La cultura del diálogo y la fraternidad entre los representantes de las diferentes religiones nunca será un hecho, es un desafío utópico, ya que las diferencias entre ellas son abismales. Las armas y la violencia son la vida de alguna que otra religión. La urgencia de romper con las divisiones y con las diferencias insalvables entre las distintas religiones parece involucrar a todo el mundo, a todo el planeta, pero hemos de tener en cuenta de que también existe bastante falsedad en ello, ya que si se produce una III Guerra Mundial, la religión será una de las causas. La tragicomedia del diálogo y el encuentro entre religiones es eso, una obra de teatro. El diálogo interreligioso nunca será una herramienta eficaz para resolver los conflictos locales, regionales e internacionales, especialmente aquellos causados por el abuso de, por ejemplo, la religión del Islam. El desafío para detener la lógica de las armas y de la violencia, se quedará en desafío, porque la cultura del diálogo entre religiones es imposible. “Imaginar la paz” entre religiones es un buen pensamiento, pero irreal, ya que los choques entre religiones siempre han existido, existen, y seguirán existiendo.
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