“Saltar”
No utilizaré el vocablo “saltar” para describirles alguna vez lo que realicé descendiendo del techo del placard de Lidia y Esteban hasta la alfombra a un lado de la cama matrimonial “Saltar” es lo que ejecuta un gato cualquiera para descender, previsiblemente, del techo del placard de un matrimonio hasta la alfombrita al lado de una cama Deberé hurgar en mi interior y sincerarme para establecer la más factible (y preciosa) naturaleza del referido descenso. *
¿Con qué satisfaré? ¿Con qué satisfaré al inútil desmañado infructuoso superfluo inmundo alucinado intransigente afán de Gloria que habita en mí? *
Lo mejor que hago No es lo mejor que hago hacer lo que muchos hacen: conformarse con pavadas Más me luzco devolviendo siempre algo menos de lo que me prestaron aceptando prerrogativas a cambio de intervenciones coyunturales amparándome en las coberturas de discrecionalidad corporativa adiestrándome en los atajos y en posicionarme con la máxima visibilidad Rico soy en iniciativas que se escurren, a veces, con donaire de los patrones éticos consagrados habilitándome en la penumbra ingeniosa del plagio retaceando mi injerencia en proyectos de escasa o nula repercusión Esta aproximación al objeto de estudio ya es reveladora: exijo el reconocimiento de mi estofa. *
Destinado al pago Destinado al pago de una fellatio por esa travesti el dinero hurtado a un transeúnte me alcanzó. *
A mi hermano intolerante Algún día perduraré sobrio seis meses en forma continua Mientras me inclino ante la Majestad del Vicio Mi hermano tiene muy poca tolerancia al alcohol y a los alcohólicos Caí en las garras en las que caí Esperemos que la ginebra no llegue al río. *
Los indios estaban A Agustín Cuzzani Hasta 1491 nos las rebuscábamos lo más bien sin que nos descubrieran Fue de mal en peor desde el año siguiente Estamos donde estamos y por cómo estamos seguimos cabreros No tenemos esperanzas —desde semejante descubrimiento— de que se detenga nuestra extinción Tampoco se detendrá (a ojos vista) la propia voraz extinción de nuestros obtusos descubridores. *
Fingidor He sido un policía bueno más veces de las que he sido un policía malo pero he fingido ser el policía malo en los interrogatorios más veces de las que he fingido ser el policía bueno También he fingido no ser un policía Por ejemplo, ahora. *
Sé cómo luzco (o Seco molusco) A mí me han dado muy poca bola: ¡por tantos he sido ignorado!: la gran mayoría ni me rechaza Sé que luzco rumboso pero no me engaño Mi producción artística se me queda adherida por dentro —así lo siento— en las mucosas taponándome por lo cual no me libero del carácter tóxico de aquello que generado con la intención de socializarse permanece cronificándome en el tracto de origen. *
“Se ha detectado un bucle en la enrutación” No es un tropiezo lo que emputeció mi llegada Se opone a la epifanía lo que aconteció No sé si ofenderme o insistir ¿Se aprovecha mi neurosis de algún beneficio secundario a mi frustración? ¿Me hallo coartado en mi llegada y asimilado en mi salida? ¿Digo así lo que quiero decir o apenas digo lo que quieren oír? Es el rizo helicoidal del cabello de mi hermana en plena ruta. *
Hoy, ninguneo Hoy ninguneo como antes he sido ninguneado De hijo apaleado a padre apaleador Represento el poder de omitir. *
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