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La idea de revolución ha trascendido hasta la actualidad convirtiéndose en una idea bastante atractiva para las mentes más desertoras. La idea de revolución significa el suceso de un cambio drástico y generalmente violento o radical en las estructuras políticas, sociales, económicas o culturales de una sociedad.
En la era moderna, la tecnología ha permeado cada aspecto de nuestra vida diaria, transformando la manera en que interactuamos, trabajamos y nos entretenemos. Desde la revolución digital hasta los avances en inteligencia artificial, el impacto de la tecnología es profundo y multifacético. En este artículo, exploraremos cómo la tecnología ha moldeado diferentes áreas de nuestra vida y cómo sigue evolucionando para ofrecer nuevas oportunidades y desafíos.
Podríamos poner un siglo más o trescientos años. Pero cien años, mirar ese día y ese año. Y, mirar todo lo que ha cambiado: cientos o miles de factores, variables, realidades, conceptos. Imaginar todo lo que ha cambiado, pongamos tres generaciones, pongamos cuatro generaciones en un siglo y todo lo que no ha cambiado.
Gilbert Keith Chesterton, el escritor y filósofo que a principios del siglo XX era conocido como “El príncipe de las paradojas”, ensayó 17 profecías que se cumplieron. Chesterton es recordado por sus decisivos aportes literarios, pero también por ser uno de los más grandes “avisadores de incendios”, aquella categoría de Walter Benjamin que tanto echamos de menos, justamente porque alentó una nueva comprensión de la historia humana.
El río, antes de enfrentarse al vasto mar, siente miedo y temblores. Esto puede interpretarse como la ansiedad que sentimos al enfrentarnos a cambios significativos en nuestras vidas, cuando nos aventuramos en lo desconocido. Sin embargo, se nos invita a reflexionar sobre el viaje del río, que ha recorrido un largo y sinuoso camino a través de las montañas y selvas, enfrentando desafíos y superando obstáculos.
Cuando somos jóvenes tenemos una vida acorde a la edad con la que, en ese momento, contamos. No tenemos responsabilidades, de forma general, y nos encontramos en un estado ideal donde salir, conocer gente o disfrutar es la prioridad. Podemos quedar con los amigos, hacer planes improvisados y hacer cambios de última hora, incluso, en ciertos momentos, existen épocas de descontrol, pero nadie depende de nosotros.
Ha llegado un momento en que tenemos que andar por la vida como el simpático alcalde-cabrero de la serie “El pueblo”. Este hombre va cargado con un diccionario a todas partes, con el fin de entender los “palabros” que escucha a su alrededor.
A lo largo de la historia hemos accedido a infinitos golpes de timón por parte de los dirigentes políticos de turno. Los discursos y los hechos de los detentadores del poder, están llenos de cambios de rumbo, que les permiten llevar a cabo actuaciones que influyen poderosamente en el presente y el futuro de los pueblos.
Somos seres de rutinas y estamos acostumbrados a realizar las mismas actividades día tras día o en su defecto, similares. Conocemos los lugares por los que transitamos de forma habitual, nos relacionamos con personas afines a nosotros y los trayectos suelen repetirse en el tiempo. Es decir, nos sentimos seguros en nuestro círculo de relaciones y de todo lo que tenga que ver con el entorno que nos rodea.
Reconozco que soy un enemigo acérrimo de los cambios. Le cojo gran aprecio a las casas en las que habito y a las cosas que utilizo. Pero hay dos circunstancias que me enervan especialmente. El cambio de vivienda y el de vehículo. Las necesidades logísticas de mi familia, me obligaron a tomar la determinación de abandonar la vivienda que había disfrutado durante los últimos cuarenta años.
Ciertamente, estamos asistiendo a un cambio social que supera todo lo conocido hasta la fecha. Entramos en la era de la imagen y de la digitalización, con todo lo que eso supone. Me refiero a las formas de vida que se construyen y deconstruyen con una velocidad de vértigo. Lo efímero parece que es lo permanente.
Casi sin darnos cuenta, aquellos tiernos infantes de finales de los cuarenta nos hemos convertido –incluso físicamente- en una especie de abuelos cebolletas del siglo XXI. Sobre todo por nuestra tendencia a rememorar hechos y situaciones que vivimos –ay- hace demasiados años.
El Consejo de Ministros ha hecho oficial hoy el incremento en un 8% del Salario Mínimo Interprofesional, que ascenderá desde los 1.000 euros mensuales distribuidos en 14 pagas anuales a los 1.080€ mensuales en el mismo periodo. Un cambio que puede traer dudas en cuanto a su aplicación y al efecto que puede causar tanto en las empresas como en los trabajadores.
En el año 1876 las personas no se hubiesen imaginado y creído todo el progreso que ha tenido la tecnología en nuestras vidas hasta el momento actual. Esto lo podemos ver claramente con la idea del “teléfono”, que apareció por primera vez en el siglo XVIII, a partir del juego de las dos latas de metal y un hilo que las conecta.
La plataforma antitaurina de Alfafar ha mandado un comunicado felicitando las fiestas a todas las vecinas y vecinos del municipio y en el mismo, adelantan que ya están preparando una concentración próxima a las elecciones a fin de informar a la ciudadanía de los partidos que permiten la tauromaquia.
El 20-N del 1975 murió, en la cama, donde mueren pocos tiranos, Francisco Franco Bahamonde, general rebelde que encabezó el golpe de Estado, convertido en guerra, miseria y sangre, en el mismo momento en que aquel 18 de Julio de 1935 un grupo de militares, la mayoría africanistas, se rebelaron contra el gobierno legal de la República.
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