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Hoy queremos invitarlos a reflexionar en torno a una emoción (o sentimiento) exagerada e hipócritamente ponderado en nuestros tiempos, a saber, la empatía. Como bien sabemos, la empatía es la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás, o como decían nuestros abuelos “ponerse en los zapatos del otro”.
En el bullicioso mundo moderno, donde la tecnología nos mantiene más conectados que nunca, ¿realmente estamos comunicándonos de manera efectiva? William Ury, reconocido experto en mediación y negociación, plantea una pregunta esencial: “¿Qué ocurre si nadie escucha?” Según Ury, vivimos en la “Era de la Comunicación”, pero esta está desbalanceada hacia el habla y la expresión, mientras la escucha queda relegada a un segundo plano.
A lo largo de la vida es inevitable que nos sucedan cosas que a veces nos gustan y otras no, pero de cada uno depende el gestionar aquellas situaciones que considera que le hacen más mal que bien. Podemos hundirnos, podemos sentirnos desdichados y sobre todo, podemos preguntarnos el motivo de por qué nos ha tocado a nosotros, pero eso no vale más que para autolesionarnos mentalmente.
A la hora de relacionarnos con los demás, con nuestro entorno más próximo, será muy probable que nos encontremos con diversas situaciones algunas de ellas, incómodas, a nivel de diálogo y de interpretación de esas mismas palabras, las cuales, según el estado anímico y vital, pueden incidir de una manera más o menos impactante en nuestras vidas, ya que los seres humanos no somos tan estables como quizá quisiéramos, sino que fluctuamos en un mar de emociones y sentimientos.
El dolor de perder a un ser querido es una experiencia profundamente emocional y personal. En momentos de duelo, la compañía de la familia y amigos puede desempeñar un papel fundamental en el proceso de sanación, brindando consuelo, comprensión y apoyo emocional durante un momento tan difícil.
El conocimiento propio, sin ser la única fuente de paz, puede desempeñar un papel esencial: somos imagen de Dios, llevamos una chispa divina en nuestro interior, y la autoconciencia es una comprensión de amor que abarca emociones, pensamientos, valores, creencias y comportamientos. Cuando sabemos vivir desde nuestra interioridad, ni siquiera las desgracias nos pueden quitar la paz interior.
Imposible meterse en la mente/corazón del otro, sin importar cuán cercano sea y de quién se trate. A pesar de la experiencia acumulada, los conocimientos adquiridos y los avances en las distintas áreas del saber humano, es irreproducible la experiencia propia, en consecuencia, es una interrogante el mundo interior de nuestro vecino.
Una vez finalizados mis estudios de Auxiliar de Psiquiatría, me he dado cuenta de que, o estamos todos locos, o intentamos dar pensamientos lógicos y científicamente probados a todo, por lo tanto, aquello que no sea analizado desde la perspectiva científica y respaldado por unos determinados estudios e investigaciones, no existe.
Emilio Zola dice: “El destino de los animales es de mayor importancia para mí que el miedo a parecer ridículo, en cuanto está indisolublemente ligado a la suerte de los hombres”. Dos ideas resaltan en esta frase: la del ridículo y la del destino de los hombres.
Dirigido por la cineasta y actriz Tania Gongar, “Resiliente” narra la historia de Jéssica, una niña de siete años que se encuentra en situación de vulnerabilidad por la enfermedad de sus padres y experimenta rechazo por parte de sus compañeros. Aldeas Infantiles SOS participa en la producción de este cortometraje, apostando así por el cine como herramienta de concienciación social.
Emigró María hace ya unos cuantos años desde su Cantábrico a Madrid, por cuestiones de trabajo, y sobre todo de autodefensa, e incluyo aquí a su familia, por descontado. No la conozco personalmente; y debería. Les cuento.
Necesitaremos tomar aire, pero ningún ser humano por ínfimo que nos parezca, puede hallarse sin perspectiva de camino. Cada continente arropa sus propias esperanzas en la singularidad de la acción cooperante, lo que nos obliga a ir unidos en la diversidad, que es donde verdaderamente está el enriquecimiento de lo trazado.
¿Por qué lo que sucede en Ucrania nos impacta más que lo que ocurre o ha ocurrido en otros lugares como Siria? Las consecuencias trágicas son las mismas: muertos, heridos, refugiados y, de continuar la invasión, destrucción del tejido productivo de un país. No es que seamos mejores o peores por sentirnos más cerca de los ucranianos que de los refugiados en los campamentos de la frontera griega. Se trata de la llamada “jerarquía de la muerte” o “empatía de la distancia”.
La vida hecha juego. Avaricia, empatía, oportunidades y estrategia. Cuatro términos que caracterizan la exitosa serie de televisión, El Juego del Calamar. Avaricia: de riqueza y poder. Empatía: la que intentó transmitir en vano la iglesia con el videoclip del cantante C. Tangana. Oportunidades: igualdad de condiciones paralelas. Estrategia: la que decimos tener pero raramente cumplimos.
El trabajo en equipo es la clave del éxito de cualquier entorno corporativo, el esfuerzo de los distintos miembros se potencia, disminuyendo el tiempo de acción y mejorando los resultados. En este sentido, las empresas necesitan líderes que sepan organizar y gestionar el capital humano, y que tengan una visión amplia y una mentalidad colaborativa.
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