Que los tiempos han cambiado, no me queda ninguna duda: el pan ya no es como en la época de mi infancia, ya que ahora viene congelado y hecho en maquinarias industriales de la nueva época vanguardista, y lo curioso es que lo venden como pan de leña, nada más lejos de la realidad. De la misma manera, los derbis deportivos distan mucho de lo que fueron en otra etapa de mi vida... ¿Por qué? Porque ahora, el lenguaje oral y las campañas mediáticas se encargan de calentar motores antes de los encuentros.
Lo cierto es, que con el transcurso del tiempo todo ha ido cambiando, incluso en las “artes amatorias”: en otra época, los chicos solían comprar un ramito de flores o invitar a la chica a un cine, o dar un paseo por algún parque cuando aún no tenía alumbrado público. Ahora, y ante una nueva generación más involucionista y pasota, el detalle del regalo se consolida a través de un donut o cualquier infame chorrada... ¡O que se lo pregunten al asqueroso programa “First Dates”!
Por otro lado, y en lo que respecta a la alimentación, el cuerpo humano se resiente ante tanta porquería y tratamientos químicos que los laboratorios humanos utilizan para engordar a los animales y productos alimenticios, los cuales se ven adulterados en toda su esencia natural, motivando que con el tiempo el cuerpo humano se vea alterado por unas series de enfermedades.
|