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Destruirlo todo es una buena manera de volver a empezar. De las ruinas salen excelentes negocios

Ideas de izquierda para un mundo nuevo

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No es necesario ser boba o lerdo para levantarse cada mañana y desde la ingenuidad autoconsciente, responsable y crítica tirar de la vida para intentar cambiar el mundo a mejor.


La izquierda como fenómeno político emergente en la Revolución Francesa del siglo XVIII que acabó con el Antiguo Régimen aristocrático y estamental y como proceso histórico de masas trabajadoras convertidas en clase social y sujeto político revolucionario cristalizados en la Revolución Industrial de Gran Bretaña donde puso sus cimientos el régimen capitalista, siempre ha estado en crisis.


El capitalismo ha demostrado a lo largo de interminables décadas de hegemonía que es prácticamente indestructible: de cada crisis sale fortalecido hasta el siguiente colapso. Así, no se sabe hasta cuándo.


Hoy campa por sus respetos militaristas y sus cañones financieros por la ancha globalidad del mundo, casi sin oposición ideológica, salvo la China ascendente hasta no sabemos dónde.


El monólogo imperialista lo domina el discurso de Washington con sus satélites de la OTAN, la Unión Europea, las dictaduras árabes petrolíferas, la sionista Israel, la incógnita silenciosa de Japón y la expectativa a futuro de la vasta India de aromas contradictorios. Enfrente, la pujanza económica de China, el oso venido a menos de Rusia y Brasil, el país siempre a punto de despegar pero que siempre se queda a medio camino de llegar a la cima.


Con el derrumbe de los países comunistas de la órbita de la URSS y con el olvido de las tesis revolucionarias de Karl Marx, la izquierda posible se adaptó al neoliberalismo como colaborador necesario dejando un margen muy estrecho a las posturas rupturistas con el sistema capitalista.


Cierto es que el feminismo ha tenido un auge extraordinario y que otros movimiento sociales de carácter transversal o sectorial (LGTBIQ +, antirracismo, por una vivienda digna y contra los desahucios, los diversos ecologismos más o menos verdes, rojiverdes o casi azules o pardos...) han servido de oposición crítica o velada al capitalismo realmente existente. Sin embargo, el concepto de clase y la utopía por un nuevo nundo se han desvirtuado tanto que no se parecen en nada a sus orígenes revolucionarios.


La izquierda después de 1989, tiempos de Reagan y Thatcher, se ha vuelto reformista o socialdemócrata, esto es, ha adoptado una postura complementaria y manejable para las elites dominantes de las derechas y ultraderechas internacionales. Y lo peor de todo es que de esas rebajas ideológicas vino la derrota casi total del estado del bienestar y la conculcación parcial de derechos sociales fundamentales (pensiones públicas, sanidad pública, educación pública, transportes públicos, viviendas públicas, medios de comunicación públicos, agua pública...).


Se ha privatizado casi todo, pero las elites y el fascismo quieren más, o sea, todo, que el ser humano trabajador esté desnudo para ser comprado a precio-salario lo más bajo posible. Cuanta más necesidad haya, menos derechos reivindicará la clase trabajadora. Con salvar su propio pellejo será más que suficiente. La solidaridad de clase se esfumará de un plumazo.


Desde la ingenuidad consciente de sí misma, queremos aportar algunas ideas troncales de carácter muy general que bien pudieran servir de base no dogmática para futuras discusiones de un programa común de izquierdas a escala mundial.


Por supuesto, sabemos que todo es conflicto, que los de arriba jamás concederán un resquicio de su poder ni ripios de sus ingentes recursos económicos sin la presión constante de los de abajo.

Sabemos que todo es movimiento en el universo, que las fotos fijas son estados que reflejan siempre el pasado, el instante anterior, lo que ya ha sucedido.


Teniendo en cuenta esos límites políticos y filosóficos, aun con todo, nos atrevemos a proponer 12 ideas para el debate.


Todos y todas somos vulnerables


Desde el nacimiento a la muerte no hay ninguna persona invulnerable ni libre de contraer enfermedades o de pasar por momentos de miseria severa. Las situaciones intermedias y combinadas son millares.


Los seres humanos somos animales sociales, nos necesitamos unos a otros y viceversa. El individualismo a ultranza y el yo egoísta son artefactos ideológicos del liberalismo político y económico que buscan vender la quimera de la libertad como meta vital de todo el mundo.

