La mayoría de los dirigentes de Podemos surgieron de la misma Facultad, lo que implicó e implica ser un tufo de grupo de amigos que planificaron una plataforma a su medida. Seamos claros: un partido que eligió como primer logo la cara de su líder es preocupante, ya que de dictadores comunistas la gente ya está harta.
Yo, que llevo décadas en política y con cargo público incluido, creo en el trabajo de abajo hacia arriba, con una iniciativa de la base, de donde van surgiendo líderes siempre temporales y al servicio de la línea que se impulsa, es decir, no creo en las estructuras creadas desde arriba.
Podemos siempre me ha parecido un producto de laboratorio con el único objetivo de desestabilizar, ya que su oferta, su discurso y sus programas nunca han sido de fiar. Podemos siempre me ha recordado al PSOE de los años 80, que cuando llegó al poder traicionó su programa y acabó implicado en la corrupción y el terrorismo de Estado.
¿Quién vota a Podemos? Los mismos que votan a partidos llenos de corrupción a pesar de saber que es así. Si Podemos también los engaña, ¿cuánto tardarán en darse cuenta? ¿Qué control harán?
Sólo una sociedad defensora del orden, del trabajo, de la ética, de la moral y de la familia tradicional, es decir, una sociedad madura, puede construir de nuevo un gran país.
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