De hecho, ni sindicatos, ni organizaciones patronales, ni ONG's, pagan siquiera el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), dado que las haciendas locales (los Ayuntamientos) también los han declarado exentos del pago de ese impuesto.
Es de resaltar que el patrimonio inmobiliario de que disfrutan estas organizaciones, situado generalmente en las mejores zonas de las grandes ciudades, les obligaría a realizar unos importantes pagos anuales que en virtud de la ley eluden por completo, ellos también, y no solamente a la Iglesia Católica como suelen denunciar de forma periódica y constante.
Las cuotas de los afiliados, las donaciones recibidas (incluso las patrimoniales) o las subvenciones concedidas por organismos públicos también quedan expresamente fuera del Impuesto de sociedades y, en el colmo de la benevolencia hacia estas organizaciones, la propia ley declara exentas de tributar cualquier impuesto, incluso las rentas procedentes del patrimonio mobiliario de la entidad, como son los dividendos y participaciones en beneficios de sociedades, intereses y cánones.
Así pues, mientras a los contribuyentes se nos grava a tipos cada vez más elevados por nuestras modestas inversiones, los sindicatos, las ONG’s, organizaciones empresariales y el resto de entidades sin ánimo de lucro declaradas de utilidad pública, están exentas en su totalidad del pago del Impuesto sobre las rentas de capital. Continuará...
|