Todos contra todos es una solemne estupidez elevada a rango de gran idea filosófica por intelectuales orgánicos y portavoces de la burguesía y las clases pudientes.


El planeta Tierra es de todo el mundo porque no es de nadie


La Naturaleza no tiene dueño, salvo para creyentes monolíticos y recalcitrantes. Es falso que la propiedad privada sea una institución histórica que ha acompañado al ser humano desde los albores de los primates precursores.


La propiedad privada es un mito bien alimentado ideológicamente por las clases nobles o altas de todos los tiempos. Nació del robo de las tierras en común labradas por el antiguo campesinado.


Al margen de los mitos, creencias e ideologías elaboradas por las castas dominantes para someter a los subyugados sufridores de abajo, los dos recursos principales para manteber el orden establecido han sido el sable de las milicias regulares o mercenarias y la propaganda religiosa o la publicidad y el marketing de nuestros días.


Propiedad social versus propiedad privada


Esta idea es un desarrollo más al detalle de la anterior.


Si la Tierra no tiene amo, dividirla en partes privadas tampoco tiene sentido alguno. La propiedad privada busca el lucro personal mientras que la propiedad social se basa en el beneficio social en común. La propiedad social puede conjugarse de varias formas: estatal, municipal, comunitaria, mediante cooperativas de trabajo...


El objetivo sería erradicar la explotación laboral. Sigue de plena actualidad el grito del campo de la tierra para quienes la trabajan, máxime ahora que las grandes multinacionales se están adueñando de los terrenos más fértiles para cultivar y exportar monocultivos en detrimento de la seguridad alimentaria de las poblaciones autóctonas.


El hambre en el mundo tiene culpables: la gran industria alimentaria transnacional que solo quiere beneficios inmediatos para sus inversiones multimillonarias. Mientras Occidente consume, los países de la periferia pobre pasan hambre y sed y se tragan los malos humos de la depredación fabril y antiecológica de los emporios corporativos de capital occidental.


Primeras necesidades siempre cubiertas con carácter universal


Comer caliente cada día sin pensar si mañana tendré algo que llevarme a la boca, vivir bajo un techo digno, aportar con mi trabajo al esfuerzo común con empleos fijos y decentes, educación y sanidad públicas y accesibles...


Todo lo que pueda guarecerse bajo el rubro de primera necesidad debe ser garantizado por ley.

Estos derechos han de ser irrenunciables y cualquier Estado debe ser garante y valedor de ellos. Los organismos internacionales han de ser cooptados desde su propio electorado natural por líderes de base de cada país de reconocido prestigio en sus respectivas comunidades. La burocracia siempre estará supeditada a las decisiones soberanas y democráticas de las personas elegidas por sus pueblos o países.


Sin democracia participativa y de base, los sistemas democráticas son meras tecnologías o mecanismos de poder al servicio de las clases altas y con dinero, la mayor parte evasores fiscales en paraísos que roban los recursos a los pueblos de origen.


Igualdad en la diversidad


Que todos los seres humanos pertenecemos a la misma familia animal es una evidencia científica tanto como que cada individuo presenta rasgos únicos que le distinguen de los otros. Otra obviedad de andar por casa.


Sin embargo, los otros como concepto cultural ha segregado a la Humanidad en nosotros/as y ellas/os. Los autóctonos y los bárbaros. La raza blanca y las razas inferiores. Estas divisiones son ideológicas y políticas: su único fundamento es es preservar el dominio natural a la vez que ficticio de unos sobre otros (o de unos sobre otras).


No hay razas, la diversidad se explica por la adaptación a cada hábitat particular y a la endogamia de los grupos étnicos. En realidad, la pureza racial como tantas otras purezas o sangres límpidas de distinto signo, son verdaderas entelequias sin ninguna base racional o empírica. En la vida todo es mezcla: remontemos en nuestro árbol genealógico y verifiquemos nuestros diversos y remotos ancestros hasta elevarnos como podamos al árból de los pioneros homínidos.


¡Ay, la evolución darwiniana! Ojo con las teorías de Darwin que pueden ser leídas de manera torticera para sostener falazmente la hegemonía de la superior raza blanca. El llamado convencionalmente darwinismo social ciega la capacidad analítica de los hooligans supremacistas.


