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La Revolución de la escucha: cambiando el paradigma de la comunicación

Escuchar auténticamente, sin la prisa de intervenir, permite que el otro se sienta realmente valorado
Llucià Pou Sabaté
viernes, 8 de noviembre de 2024, 09:15 h (CET)

En el bullicioso mundo moderno, donde la tecnología nos mantiene más conectados que nunca, ¿realmente estamos comunicándonos de manera efectiva? William Ury, reconocido experto en mediación y negociación, plantea una pregunta esencial: “¿Qué ocurre si nadie escucha?” Según Ury, vivimos en la “Era de la Comunicación”, pero esta está desbalanceada hacia el habla y la expresión, mientras la escucha, la mitad indispensable de la comunicación, queda relegada a un segundo plano. Su propuesta, una "Revolución de la Escucha", nos invita a devolverle su lugar central en nuestras interacciones.


La escucha como base de la negociación y el entendimiento


Durante más de 30 años, Ury ha trabajado en complejas negociaciones, desde conflictos familiares hasta tensiones políticas, y en cada caso, ha encontrado que el verdadero poder está en la escucha. Destaca un encuentro con Hugo Chávez, presidente de Venezuela, en el que, a pesar de las críticas y el enojo inicial del mandatario, Ury optó por escuchar pacientemente. Este acto de atención, en lugar de una respuesta inmediata, permitió que Chávez se abriera, logrando así una conexión genuina que facilitó la resolución de conflictos. Este ejemplo ilustra cómo escuchar va más allá de comprender palabras: implica reconocer emociones, empatizar y entender la perspectiva del otro.


Las tres claves de la escucha en la comunicación


1. Comprender al otro: Ury señala que la negociación, y la comunicación en general, son actos de influencia. Pero para influir, es esencial saber primero desde dónde se parte; la escucha permite esto al brindar un entendimiento real de los deseos, temores y motivaciones de la otra persona.


2. Conectar con el otro: Escuchar no solo permite entender, sino que también construye lazos de confianza y empatía. La necesidad humana de ser escuchado es universal, y al satisfacerla, establecemos una conexión profunda que hace que el otro esté más dispuesto a escuchar nuestras ideas.


3. Fomentar la reciprocidad: Al igual que ocurrió con Chávez, Ury explica que al escuchar, muchas veces se abre la puerta para que el otro esté dispuesto a hacer lo mismo. La escucha genera una disposición a la cooperación y el entendimiento, esenciales en cualquier relación.


La escucha genuina: una habilidad a desarrollar


Ury también subraya que la escucha genuina no es automática; requiere práctica y enfoque. A menudo, cuando escuchamos, estamos más concentrados en lo que vamos a responder o en cómo refutar, en lugar de absorber el mensaje de la otra persona. La escucha auténtica implica cambiar el foco hacia el interlocutor, comprendiendo no solo las palabras, sino lo que hay detrás de ellas: las emociones, intenciones y necesidades.


Un ejemplo que ofrece es el de un empresario brasileño que, en una disputa de alto perfil, enumeraba sus demandas sin llegar al verdadero motivo de su conflicto: un deseo profundo de libertad. Fue a través de la escucha activa que Ury pudo ayudarlo a identificar esta necesidad fundamental y a facilitar una solución a su problema.


Los obstáculos para escuchar: el ruido interno


¿Por qué no escuchamos? La respuesta es simple: el ruido interno, esa voz constante que nos distrae y nos aleja del momento presente. Ury describe cómo, antes de una conversación delicada, un momento de silencio para escuchar nuestras propias emociones puede ayudarnos a reducir ese ruido. Este acto sencillo permite enfrentar los miedos y reacciones automáticas, abriendo espacio para una escucha auténtica.


Imaginando un futuro centrado en la escucha


La visión de Ury para un mundo que valore la escucha es audaz pero alcanzable. Imagina una sociedad donde los niños aprendan a escuchar desde la escuela, como una habilidad fundamental para el desarrollo personal y social. Imaginen a padres que escuchan a sus hijos, creando relaciones basadas en el respeto mutuo y la comprensión. En las relaciones de pareja, la escucha podría reducir los conflictos, fortaleciendo lazos. Incluso en el liderazgo, si los líderes escucharan a sus comunidades, las decisiones serían más inclusivas y representativas.


¿Qué tal si transformamos los programas de radio y televisión en espacios de escucha, y no solo de conversación? ¿O si, en lugar de mesas de diálogo, tuviéramos mesas de escucha donde las partes buscaran comprender primero?


Conclusión: escuchar para cambiar el mundo


La Revolución de la Escucha no es solo una idea romántica; es una herramienta con el potencial de reducir conflictos, mejorar relaciones y construir un futuro más armonioso. Como dice Ury, escuchar puede ser un regalo para los demás, pero también es un regalo para nosotros mismos. Cuando escuchamos, creamos una cadena de empatía y conexión que, paso a paso, tiene el poder de cambiar el mundo.


Terminar una conversación con sabiduría requiere más que palabras; como decía Hurtado, saber callar es aún más desafiante. Escuchar auténticamente, sin la prisa de intervenir, permite que el otro se sienta realmente valorado, y a menudo es quien escucha el que ejerce la verdadera influencia en una relación. Desde niños, debemos aprender a escuchar con respeto, dejando el egoísmo de lado y comprendiendo que interrumpir es una señal de desinterés hacia el otro. La conversación no se trata de convencer, sino de intercambiar y ayudar a pensar, como en la mayéutica de Sócrates. A veces, la mejor enseñanza es aquella que hace que el otro descubra por sí mismo lo que le queríamos transmitir, sin agresividad ni competencia. La escucha paciente fortalece las relaciones, pues una verdadera amistad se construye con comprensión, no con imposiciones.

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