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Cada vez que escribe una carta el tal Pedro Sánchez –mentiroso y fraudulento donde los haya– demuestra que su azotea no funciona bien: desprecia a la ciudadanía y demuestra características de psicópata, en palabras de Rosa Díez y Díaz Ayuso. Le salió bien la primera carta y cree que todas surtirán el mismo efecto: en Europa ya es el hazmerreír y está apartado de todos los círculos de poder y decisiones.
Mucho se está comentando en los últimos tiempos sobre el excesivo movimiento epistolar (¡es que son dos cartas, dicen!) del analfabeto que habita en la Moncloa. Pues fíjese amigo lector, a mí me parecen pocas; claro que yo nací en 1935 y entonces era moneda tan corriente escribir que se hacía sin faltas de ortografía y con una sintaxis exquisita, extremos de los que adolecen las cartas de este romeo de pacotilla, escritas los días 25 de abril y 4 de junio.
Pedro Sánchez se habría despertado con un inesperado cisne negro que amenazaba seriamente su estancia en la Moncloa. El término “cisne negro” designa a un acontecimiento inesperado e impredecible que produce consecuencias a gran escala y que es explicable solamente a posteriori y en el caso de Sánchez, ese cisne negro habría adoptado la forma de una denuncia del seudo sindicato Manos Limpias contra la mujer de Sánchez por "presunto tráfico de influencias".
Tal y como Vd, me ha pedido, Sr Sánchez, me he tomado un poco de tiempo para leer (no solo una vez), el contenido de la carta pública que nos ha enviado a todos los españoles el pasado miércoles. Le confieso que más que su contenido, nada atractivo desde el punto de vista literario y de escaso valor político, me interesaba conocer las razones de su insólita decisión de trasladar a los españoles sus dudas existenciales sobre su futuro personal y político.
La campaña de descrédito contra la buena imagen y el honor del presidente del gobierno se ha desatado, de una forma virulenta, estos últimos días y semanas. Parece que se quiere lograr mediante descalificaciones el acoso y derribo de Pedro Sánchez. Según distintos medios de comunicación el inicio de una investigación judicial contra la esposa de Sánchez es un disparate, ya que no existen indicios suficientes para la misma.
A quienes estamos convencidos de la iniquidad intrínseca de Sánchez, no nos va a confundir la supuesta “carta de amor” de este cateto personaje a su Begoña amada, redactada de su “puño y letra” (con sus tradicionales errores y faltas gramaticales) y exceso de egolatría.
Titulares post-carta: ABC: “La carta exigía consulta previa con el Jefe del Estado”. La Razón: “Perro no come Sánchez”. Ok diario: “El felón gana tiempo aunque cada vez sale peor en las fotos”. Losantos: “Hace falta este fin de semana para armar a los soviets”. COPE: "Lawfaré, lawfaré y a Pedro derribaré"...
Según Wikipedia.org, en la Antigua Atenas un sicofante o sicofanta era un denunciante profesional que cobraba del interesado por presentar la denuncia en su lugar. Eran conocidos y temidos por las personas honradas que siempre podían verse envueltas en una denuncia falsa y, a pesar de las fuertes multas que recaían sobre los falsos delatores, los sicofantes llevaban a menudo carreras bastante lucrativas.
Este es el truco, ardid y añagaza de la que se valen algunos niños caprichosos, cuando no consiguen lo que quieren. Ante esta amenaza, que solo es un farol, los familiares, abuelos, padres y algún que otro pariente, muerden el anzuelo aun sabiéndolo, y corren solícitos, obsequiosos y, apresuradamente le proporcionan al niño lo que desea.
Tras conocer por la prensa que un juzgado ha abierto diligencias de investigación por una denuncia contra su esposa, el presidente del Gobierno ha publicado una carta abierta dirigida a la ciudadanía en el antiguo Twitter, en la que afirma que: "Vive con impotencia el fango que se esparce sobre su mujer", y se pregunta si debe continuar o renunciar, motivo por el cual cancela su agenda, y se da de plazo hasta el próximo lunes, para meditar su futuro.
Pedro Sánchez habría dado por amortizada la actual legislatura y, con un golpe de efecto, anunciará presumiblemente el 29 de abril el adelanto de las Elecciones Generales para el próximo otoño, con la esperanza de renacer cual Ave Fénix y obtener unos resultados que le permitan conformar un Gobierno en solitario tras fagocitar los restos del naufragio de la efímera candidatura unitaria de izquierdas Sumar y con apoyos externos de los grupos nacionalistas periféricos.
He mostrado públicamente mis diferencias con algunas medidas que ha tomado el presidente del Gobierno Pedro Sánchez y con su política de alianzas en los últimos tiempos. Lo hice por convicción y lealtad y por esas mismas razones quiero expresarle ahora mi completo apoyo, mi solidaridad, mi afecto y mi agradecimiento.
Cuando eligieron a su marido presidente del Gobierno, a Begoña Gomez le cambió la vida. No solo la personal, también la laboral. Han sido años ajetreados con muchos proyectos, viajes, reuniones y palancas de las que tirar. Antes de la llegada al poder de Sánchez, era directiva de Inmark, una 'task force' que se dedicaba a contratar a teleoperadores y comerciales de puerta fría para campañas de venta intensiva de adsl y esas cosas.
A perro flaco todo son pulgas, dice un refrán español, que podemos aplicar sin ningún tipo de reserva a ese can que nos gobierna, cada vez menos aceptado y reconocido como Presidente de nuestra Nación, si alguien lo duda puede ver la recepción que le hicieron ayer en Dos Hermanas los albañiles de una promoción de viviendas que fue a inaugurar.
En la prensa francesa estudian con precisión los vínculos de Begoña Gómez y Marruecos, y se preguntan si esta relación y el espionaje al móvil del presidente tendrá algo que ver en la nueva posición española respecto al vecino magrebí. Los medios franceses insisten en Begoña Gómez y en Marruecos. Han cogido al bicho por el apéndice trasero y no están dispuestos a soltarlo.
Mientras en nuestro país perdemos el tiempo con temas segundones, la prensa francesa no deja de sacar los abultados chanchullos de la consorte del presidente del Gobierno sociocomunista; unos gatuperios que afectan a nuestra seguridad nacional, a nuestra economía y a la convivencia diaria.
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