Feminismo plural para combatir todos los modos viejos y renovados de ser machista


Otra evidencia histórica es la supeditación de la mujer al hombre. Los estereotipos de dominio actual se siguen sosteniendo contra viento y marea en las tradiciones seculares, las retrógradas dogmáticas de las religiones monoteístas (sobre todo) y en la publicidad engañosa que continúa vendiendo memes machistas envueltos con ideas superficiales feministas sacadas de contexto,

La violencia de género persiste contumaz en todos los países a pesar de las reivindicaciones femenistas y de las conquistas y avances sociales conseguidos en casi todo el mundo.


Hombres asesinan mujeres por razones ideológicas y culturales. Asesinan, violan, agreden, abusan, humillan... Suma y sigue.


Desde un progresismo light se dice que la mujer ya ha alcanzado la igualdad con el hombre, al menos sobre el papel legal. Si no cambian las mentes, el papel será mojado y los derechos de hoy pueden convertirse en vacíos legales de mañana mismo. La misoginia de los fascismos varios tiene en el punto de mira al femenismo. La mujer de siempre, atada al hogar, sumisa esposa, obediente hija y madre cariñosa, es el prototipo bien de las clases cuquis.


Cualquier retroceso del feminiso es un teroceso general del progresismo en su totalidad.


Más y mejor ciencia social, mejor y más artes populares


Ciencia libre, sí, pero ciencia al servicio de las necesidades de los seres humanos y no de los intereses de las corporaciones privadas. Ciencia para vivir mejor. Ciencia con objetivos claros y democráticos.


Fuera las patentes privadas, sobre todo a favor de los grandes emporios farmacéuticos y de empresas multinacionales de sectores y servicios estratégicos: energía, alimentación, salud en general...


El cultivo de la espiritualidad debe estar asegurado para todo el mundo. El arte no debe ser un privilegio de elites áureas y sofisticadas. La obra de arte debe dejar de ser un objeto mercantil para transformarse en una perspectiva única, personal e intransferible de su autor o autora que nos aporte visiones singulares sobre el sentido profundo de la vida.


El concepto de autoría también ha de ser reescrito. El autor ególatra y endiosado es un producto más de la sociedad de consumo. Casi toda obra artística es fruto de un proceso que supera la mente y las manos ejecutantes. Hasta llegar al producto final, el o la artista ha tenido que beber en múltiples fuentes o bien ha parido una obra solipsista que solo ella o él puede entender.


Arte y ciencia deben formar parte activa de la comunidad social que les da aliento y cobijo.


Desarme global sin pacifismos sofistas


Desarme multilateral y cultura activa de la paz, resolviendo conflictos en las mesas de negociación.

Para que todo ello sea realidad deben empezar primero las potencias militares hegemónicas de pasado colonialista: EEUU, Reino Unido, Francia, Alemania, Japón y también China y Rusia. Es imprescindible igualmente descapitalizar las grandes industrias de armamento.


Las decisiones pacifistas espontáneas y buenistas deben ser sopesadas con detenimiento: lo habitual es que cuando se expone la mejilla derecha el enemigo también abofetee la mejilla izquierda. La ética pacifista es impecable, al igual que las heroicas huelgas de hambre, si bien, eso dice la historia, la veleidosa política siempre o casi siempre suele doblegar a la ética o moral más justa y altruista. Los buenos solo y siempre ganan a los malos (los blancos anglosajones a los taimados indios) en las películas del Oeste made in Hollywood.


El desarme ha de ser real, comprobable y recíproco. La ONU debe mantener un ejército multinacional para crisis de especial relevancia o gravedad, preservando injerencias o invasiones militares de países imperialistas en terceros países de su entorno geopolítico.


En paralelo al desarme, las Naciones Unidas deben suprimir el derecho a veto de privilego y bloqueo en el Consejo de Seguridad de EEUU, China, Rusia, Francia y Reino Unido. Estos países dejarán de ser miembros natos del susodicho organismo de la ONU.


