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Te he mirado Señor, como otras veces, pero hoy tu rostro está más afligido. Sé que ahora te sientes muy herido por agravios que tú no te mereces.
Llegaron las fiestas de Semana Santa después de dos años sin celebrarla a causa de la pandemia. Siempre me ha resultado un tanto incongruente llamar fiestas a la semana en que Jesús de Nazaret después de haber lavado los pies de sus discípulos y dado su cuerpo y su sangre, es apresado en Getsemaní y comienza su Pasión.
¿Para qué Semana Santa, preguntan los descreídos? ¿y por qué en esa Semana, hay un ambiente distinto? Pues yo voy a responderos con respeto y con cariño, basado en la percepción que tengo desde muy niño.
“Hoy no estamos de humor, mañana tampoco”. Esta frase puede resumir el estado actual en que se encuentran muchas personas por la presencia del Covid-19 que ya dura demasiado tiempo. El persistente malhumor se manifiesta claramente en las relaciones personales y que se ha intensificado debido a que la pandemia nos presenta un futuro incierto y haber cambiado nuestro estilo de vida.
Siento cómo se resquebrajan las ramas de un árbol al que la Iglesia maneja como si fuera un títere. La bandera de una "selección" desintegradora, ondea orgullosa,, bendecida con el agua del Jordán. Fuera, "perdidos" en el arenal de un evangelio manipulado, muchos buscamos la "VERDAD", la integradora... La de CRISTO... Sólo encontramos "pastores utilitarios"... Asambleas de "Jerarcas" reutilizados por políticas contrarias a sus principios.
El director general de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción Ignacio Calderón, asegura que las medidas que quiere tomar el Ministerio de Sanidad son un primer paso, pero que no es suficiente, se necesita “la sensibilización de la sociedad ante la gravedad del problema y ante la responsabilidad colectiva para enfrentarse es clave”.
Un gran imaginero, Miñarro, ha restaurado la bella imagen. Le ha vuelto a colocar las extremidades perdidas y le ha quitado ese color oscuro que tapaba el amor que se desprende de su deseo de que todos seamos felices.
Los sanitarios, los transportistas, los servidores del orden, los trabajadores de las tiendas de alimentación y los supermercados, los que están dejando el pellejo en la fabricación y la investigación de remedios para la pandemia, los padres y los maestros que hacen más llevaderos estos días a nuestros niños, los abuelos que sufrimos con paciencia la ausencia de los nuestros y que asumimos que seremos los últimos en volver a la normalidad, los voluntarios que se están multiplicando para atender dificultades, los cuidadores y los internos en las residencias de ancianos, los consagrados que se esfuerzan en hacernos presente al Señor en cada momento, Etc.
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