Un total de 5,5 millones de catalanes están convocados este jueves a las urnas en unas elecciones autonómicas que servirán sobre todo para
dirimir si los ciudadanos avalan la aplicación del artículo 155 de la Constitución que ha intervenido el autogobierno catalán y rechazan la
independencia, o si dan un nuevo impulso al proceso soberanista.
En liza hay tres partidos que apuestan por desplegar, con matices, la República que se declaró en el Parlament: JuntsxCat, ERC y la CUP; otros
tres que rechazan la independencia y dieron luz verde al 155, Cs, PSC y PP, y un séptimo, los 'comuns' (CatECP), que se distancian tanto del
155 como de la vía unilateral de los independentistas.
Todas las encuestas pronostican un Parlament muy fragmentado con ningún partido superando los 40 diputados --la Cámara tiene 135-- y
también apuntan a que difícilmente alguno de los dos bloques logrará la mayoría absoluta que está en los 68 diputados o, si lo hace, será por
un margen muy estrecho.
Ante este escenario, el riesgo que se dibuja es el de un Parlament ingobernable que puede dejar como árbitro de la política catalana a los
'comuns', un partido que, además, ya avisado de que no está dispuesto a abonar ninguno de los dos bloques, ni el independentista ni el
constitucionalista.
Los 'comuns' apuestan por un pacto de izquierdas en el que estén ERC y el PSC, pero ningún sondeo da posibilidades de sumar a estas tres
formaciones y tanto el partido de Oriol Junqueras como el de Miquel Iceta se han vetado por considerar antagónicos su proyectos políticos.
UNA CAMPAÑA EXCEPCIONAL
La campaña electoral ha tenido todos los ingredientes para ser la más excepcional desde la restauración de la democracia: las elecciones
fueron convocadas por el Gobierno en aplicación del 155, y cuatros candidatos están en Bruselas --Carles Puigdemont, Meritxell Serret, Toni
Comín y Clara Ponsatí-- y tres en la cárcel --Oriol Junqueras, Joaquim Forn y Jordi Sànchez--.
La favorita según los sondeos es ERC que en campaña se ha reivindicado como el "voto útil" soberanista para evitar un triunfo de Cs y,
aunque al principio evitaba el tema, al nal
ha dejado claro que si vence los comicios su candidato a la Presidencia es Junqueras y no
Puigdemont.
Si ERC se ha reivindicado como el voto útil del bloque soberanista, Inés Arrimadas (Cs), ha hecho algo semejante pero para el bloque
constitucionalista, asegurando que su candidatura es el voto ganador para poner punto y nal
al proceso soberanista en Cataluña y abrir una
nueva etapa.
DESDE BRUSELAS
Desde Bruselas, el cabeza de lista de JuntsxCat, Carles Puigdemont, ha reivindicado la transversalidad de su candidatura y, con un discurso
que ha evitado el choque con ERC, ha puesto el foco en la necesidad de derrotar el "tripartito del 155" formado por PP, Cs y PSC para ser
restituido como presidente.
La CUP, con Carles Riera al frente, ha asegurado que ha sido una campaña "fuera de lo normal, extraordinaria en términos peyorativos" con
candidatos encarcelados, ha conado
en dar la sorpresa y se ha erigido como la garantía de la implementación de una república catalana
ante la ambigüedad de otras fuerzas de izquierda.
El candidato del PSC, Miquel Iceta, ha protagonizado una campaña con el convencimiento de que puede aspirar a la Presidencia: ha
defendido que es el único que puede aunar consensos para ser presidente y acabar con el independentismo a la vez que evita el "giro a la
derecha" que supondría una victoria de Cs.
El PP de Xavier García Albiol ha contado con la ayuda del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y para evitar la pérdida de escaños ha
lanzando dos alertas a su votante tradicional: que se necesita un PP fuerte para un Govern constitucionalista y que en algunas provincias se
disputan los escaños con ERC y la CUP.
Domènech (CatECP) ha descartado investir a Puigdemont y a Arrimadas porque quiere superar la división en bloques de la sociedad catalana
y aorar
un ejecutivo de progreso con una ERC que renuncie a la unilateralidad, un PSC que descarte pactos con el PP, e independientes que
recojan la transversalidad de Cataluña.
PLAZOS Y INCÓGNITAS
Según la ley catalana de la Presidencia de la Generalitat, el Parlament tiene hasta el 23 de enero para constituirse, hasta el 6 de febrero para
celebrar el primer debate de investidura y, si no logra elegir a un presidente, repetirlo sucesivamente con el 7 de abril de fecha límite; si no lo
logran, deberían volverse a celebrar los comicios.
Otras dos incógnitas planean tras el 21 de diciembre: si, en caso de victoria de ERC, Junqueras podría ser candidato a la Presidencia pese a
estar en la cárcel; y si Puigdemont y el resto de consellers huidos regresarán de Bruselas para ejercer de diputados, ante el riesgo al que se
exponen de acabar también en prisión.
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