Mundo laico multicultural y creencias privadas


Cada cual puede tener las creencias religiosas o espirituales que quiera. Eso sí, la fe no debe interferir las constituciones o leyes fundamentales de ningún país. Nadie puede sufrir discriminación por su credo religioso pero tampoco ningún credo religioso podrá imponer sus dogmas propios. Ateos, agnósticos y creyentes gozarán del mismo estatus legal. Los Estados serán neutrales en materia religiosa y las manifestaciones de los cultos religiosos se harán en privado.


Los bienes de las congregaciones estarán sujetos a los regímenes fiscales ordinarios de cada país. No estará permitida ningna exención o exacción fiscal o beneficio privado ilegítimo.


Los cultos privados no formarán parte de la educación pública, que será enteramente laica y basada en preceptos científicos sin tomar partido por prácticas espirituales o religiosas concretas.


Menos es más o decrecer con inteligencia


Estamos comiéndonos la Tierra a una velocidad en la que el planeta no puede regenerarse. Además, estamos alterando su ecosistema con el denominado cambio climático.


El modo o estilo de vida capitalista y consumista a ultranza de Occidente y otros países ricos nos está matando poco a poco. Es una evidencia avalada por la ciencia. Los negacionistas siempre son del mismo bando: los fascismos, las derechas, la progresía low cost de estética globalista y posmoderna, las multinacionales, el empresariado, los latifundistas, las jerarquías eclesiásticas trasnochadas y gentes idiotas que solo van a lo suyo y ven únicamente lo que tienen delante de sus ojos.


Democracia participativa y debate social permanente


Democracia participativa directa en comunidades y pueblos pequeños. De esta manera las decisiones se tomarán por mayorías cualificadas desde la base territorial de menor tamaño.

La democracia debe ser de ida y vuelta, ir de abajo arriba y volver otra vez desde las alturas metafóricas a poner pie en la tierra desde donde partió.


Para que la democracia auténtica eche raíces culturales profundas y dé sus mejores frutos es necesario que el debate sea permanente y rico en matices e iniciativas. Para que ello se haga realidad es imprescindible que existan medios de comunicación de base social, local y comunitaria elaborados no por profesionales de la comunicación sino por las propias gentes de abajo o ciudadanía del común.


La democratización de los mass media es urgente en todo el mundo. Las multinacionales que confeccionan a medida los discurosos crean la opinión pública, siempre favorable a los intereses del poder establecido.


Ecología y consumo responsable


Decrecer y ecología van de la mano, pero ecología es un término más amplio: hablamos de hábitats naturales, urbanismo, relación con otros seres vivos...


El consumo responsable es un asunto complejo que precisa erradicar cosumbres de compra muy interiorizadas en las gentes de todo el mundo. Racionalizar el consumo y comprar solo lo necesario es inmensamente difícil. La mayoría piensa que reducir el consumo es aminorar la calidad de vida.


Compramos por inercia, por mimetismo, por impulsos de la moda y por estatus. La confusión entre lo imprescindible y lo superfluo es colosal, de ahí que ante el suculento escaparate capitalista el que más y el que menos siempre sucumbe y deja el consumo responsable para mañana.


Procastinar y consumo responsable riman la mar de bien, no obstante es importante tomar medidas políticas para que la buena vida no sea sinónimo de despilfarro y desmesura consumista.


Las ideas aquí reflejadas deber articularse en función de cada realidad geográfica y social, pero sería de suma importancia que se establecieran diálogos internacionales entre diversas fuerzas de izquierda para coordinar experiencias locales y establecer un corpus mínimo consensuado en aras de una gobernanza mundial armónica y equilibrada que nos permitiera alcanzar una sociedad plural e igualitaria donde todos y todas cupiéramos sin privilegios ni discrimaciones reales o potenciales.


Ese mundo soñado o pensado está lejos. Sin duda alguna. No obstante, o empezamos a caminar desde ahora mismo hacia esa utopía sin nombre o los fascismos que ya están pululando en las esferas de poder alumbrarán un nuevo cataclismo en forma de Tercera Guerra Mundial.


No son vaticinios milenaristas sino sencillas constataciones de observar las derivas históricas de las agudas crisis capitalistas: destruirlo todo es una buena manera de volver a empezar. De las ruinas salen excelentes negocios. Miremos la historia grande y extraigamos consecuencias propias sin interferencias ajenas.


Sé conscientemente ingenuo: no te dejes engañar.

