Como consecuencia de la DANA, los daños materiales y las evacuaciones han afectado a numerosas familias y muchas casas han sufrido pérdidas, quedando impracticables también muchas escuelas y calles. Sin embargo, los efectos de esta situación van más allá de las infraestructuras y también impactan profundamente en el bienestar psicológico de los niños, que están viviendo este episodio con confusión.
La Sociedad Valenciana de Pediatría advierte que los niños expuestos a desastres naturales, pueden desarrollar síntomas de estrés, ansiedad y, en algunos casos, trastorno por estrés postraumático (TEPT). El ambiente de inseguridad, junto con la incertidumbre que genera la posibilidad de nuevas lluvias y la pérdida de la rutina diaria, afecta especialmente a los más pequeños, quienes aún no tienen las herramientas emocionales necesarias para afrontar eventos de este tipo.
La incertidumbre y el miedo como factores de estrés Las imágenes de calles inundadas, el sonido incesante de las sirenas y las noticias sobre evacuaciones son factores que generan en los niños una gran sensación de inseguridad. Estos fenómenos crean un ambiente de incertidumbre en el que los más pequeños experimentan un miedo que no siempre logran expresar, pero que se manifiesta en forma de cambios de comportamiento, pesadillas o regresiones, como el deseo de dormir con sus padres o la aparición de ansiedad por separación.
La disrupción de la rutina y la pérdida de pertenencias Para los niños, mantener una rutina estable es fundamental para su desarrollo emocional. La reciente DANA en Valencia ha interrumpido su vida diaria de forma abrupta, con cierres de escuelas, suspensión de actividades y, en muchos casos, el desplazamiento temporal de sus hogares. Esta situación de inestabilidad afecta su capacidad de adaptación y aumenta el nivel de estrés. Según un estudio del Colegio Oficial de Psicología de la Comunidad Valenciana, los niños que experimentan pérdidas de pertenencias y cambios de entorno debido a desastres naturales tienden a desarrollar síntomas de ansiedad y, en algunos casos, problemas de adaptación.
Además, los objetos personales, como juguetes y libros, representan un vínculo emocional importante para los niños. La pérdida de estos bienes puede ser percibida por ellos como una ruptura en su seguridad y en el sentido de continuidad que necesitan para sentirse estables. En este contexto, los expertos en salud mental sugieren que las familias intenten restablecer sus rutinas lo antes posible y se enfoquen en brindar a los niños un entorno que les devuelva la sensación de normalidad.
El papel de los padres en la gestión emocional de los niños Los padres son el principal referente emocional de los niños, y su reacción frente a la DANA tiene un gran impacto en cómo los pequeños procesan el evento. Si los padres muestran ansiedad o preocupación, es probable que los niños perciban el fenómeno como algo aún más peligroso de lo que realmente es. Los expertos recomiendan que los adultos intenten transmitir calma y explicar a los niños, en un lenguaje comprensible, lo que está ocurriendo y las medidas de seguridad que se están tomando para protegerlos.
El rol de las instituciones y el apoyo comunitario Ante las recientes inundaciones en la provincia, varios municipios valencianos han habilitado espacios de apoyo psicológico para las familias afectadas, lo cual es una medida importante en la recuperación emocional de los menores. Estos servicios de apoyo permiten que los niños y sus padres encuentren un espacio para expresar sus experiencias y temores, mientras reciben orientación profesional para superar el trauma de la manera más efectiva posible.
El apoyo de la comunidad también es esencial para la recuperación psicológica. La colaboración entre escuelas, centros de salud y ayuntamientos en la organización de actividades comunitarias, donde los niños puedan reunirse y compartir sus experiencias con otros compañeros, puede ayudar a normalizar sus sentimientos y a restablecer sus relaciones sociales.
Cómo ayudar a los niños a desarrollar resiliencia Para mitigar el impacto psicológico de la DANA en los niños, los expertos en psicología infantil sugieren estrategias que ayuden a los pequeños a desarrollar resiliencia. Actividades como el juego o el dibujo pueden ofrecerles una salida emocional y permitir que expresen lo que sienten de manera segura y constructiva. Por ejemplo, los maestros en algunos colegios de las zonas afectadas han promovido actividades donde los niños pueden hablar sobre la tormenta, expresar sus emociones y realizar dibujos que les ayuden a visualizar y elaborar lo sucedido.
A largo plazo, fomentar la resiliencia es clave para que los niños aprendan a enfrentar las adversidades y procesar sus miedos de forma saludable. Además, incorporar actividades en el currículo escolar que les enseñen a gestionar sus emociones frente a situaciones de crisis puede ser una herramienta valiosa para su desarrollo emocional.
La importancia de atender la salud mental en tiempos de emergencia Los efectos psicológicos de estos fenómenos no deben subestimarse, ya que, sin una atención adecuada, pueden derivar en problemas de salud mental que perduren en el tiempo. La intervención temprana, el apoyo familiar y el respaldo de la comunidad son fundamentales para ayudar a los niños a superar estas experiencias traumáticas y recuperar su estabilidad emocional.
En conclusión, los efectos de la DANA van más allá de lo visible y afectan profundamente el bienestar de los niños valencianos. Las familias y las instituciones deben estar preparadas para ofrecer un entorno de apoyo y comprensión, que permita a los más pequeños superar el impacto emocional de estos eventos y recobrar su confianza y seguridad en el entorno que les rodea.
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