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Desde hace ya un tiempo, sorprende que la ONU, en su ámbito dedicado a los derechos de los menores, acuse al Vaticano de pasividad en la lucha contra los abusos sexuales a jóvenes. Parece que esos responsables lumbreras de la ONU ignoran la batería de medidas que la Santa Sede viene tomando desde hace años para remediar esas conductas.
La 4ª edición de la exposición “Material sensible”, que se podrá visitar del 25 de marzo al 18 de mayo en La Casa Elizalde, es el resultado del proyecto participativo de creación fotográfica organizado por la Fundación Photographic Social Vision en colaboración con la Fundación Vicki Bernadet. Esta muestra colectiva da visibilidad a una realidad todavía silenciada y busca sensibilizar a la sociedad sobre el abuso sexual infantil.
La terrible realidad de los abusos sexuales en el mundo, no puede, en serena y objetiva justicia, ser cuadriculada como si se tratase de una colección de puzzles, al gusto del consumidor. El mapa de las actividades sexuales abusivas puede recibir multitud de nombres y clasificaciones, para ello están los especialistas y para conocer cada una de esas enfermizas y depravadas actividades están los sufridores, niños, adolescentes, jóvenes, mujeres.
Repugnantes, inadmisibles, intolerables e imperdonables. Merecedores del mayor castigo que la Ley pueda tener para ellos. Son la mayor aberración que, junto con el aborto y la eutanasia, se puede cometer contra un ser humano. Los desalmados que los cometen son indignos de ser considerados como personas.
Repugnante, asqueroso, repulsivo, despreciable. Irresponsable, imprudente, incompetente, insolventes. Miserables… Términos que deberíamos aplicar a la “masa salarial política”, simplemente, por la ambigüedad y por el pasotismo hipócrita, disfrazado de prudencia ante el tema gravísimo de los “abusos sexuales a menores”.
El pasado día 6 de octubre se publicó en este medio un artículo mío, 'Los heridos no pueden esperar', en el que me hacía eco de una intervención del Papa en relación con el problema (problemón) de los abusos espirituales y de poder en el seno de la Iglesia, y justo ese mismo día aparecieron en los medios de comunicación dos noticias directísimamente relacionadas con esto y con una gran repercusión en todos los medios de comunicación.
En Argentina, dos sacerdotes católicos fueron sentenciados el lunes a más de cuatro décadas en prisión por abusar sexualmente y violar a decenas de estudiantes con discapacidad auditiva en un instituto en la ciudad de Mendoza.
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