Ideas de izquierda para un mundo nuevo

Destruirlo todo es una buena manera de volver a empezar. De las ruinas salen excelentes negocios
Armando B. Ginés
viernes, 6 de septiembre de 2024, 09:44 h (CET)

No es necesario ser boba o lerdo para levantarse cada mañana y desde la ingenuidad autoconsciente, responsable y crítica tirar de la vida para intentar cambiar el mundo a mejor.


La izquierda como fenómeno político emergente en la Revolución Francesa del siglo XVIII que acabó con el Antiguo Régimen aristocrático y estamental y como proceso histórico de masas trabajadoras convertidas en clase social y sujeto político revolucionario cristalizados en la Revolución Industrial de Gran Bretaña donde puso sus cimientos el régimen capitalista, siempre ha estado en crisis.


El capitalismo ha demostrado a lo largo de interminables décadas de hegemonía que es prácticamente indestructible: de cada crisis sale fortalecido hasta el siguiente colapso. Así, no se sabe hasta cuándo.


Hoy campa por sus respetos militaristas y sus cañones financieros por la ancha globalidad del mundo, casi sin oposición ideológica, salvo la China ascendente hasta no sabemos dónde.


El monólogo imperialista lo domina el discurso de Washington con sus satélites de la OTAN, la Unión Europea, las dictaduras árabes petrolíferas, la sionista Israel, la incógnita silenciosa de Japón y la expectativa a futuro de la vasta India de aromas contradictorios. Enfrente, la pujanza económica de China, el oso venido a menos de Rusia y Brasil, el país siempre a punto de despegar pero que siempre se queda a medio camino de llegar a la cima.


Con el derrumbe de los países comunistas de la órbita de la URSS y con el olvido de las tesis revolucionarias de Karl Marx, la izquierda posible se adaptó al neoliberalismo como colaborador necesario dejando un margen muy estrecho a las posturas rupturistas con el sistema capitalista.


Cierto es que el feminismo ha tenido un auge extraordinario y que otros movimiento sociales de carácter transversal o sectorial (LGTBIQ +, antirracismo, por una vivienda digna y contra los desahucios, los diversos ecologismos más o menos verdes, rojiverdes o casi azules o pardos...) han servido de oposición crítica o velada al capitalismo realmente existente. Sin embargo, el concepto de clase y la utopía por un nuevo nundo se han desvirtuado tanto que no se parecen en nada a sus orígenes revolucionarios.


La izquierda después de 1989, tiempos de Reagan y Thatcher, se ha vuelto reformista o socialdemócrata, esto es, ha adoptado una postura complementaria y manejable para las elites dominantes de las derechas y ultraderechas internacionales. Y lo peor de todo es que de esas rebajas ideológicas vino la derrota casi total del estado del bienestar y la conculcación parcial de derechos sociales fundamentales (pensiones públicas, sanidad pública, educación pública, transportes públicos, viviendas públicas, medios de comunicación públicos, agua pública...).


Se ha privatizado casi todo, pero las elites y el fascismo quieren más, o sea, todo, que el ser humano trabajador esté desnudo para ser comprado a precio-salario lo más bajo posible. Cuanta más necesidad haya, menos derechos reivindicará la clase trabajadora. Con salvar su propio pellejo será más que suficiente. La solidaridad de clase se esfumará de un plumazo.


Desde la ingenuidad consciente de sí misma, queremos aportar algunas ideas troncales de carácter muy general que bien pudieran servir de base no dogmática para futuras discusiones de un programa común de izquierdas a escala mundial.


Por supuesto, sabemos que todo es conflicto, que los de arriba jamás concederán un resquicio de su poder ni ripios de sus ingentes recursos económicos sin la presión constante de los de abajo.

Sabemos que todo es movimiento en el universo, que las fotos fijas son estados que reflejan siempre el pasado, el instante anterior, lo que ya ha sucedido.


Teniendo en cuenta esos límites políticos y filosóficos, aun con todo, nos atrevemos a proponer 12 ideas para el debate.


Todos y todas somos vulnerables


Desde el nacimiento a la muerte no hay ninguna persona invulnerable ni libre de contraer enfermedades o de pasar por momentos de miseria severa. Las situaciones intermedias y combinadas son millares.


