mi padre Amando Quinto Jirón. Mi madre me lo inculcaba insistentemente. Con los años y años lo descubrí.


La determinación   iba floreciendo.  Los primeros días, momentos, semana eran preocupantes, eran crudos, pero de aprendizaje. No trabajaba, apenas también iniciaba el ¡Arte De La Zapatería! como alistador. Lo de la música para mí en esos años mozos era incansablemente para hacer oír mi violín, en personas que no siempre estaban listas para ello. Violín que me robaron en Costa Rica unos músicos nicaragüenses en el año 1978. Bueno, ellos ya es historia irreversible como muchas.


En esos años vertí mi corazón en la esperanza, con la ilusión de crear algo que se sintiera más allá de los límites de la música, ese era el inicio de algo muy especial, eran simples anhelos. Para mi asombro, lo iba logrando, y muchos se iban convenciendo de mis hermosas emociones, algunos (as) lo abrazaron y lo hicieron suyo, en ese momento fue el comienzo de algo espléndido y especial, ello era mi himno incipiente.


Conforme transcurría ese tiempo ido, para mí era un réquiem, de algo así como una “auto-aceptación” y amor puro ante la adversidad para irlas tratando. No era una revista, ni álbum, era el latido del corazón, como un viaje en diferentes facetas de las arterias de mi alma. Y, así pasaba y pasaba el tiempo, en sus días, semanas, meses como una exploración personal, familiar de mis raíces y de aquellas personas afables que me iban dando forma y contenido a mi vida, apoyándome e igual mi madre y hermanos (as)


Esa época fue una experiencia deslumbrante, vibrante y curativa después de un tiempo de oscuridad, por la dimensión en los laberintos de la pobreza, pero eso era irrelevante porque tenía a mi madre y hermanos (as) que me apoyaban fuertemente, formándose así cada proyecto en un pedazo de mi historia, y a pesar de los sabores y sinsabores ustedes colaboraron que no fuera y fuera, han sido mis constantes, compañeros contradiciendo y otros aceptando con sus elogios certeros, es decir, unos para construir y otros para destruir, ese es el mundo y sus bemoles, pues para nadie el camino es fácil. Empero. En esa época hubo momentos de alegría y en otras ocasiones de dolor, en donde mi madre salía al frente y arrojaba sus secretos sanos para ejercer legítima defensa a mi favor ante esas adversidades; a yo veces dudaba de mí mismo y también existieron tiempos que me sentía invencible como joven del momento, esto es como una montaña rusa o cualquier otra montaña, donde para inmiscuirse ha requerido del tesón, resistencia, coraje y una creencia en el futuro.


Y fue indudable que, fui objeto de críticas irreparables, a lo cual jamás le he puesto mente, porque si no nunca hubiese logrado lo que he es a la fecha; sin querer ser santa paloma, esos no existen, porque unos tienen cola larga, otros pequeñas y otros más pequeñas, pero siguen siendo cola. Y, por otra parte, he experimentado la emoción de saber y creer que estamos creando algo poderoso juntos, quizá me equivoque, pero no creo porque todo va en buena marcha y sobre el camino, aunque a ciertos o muchos les duela.


Lo que me mantiene o nos mantiene en marcha son las historias, el amor, querer hacer buenas y sanas cosas, y la pasión, en donde mis o los recuerdos me dicen: “que la música, es la música, pero es algo más que, sonidos, pentagrama, bemoles, sostenidos, anacrusa, compases, acentos, golpes, corcheas, semicorcheas,  notas musicales, esencialmente constituye una línea de vida realista, una forma de expresión motivadora de emociones, y una manera de conectar con la profundidad de la mente en lo más profundos de sus entrañas”. Esa es la muestra de ayer, hoy y siempre. Todo esto como vaso comunicante con las Artes y la vida cotidiana, que es donde está lo precioso del sabor.


No es o son pequeños ni grandes monstruos, es la realidad, porque no es posible dispararse al propio pie, esa era la regla de oro, su gran secreto de mi mamá que ahora (Q.E.P.D) entre muchos más.


Biodatos de Bayardo Quinto Núñez. Escritor, Pintor, Músico y Lic. En Ciencias Jurídicas y Sociales. Nicaragüense.


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