Los prebostes de todo el mundo se afanan en perpetuar su presencia en cualquier tipo de celebraciones propagandísticas que se produzcan en su campo de acción. No se trata de los “telesforos”: esos seres casi desconocidos, que aprovechan la toma de un plano del discurso o declaraciones del político de turno para asomar la “gaita” por donde pueden, demostrando un falso interés por lo que se está diciendo y aprovechan el momento para saludar. Hoy me quiero referir a los que acuden, como moscas a la miel, a los actos de colocación de primeras piedras o inauguraciones de todo tipo. Aparecen por allí en ese momento y no se preocupan de si, pasado un cierto tiempo, la obra se ha culminado, el recinto inaugurado cumple bien su destino o el proyecto ha cuajado en realidad. Desde siempre me ha maravillado la capacidad que tienen algunos de estar en el lugar y el momento oportuno, lo que consideran un factor decisivo de los logros presentes o futuros. Sean del signo que sean. Solo se trata de estar allí o salir en la foto o en la video noticia. Una especie de muescas en el revolver. Lo curioso es que, pasado un tiempo, a algunos les gustaría desaparecer de aquel video o aquella foto junto al “baranda” caído en desgracia o en la que se adhirieron a un partido político defenestrado. Tenemos muchos ejemplos de fotografías en las que se ha borrado “misteriosamente” la presencia de algunos personajes. Como me decía mi madre “tú no te apuntes a nada, ni salgas en según que foto, que después hay “listas peligrosas”. Claro, ella había vivido la “guerra incivil” en la que, estuvieras en el lado que estuvieras, si estabas en las listas eras carne de cañón para unos u otros. Ya hemos vivido muchos años de democracia que nos han permitido observar la propensión a salir en la foto y el chaqueteo posterior. Para evitarlo, procuro no hacerme fotos colectivas y, si me obligan, me pongo donde se me vea poco y mal. Supongo que por esa actitud y costumbre sigo siendo una persona corriente. No salgo en casi ningún video ni mi foto sale en los medios. Otra de las virtudes de los del “segmento de plata”, es que estamos bastante curados de humildad y tenemos pocas aspiraciones mundanas.
|