Los seres humanos somos animales sociales, nos necesitamos unos a otros y viceversa. El individualismo a ultranza y el yo egoísta son artefactos ideológicos del liberalismo político y económico que buscan vender la quimera de la libertad como meta vital de todo el mundo.

Todos contra todos es una solemne estupidez elevada a rango de gran idea filosófica por intelectuales orgánicos y portavoces de la burguesía y las clases pudientes.


El planeta Tierra es de todo el mundo porque no es de nadie


La Naturaleza no tiene dueño, salvo para creyentes monolíticos y recalcitrantes. Es falso que la propiedad privada sea una institución histórica que ha acompañado al ser humano desde los albores de los primates precursores.


La propiedad privada es un mito bien alimentado ideológicamente por las clases nobles o altas de todos los tiempos. Nació del robo de las tierras en común labradas por el antiguo campesinado.


Al margen de los mitos, creencias e ideologías elaboradas por las castas dominantes para someter a los subyugados sufridores de abajo, los dos recursos principales para manteber el orden establecido han sido el sable de las milicias regulares o mercenarias y la propaganda religiosa o la publicidad y el marketing de nuestros días.


Propiedad social versus propiedad privada


Esta idea es un desarrollo más al detalle de la anterior.


Si la Tierra no tiene amo, dividirla en partes privadas tampoco tiene sentido alguno. La propiedad privada busca el lucro personal mientras que la propiedad social se basa en el beneficio social en común. La propiedad social puede conjugarse de varias formas: estatal, municipal, comunitaria, mediante cooperativas de trabajo...


El objetivo sería erradicar la explotación laboral. Sigue de plena actualidad el grito del campo de la tierra para quienes la trabajan, máxime ahora que las grandes multinacionales se están adueñando de los terrenos más fértiles para cultivar y exportar monocultivos en detrimento de la seguridad alimentaria de las poblaciones autóctonas.


El hambre en el mundo tiene culpables: la gran industria alimentaria transnacional que solo quiere beneficios inmediatos para sus inversiones multimillonarias. Mientras Occidente consume, los países de la periferia pobre pasan hambre y sed y se tragan los malos humos de la depredación fabril y antiecológica de los emporios corporativos de capital occidental.


Primeras necesidades siempre cubiertas con carácter universal


Comer caliente cada día sin pensar si mañana tendré algo que llevarme a la boca, vivir bajo un techo digno, aportar con mi trabajo al esfuerzo común con empleos fijos y decentes, educación y sanidad públicas y accesibles...


Todo lo que pueda guarecerse bajo el rubro de primera necesidad debe ser garantizado por ley.

Estos derechos han de ser irrenunciables y cualquier Estado debe ser garante y valedor de ellos. Los organismos internacionales han de ser cooptados desde su propio electorado natural por líderes de base de cada país de reconocido prestigio en sus respectivas comunidades. La burocracia siempre estará supeditada a las decisiones soberanas y democráticas de las personas elegidas por sus pueblos o países.


Sin democracia participativa y de base, los sistemas democráticas son meras tecnologías o mecanismos de poder al servicio de las clases altas y con dinero, la mayor parte evasores fiscales en paraísos que roban los recursos a los pueblos de origen.


Igualdad en la diversidad


Que todos los seres humanos pertenecemos a la misma familia animal es una evidencia científica tanto como que cada individuo presenta rasgos únicos que le distinguen de los otros. Otra obviedad de andar por casa.


Sin embargo, los otros como concepto cultural ha segregado a la Humanidad en nosotros/as y ellas/os. Los autóctonos y los bárbaros. La raza blanca y las razas inferiores. Estas divisiones son ideológicas y políticas: su único fundamento es es preservar el dominio natural a la vez que ficticio de unos sobre otros (o de unos sobre otras).


No hay razas, la diversidad se explica por la adaptación a cada hábitat particular y a la endogamia de los grupos étnicos. En realidad, la pureza racial como tantas otras purezas o sangres límpidas de distinto signo, son verdaderas entelequias sin ninguna base racional o empírica. En la vida todo es mezcla: remontemos en nuestro árbol genealógico y verifiquemos nuestros diversos y remotos ancestros hasta elevarnos como podamos al árból de los pioneros homínidos.


