Uno de los episodios más sangrientos de la historia sudamericana, la guerra del Chaco, tuvo como cronista desde Asunción a uno de los más famosos novelistas estadounidenses de la primera mitad del siglo XX: Meredith Nicholson. Nacido en Indiana un 9 de diciembre de 1866, en 1928 Nicholson inició su militancia política del Partido Demócrata, como concejal de la ciudad de Indianápolis. Tras destacarse en filas del Partido Demócrata fue nombrado ministro en Paraguay durante la guerra que este país sotenía con Bolivia por el Chaco Boreal.
El diario New York Times, en su edición del 26 de septiembre de 1933, informaba de la recepción ofrecida para despedir al nuevo diplomático ofrecida por el famoso columnista Oscar Odd McIntyre. Nicholson llegó a Paraguay decidido a apoyar la política de la buena vecindad que impulsaba el presidente Roosevelt durante aquellos años de la gran depresión, y de inmediato se puso manos a la obra, redactando esclarecedores informes sobre la guerra del Chaco con las agudas observaciones propias de un genial escritor.
Además de sus conversaciones con el presidente Eusebio Ayala, Nicholson se refirió a uno de los episodios más discutidos de la guerra del Chaco, el armisticio de Campo Vía de diciembre de 1933. El 11 de diciembre de 1933 a la hora 23 escribió al Secretario de Estado norteamericano:
“Después de un período de relativa calma, escribe Nicholson a Washington, que duró del 17 de noviembre al 4 de diciembre (que corresponde a la estancia de la Comisión de la Liga en Paraguay), el Gobierno paraguayo lanzó el 5 de diciembre una ofensiva en los sectores Alihuata -Gondra que culminó hoy, según la comunicados oficiales, en la rendición incondicional de la Cuarta y Novena División Boliviana con sus comandantes, oficiales, hombres y material”.
“Los paraguayos han tomado Alihuatá y Zenteno y ahora aparentemente están a horcajadas sobre la Carretera Al oeste de Gondra”.
“Los bolivianos frente a Nanawa se retiran hacia Saavedra. Se comenta que los bolivianos están muy desmoralizados, informa el estadounidense a su gobierno”.
“El Ministerio de Guerra del Paraguay informa de la captura de 18.000 prisioneros y gran cantidad de material”.
“En Asunción se está celebrando una gran victoria”.
“... círculos cercanos al Ministerio de Guerra, creen han eliminado a un tercio de las fuerzas bolivianas en el frente activo”.
“Se transcribe este mensaje a la delegación americana y a La Paz”, concluía su comunicación Meredith Nicholson.
Pocos días después, se concretaría el armisticio de Campo Vía, en la cual la presión norteamericana fue decisiva. El mismo secretario de estado Cordell Hull lo reconoció en una comunicación a Washington días después, recibiendo felicitaciones del mismo gobierno norteamericano que calificó aquella tregua como “un gran logro”.
Los entretelones del armisticio fueron puntillosamente descriptos por Nicholson en sus comunicaciones al departamento de estado, aunque sigan siendo ignorados o negados donde más deberían interesar, en los ámbitos historiográficos paraguayos. Aunque sabemos que no se puede engañar a todos todo el tiempo. LAW
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