Algo no debe de convencer del PP, de sus hormigas atómicas (cuento, por lo menos, tres) y de algunos de sus sesudos varones (también, “barones”) que andan por Seúl tratando de que Obama les dé una palmadita en la espalda, que, esperemos, no se convierta después en ese gesto de acogotamiento, tan en boga últimamente.
Algo no ha debido de convencer del líder del PP de Andalucía, Javier Arenas, y sus propuestas de gobierno, a la vista de los resultados electorales obtenidos el pasado domingo, tan decepcionantes. A estas alturas parece inevitable que, pese a la exigua victoria de “los populares” en aquella comunidad autónoma, sea el PSOE (¡una vez más!) quien se lleve el gato al agua, y que, con ayuda de Izquierda Unida, logre formar gobierno en la vapuleada Andalucía. Todos los escándalos, todos los latrocinios, que ha ido acumulando el Partido Socialista a lo largo de los lustros, no han bastado para condenarlo al ostracismo que merece.
Me equivoqué al escribir la semana pasada que Griñán gruñiría por su derrota. Ha perdido, es cierto, pero por mor de esa sutil estafa de los trapicheos entre partidos, de sus alianzas a cambio de no-se-sabe-qué, seguirá dirigiendo su atalaya. Y aquí no ha pasado nada… o lo parece.
Me equivoqué algo menos con Asturias: ganó el PSOE, pero con escaso margen. El varapalo que se ha llevado Álvarez Cascos ha sido mayúsculo, aunque no el suficiente. Y, como el PP ha conseguido mantenerse en un digno tercer puesto, a sólo tres escaños de su némesis conservador, es probable que un pacto entre los populares y Foro Asturias no arrincone a Cascos, sino que lo lleve a presidir el Principado. Cosas veredes.
Es evidente que en el resultado electoral andaluz ha influido la reforma laboral y el miedo que tiene un amplio sector de la población a que se aplique de forma inmisericorde si gobernara el partido conservador. Pero también, no cabe duda, obedece a la certeza de que muchos perderían todas o parte de sus prebendas.
¿Mantendrá Griñán la demagógica y ruinosa política de los PER si gobierna? Es casi imposible; aunque muchos de los que lo han votado no lo sepan.
En Asturias sólo un desencuentro (uno más) entre el PP y Foro (léase: Álvarez Cascos) daría la victoria, merecida en este caso, al Partido Socialista. Queda por saber si UPyD actuará como “partido bisagra”. La incógnita está a punto de despejarse.
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