¡Ay, la evolución darwiniana! Ojo con las teorías de Darwin que pueden ser leídas de manera torticera para sostener falazmente la hegemonía de la superior raza blanca. El llamado convencionalmente darwinismo social ciega la capacidad analítica de los hooligans supremacistas.


Feminismo plural para combatir todos los modos viejos y renovados de ser machista


Otra evidencia histórica es la supeditación de la mujer al hombre. Los estereotipos de dominio actual se siguen sosteniendo contra viento y marea en las tradiciones seculares, las retrógradas dogmáticas de las religiones monoteístas (sobre todo) y en la publicidad engañosa que continúa vendiendo memes machistas envueltos con ideas superficiales feministas sacadas de contexto,

La violencia de género persiste contumaz en todos los países a pesar de las reivindicaciones femenistas y de las conquistas y avances sociales conseguidos en casi todo el mundo.


Hombres asesinan mujeres por razones ideológicas y culturales. Asesinan, violan, agreden, abusan, humillan... Suma y sigue.


Desde un progresismo light se dice que la mujer ya ha alcanzado la igualdad con el hombre, al menos sobre el papel legal. Si no cambian las mentes, el papel será mojado y los derechos de hoy pueden convertirse en vacíos legales de mañana mismo. La misoginia de los fascismos varios tiene en el punto de mira al femenismo. La mujer de siempre, atada al hogar, sumisa esposa, obediente hija y madre cariñosa, es el prototipo bien de las clases cuquis.


Cualquier retroceso del feminiso es un teroceso general del progresismo en su totalidad.


Más y mejor ciencia social, mejor y más artes populares


Ciencia libre, sí, pero ciencia al servicio de las necesidades de los seres humanos y no de los intereses de las corporaciones privadas. Ciencia para vivir mejor. Ciencia con objetivos claros y democráticos.


Fuera las patentes privadas, sobre todo a favor de los grandes emporios farmacéuticos y de empresas multinacionales de sectores y servicios estratégicos: energía, alimentación, salud en general...


El cultivo de la espiritualidad debe estar asegurado para todo el mundo. El arte no debe ser un privilegio de elites áureas y sofisticadas. La obra de arte debe dejar de ser un objeto mercantil para transformarse en una perspectiva única, personal e intransferible de su autor o autora que nos aporte visiones singulares sobre el sentido profundo de la vida.


El concepto de autoría también ha de ser reescrito. El autor ególatra y endiosado es un producto más de la sociedad de consumo. Casi toda obra artística es fruto de un proceso que supera la mente y las manos ejecutantes. Hasta llegar al producto final, el o la artista ha tenido que beber en múltiples fuentes o bien ha parido una obra solipsista que solo ella o él puede entender.


Arte y ciencia deben formar parte activa de la comunidad social que les da aliento y cobijo.


Desarme global sin pacifismos sofistas


Desarme multilateral y cultura activa de la paz, resolviendo conflictos en las mesas de negociación.

Para que todo ello sea realidad deben empezar primero las potencias militares hegemónicas de pasado colonialista: EEUU, Reino Unido, Francia, Alemania, Japón y también China y Rusia. Es imprescindible igualmente descapitalizar las grandes industrias de armamento.


Las decisiones pacifistas espontáneas y buenistas deben ser sopesadas con detenimiento: lo habitual es que cuando se expone la mejilla derecha el enemigo también abofetee la mejilla izquierda. La ética pacifista es impecable, al igual que las heroicas huelgas de hambre, si bien, eso dice la historia, la veleidosa política siempre o casi siempre suele doblegar a la ética o moral más justa y altruista. Los buenos solo y siempre ganan a los malos (los blancos anglosajones a los taimados indios) en las películas del Oeste made in Hollywood.


El desarme ha de ser real, comprobable y recíproco. La ONU debe mantener un ejército multinacional para crisis de especial relevancia o gravedad, preservando injerencias o invasiones militares de países imperialistas en terceros países de su entorno geopolítico.


En paralelo al desarme, las Naciones Unidas deben suprimir el derecho a veto de privilego y bloqueo en el Consejo de Seguridad de EEUU, China, Rusia, Francia y Reino Unido. Estos países dejarán de ser miembros natos del susodicho organismo de la ONU.


