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En la actualidad, los MBA o Máster en Administración de Empresas se han convertido en una de las mejores opciones de estudio para todas aquellas personas que quieren obtener conocimientos especializados y profundizar sobre estrategia empresarial, ámbito económico y gestión de proyectos.
Son muchos los rankings y organizaciones que evalúan a las universidades a través de criterios como sus planes de formación, instalaciones, las ayudas que ponen a disposición de sus alumnos, sus apuestas por la internalización o sus reconocimientos. Aunque no existen unos parámetros fijos, lo cierto es que la mayoría de ellos no tienen en cuenta la opinión de los propios interesados.
En el mercado laboral español no es un requerimiento obligatorio la formación de postgrado a la hora de optar a un puesto de trabajo, sin embargo, en muchos casos sí que se convierte en un elemento que marca la diferencia.
El nivel educativo de la población adulta española (entre 25 y 64 años) ha mejorado durante el periodo 2008-2018, ya que el porcentaje de adultos que posee estudios postobligatorios ha pasado del 51,1% al 60,2%, lo que supone una mejora de 9 puntos porcentuales.
En la actualidad, la realidad empresarial se muestra en un constante cambio y evolución. Esto, es un factor bastante importante tanto para acceder a un puesto de trabajo como para promocionar o progresar profesionalmente dentro de cualquier empresa. Por estos motivos, cada día es más necesario mantenerse actualizado en cuanto a conocimientos y técnicas de gestión de empresas. De esta forma, también se incrementan las posibilidades de sobrevivir ante las diferentes crisis económicas o aprovechar las oportunidades que puedan surgir en crecimiento profesional o de negocio.
Esta semana miles de estudiantes de toda España se enfrentan a uno de los retos más importantes de este ciclo académico: la Selectividad. Empezando por los de Castilla-La Mancha y acabando con los de Galicia, los exámenes de la EBAU de este año no estarán exentos de estrés, intriga y cierta emoción.
Mantener la motivación durante todo el proceso de formación es fundamental, pero, aunque sea un ingrediente esencial, también es uno de lo más complicados de conseguir.
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