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Hoy tenemos dos Españas claramente definidas. Por un lado, la de los políticos que viven a «desgarrapellejo» y a costa de todos los demás y, por otro, la España sufridora que madruga, se desespera por llegar a fin de mes y ve cómo los incompetentes políticos destrozan el país. Esta situación ha empeorado considerablemente con la llegada al Parlamento español de falsos predicadores o bocachanclas de cuarta división.
Nada de cacería política, ni de persecución ultra. La misma cantinela de siempre y los mismos mantras de la siniestra delirante. Veo que la indecencia no tiene límite: sabía que la vicepresidenta y la ministra de Igual-Da carecían de ética y de valores, pero dar la espalda a una víctima extremadamente vulnerable, menor para más «inri», retrata a ambas y a muchas otras «bocachanclas» que pierden la fuerza por la boca tras la bandera del barato feminismo.
Nadia Calviño se ha creído por encima del bien y del mal, pero ha hecho el ridículo más desmedido. En vez de despreciar el acontecimiento para el que fue invitada, debería de haber incitado a Pedro Sánchez para que diera explicaciones sobre la empresa de plásticos PLAYBOL, propiedad de sus padres, o sobre la deuda con Hacienda de la empresa de su marido y los tejemanejes de la misma para repartir el dinero que no es de esa empresa.
Hay muchas maneras de ensuciar un cristal, la más fácil es utilizar un paño sucio. ¡Va por el “feminismo” barato! ¡Va por la Ministra que se dice de Igualdad! ¡Va por los “tuiteros” hipnotizadores! La “feminidad” es bastante más antigua que las “feministas”. Las “feministas” quieren defender un derecho que tenemos todos, la igualdad, insistiendo en algo que no tiene nada que ver: los manuales de sexología ideologizados.
En breve tendremos en nuestras manos la maravillosa obra poética de “Enraizada” publicada por Valparaíso Editorial de la consolidada escritora, a pesar de su juventud, Damaris Maldonado, una mujer empoderada y de amplia formación: psicóloga, escritora y tantas facetas más como ejemplo de mujer empoderada y una defensora a ultranza de la igualdad desde el camino del feminismo en el que muchos nos encontramos imbuidos.
Es el de los que discrepan, del orden establecido, que se creen ingeniosos y de largo recorrido. Yo, sin embargo, los veo con “luces cortas”, perdidos, queriendo enmendarlo todo y provocando conflictos.
Se acaba de celebrar el Dia Internacional de la Mujer. Por muchos avances que hasta hoy se hayan producido en la ciencia biológica, no se ha conseguido sustituir el imprescindible rol que la mujer juega en el inicio de la vida de todo ser humano y que se conoce como maternidad.
No soy feminista ni partidario del masculinísimo, simplemente soy una persona que deseosa de que, como dicen los juristas, se aplique la justicia distributiva, o sea, que a cada cual se le entregue lo que le corresponde, yo añado, según sus cualidades y valía. El hombre, por serlo, no tiene más derechos que la mujer porque no es varón.
El EACC Espai d'Art Contemporani de Castelló, presenta la exposición “El árbol de la rabia”, que podrá visitarse del 10 de marzo al 12 de junio. Comisariada por Semíramis González, el título parte de un verso de la escritora afroamericana, feminista, y lesbiana Audre Lorde y busca reunir algunos de los temas centrales que han preocupado al feminismo en las últimas décadas de manera global.
A veces creo que nuestras altas mentes pensantes, cuando piensan que algo es acertado porque se trata de un avance en los derechos, se hará intocable la medida adoptada, ya que sería impensable volver al pasado, correríamos el riesgo de ser llamados retrógrados machistas.
Salvando sus andanzas primerizas (nos iríamos un siglo atrás), el feminismo ha tenido tan buen nombre como mala praxis, y aún peores objetivos según casos. Porque ya me dirán ustedes a qué viene ese insano deseo de «despenización» de los varones, como si tal masacre fuera a arreglar el terrible 'patriarcado criminal', al parecer inserto de fábrica en la mentalidad masculina como astilla en madera.
Bajaba, curioseando, desde Sol dirección al Instituto Cervantes, cercano a la Plaza de Cibeles. Bonito día, soleado, pletórico de actividad. Hacía tiempo que no hacía ese recorrido; tranquilo, relajante, envidiable… Pero, me topé de golpe con un edificio, monumento, en el entronque de la calle Alcalá con la Gran Vía: el Ministerio de Igualdad.
Este feminismo radical y ensoberbecido que estamos padeciendo en España, que se ha alejado de sus justas reivindicaciones en cuanto a la igualdad de oportunidades y trato que se les deben dar, por justicia, a las mujeres; para convertirse en algo parecido a un partido político de clara tendencia izquierdista, con ramalazos totalitarios y excesos verbales que las sitúan, en ocasiones, al borde de la idiocia.
Hablábamos de Afganistán. Juan Bautista Bajo Miguelez, compañero desde 1955, catedrático de Filosofía, escritor. Mi buen amigo hace este breve comentario: "Cuando seres humanos inocentes, trabajadores, pacíficos... se ven obligados por una recua de desalmados a abandonar casas, propiedades, lugares de convivencia... y, quién tiene el deber de defenderlos no les defiende, es el final de una mal llamada civilización".
El “utilizadísimo” y “rentabilísimo” movimiento asociativo feminista español, estos días, como se dice en perfecto castellano, “está tirando balones fuera”:
Presento en este periódico y para sus lectores un grupo que va a llegar muy lejos. No llevan mucho tiempo (esa quizá sea su grandeza y su frescura), y además llegan con compromiso, con valores, feministas, antifascistas, animalistas. ¿Quién da más? Con respecto a que han venido a arrasar con todo, a gritar bien fuerte en un mundo muy callado y a darnos canciones que nos dejan con la boca abierta, como su nombre indica: cantos que van directos y rápidos al pecho.
España en cabeza de la tolerancia con el aborto, la homosexualidad, el anticatolicismo, la degradación del concepto de familia, del feminismo radical y del intercambio de roles sexuales, la humillación y relegamiento del varón junto al liberticidio y el intento de retorno a épocas en las que las libertades de los ciudadanos estaban sometidas a la dictadura del Estado republicano totalitario del Frente Popular.
Antiguamente la obsesión por el sexo traía consigo “los escrúpulos”, mitad remordimientos morales y la otra mitad desconocimiento derivado de una realidad, que, ahora, muchos quieren obviar: LA ÉPOCA.
Esa menor presencia de las mujeres se registra también en la literatura económica. Los artículos publicados por mujeres son el 11% del total en las cinco principales revistas de economía desde 1990, el 12% desde 2000 y el 14% desde 2010 (aquí). Y en el Research Papers in Economics, una base de datos de publicaciones económicas, los trabajos de mujeres representan alrededor del 25%.
Veamos, hoy miles de mujeres vociferaran por las calles que puedan o no puedan, desobedeciendo las numerosas voces que aconsejan no reunirse en multitud para de nuevo evitar los numerosos contagios y fallecimientos que tuvieron lugar el mismo día del año pasado, pues aún sabiéndolo los miembros del gobierno, prefirieron dar rienda suelta a sus ideologías que preservar la salud de los ciudadanos.
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