Mundo laico multicultural y creencias privadas


Cada cual puede tener las creencias religiosas o espirituales que quiera. Eso sí, la fe no debe interferir las constituciones o leyes fundamentales de ningún país. Nadie puede sufrir discriminación por su credo religioso pero tampoco ningún credo religioso podrá imponer sus dogmas propios. Ateos, agnósticos y creyentes gozarán del mismo estatus legal. Los Estados serán neutrales en materia religiosa y las manifestaciones de los cultos religiosos se harán en privado.


Los bienes de las congregaciones estarán sujetos a los regímenes fiscales ordinarios de cada país. No estará permitida ningna exención o exacción fiscal o beneficio privado ilegítimo.


Los cultos privados no formarán parte de la educación pública, que será enteramente laica y basada en preceptos científicos sin tomar partido por prácticas espirituales o religiosas concretas.


Menos es más o decrecer con inteligencia


Estamos comiéndonos la Tierra a una velocidad en la que el planeta no puede regenerarse. Además, estamos alterando su ecosistema con el denominado cambio climático.


El modo o estilo de vida capitalista y consumista a ultranza de Occidente y otros países ricos nos está matando poco a poco. Es una evidencia avalada por la ciencia. Los negacionistas siempre son del mismo bando: los fascismos, las derechas, la progresía low cost de estética globalista y posmoderna, las multinacionales, el empresariado, los latifundistas, las jerarquías eclesiásticas trasnochadas y gentes idiotas que solo van a lo suyo y ven únicamente lo que tienen delante de sus ojos.


Democracia participativa y debate social permanente


Democracia participativa directa en comunidades y pueblos pequeños. De esta manera las decisiones se tomarán por mayorías cualificadas desde la base territorial de menor tamaño.

La democracia debe ser de ida y vuelta, ir de abajo arriba y volver otra vez desde las alturas metafóricas a poner pie en la tierra desde donde partió.


Para que la democracia auténtica eche raíces culturales profundas y dé sus mejores frutos es necesario que el debate sea permanente y rico en matices e iniciativas. Para que ello se haga realidad es imprescindible que existan medios de comunicación de base social, local y comunitaria elaborados no por profesionales de la comunicación sino por las propias gentes de abajo o ciudadanía del común.


La democratización de los mass media es urgente en todo el mundo. Las multinacionales que confeccionan a medida los discurosos crean la opinión pública, siempre favorable a los intereses del poder establecido.


Ecología y consumo responsable


Decrecer y ecología van de la mano, pero ecología es un término más amplio: hablamos de hábitats naturales, urbanismo, relación con otros seres vivos...


El consumo responsable es un asunto complejo que precisa erradicar cosumbres de compra muy interiorizadas en las gentes de todo el mundo. Racionalizar el consumo y comprar solo lo necesario es inmensamente difícil. La mayoría piensa que reducir el consumo es aminorar la calidad de vida.


Compramos por inercia, por mimetismo, por impulsos de la moda y por estatus. La confusión entre lo imprescindible y lo superfluo es colosal, de ahí que ante el suculento escaparate capitalista el que más y el que menos siempre sucumbe y deja el consumo responsable para mañana.


Procastinar y consumo responsable riman la mar de bien, no obstante es importante tomar medidas políticas para que la buena vida no sea sinónimo de despilfarro y desmesura consumista.


Las ideas aquí reflejadas deber articularse en función de cada realidad geográfica y social, pero sería de suma importancia que se establecieran diálogos internacionales entre diversas fuerzas de izquierda para coordinar experiencias locales y establecer un corpus mínimo consensuado en aras de una gobernanza mundial armónica y equilibrada que nos permitiera alcanzar una sociedad plural e igualitaria donde todos y todas cupiéramos sin privilegios ni discrimaciones reales o potenciales.


Ese mundo soñado o pensado está lejos. Sin duda alguna. No obstante, o empezamos a caminar desde ahora mismo hacia esa utopía sin nombre o los fascismos que ya están pululando en las esferas de poder alumbrarán un nuevo cataclismo en forma de Tercera Guerra Mundial.


No son vaticinios milenaristas sino sencillas constataciones de observar las derivas históricas de las agudas crisis capitalistas: destruirlo todo es una buena manera de volver a empezar. De las ruinas salen excelentes negocios. Miremos la historia grande y extraigamos consecuencias propias sin interferencias ajenas.


Sé conscientemente ingenuo: no te dejes engañar.

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