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La periodista finaliza la entrevista que le hace a José Ramón Ayllón, filósofo y experto en ética con esta pregunta: “¿Dónde está el norte? La respuesta que recibe del sabio es: “Lo que pide el bien es lo que naturalmente conviene, que objetivamente nos enriquece o perfecciona. Y esto te lo marca tu conciencia. Piensa con conciencia y aplica la regla aurea”. El filósofo deja la responsabilidad de decidir qué es el bien o qué es el mal, a la conciencia. La pregunta que tenemos que hacernos es: ¿Es fiable la conciencia?
Realmente, la filosofía de Immanuel Kant es racional, ya que se fundamenta en la razón y en el entendimiento, con la necesaria contribución de la sensibilidad que conforman los sentidos. Es una combinación entre la racionalidad y la experiencia. Su vida transcurrió entre 1724 y 1804 en Prusia, Alemania.
El pasado 15 de marzo, promovido por Grupo Gie, tuvo lugar una conferencia y networking a cargo de María Ángeles Quesada, filósofa, experta en pensamiento crítico (Critical Thinking) y diálogo socrático que llevó por nombre “Trabajar como humanos”. Pero, ¿qué hace la filosofía buscando el hueco dentro de la empresa y economía? Reivindicar el papel del humanismo en la era de la inteligencia artificial.
La filosofía es un saber generalista de segundo grado, que analiza los métodos de las ciencias y también las cosmovisiones científicas. Es un saber instrumental, al igual que lengua o matemáticas, por lo que es muy útil en la argumentación y en los procesos de razonamiento y entendimiento de la realidad, tanto social como humana. En el origen de la filosofía hace 2.600 años en Mileto, en el mundo helénico, ciencia y filosofía estaban unidas e integradas.
Hoy quisiéramos reflexionar sobre un asunto que consideramos estrictamente crucial: la necesidad del silencio en un mundo plagado de barullo, voces disonantes y discordantes mezcladas en un caótico tumulto que hace demasiado ruido mientras que no dice nada.
La logoterapia es una corriente psicoterapéutica desarrollada por el psiquiatra, filósofo y neurólogo austriaco Viktor Frankl. Este enfoque se centra en la búsqueda de sentido y propósito en la vida como elemento fundamental para alcanzar la realización personal y superar los desafíos emocionales.
Los monjes trapenses eligieron como lema de su Orden «Memento mori»: recuerda que morirás. Pero podemos reflexionar sobre la muerte desde el punto de vista de la experiencia vital, que nos sirve para vivir bien; o bien desde la esperanza de salvación, que nos sirve para vivir felices con esa perspectiva de que pasaremos a una situación mejor.
Tengo amigos que confiesan que la Filosofía les ha alejado del Dios en quien creían. Tengo antiguos alumnos que admiten, sin complejos, que aquellos tiempos religiosos, casi por imposición, se han ido borrando y sus creencias actuales, simplemente, figuran escritas en el libro de la parroquia. Tengo personas a mi alrededor que lo religioso les es indiferente; indiferencia que sin querer transmiten a los niños.
Hay quienes le tienen severa alergia y repulsión, otros la veneran sin entenderla, otros dicen portarla para someter a los demás, otros tantos pasan de ella porque les da igual, otros la necesitan para trabajar, otros la buscan permanentemente y la defienden a capa y espada, creyendo que así la vida es más auténtica. Pues amigos, el problema de la verdad nos acompañó siempre, y no pierde vigencia.
Walter Benjamin, el gran pensador alemán, se suicidó en Portbou en 1940. Compartía con tantos otros genios el origen berlinés que me legó mi padre. Sabiduría y humildad lo hicieron paciente frente a la fogosidad de otros intelectuales contemporáneos. Él no quería ser considerado filósofo, por lo menos en el vulgarizado sentido de la palabra, se expresaba como un auténtico narrador: oraciones breves, ejemplos paradigmáticos para contrastar con un entorno moderno, enamorado de sí mismo.
Recuerdo, en un cónclave socialista, oír de un destacado político del municipalismo catalán, la siguiente afirmación: 'las fábricas de hoy son los hoteles'. En este interludio estival me ví inmerso en la experiencia de la ilimitación capitalista del sector turístico hotelero que por momentos me arrastró a la malograda vida de Charlie Chaplin en la película "Tiempos modernos".
Las adjetivaciones que proporciona la RAE respecto al término “necio” cubren básicamente la totalidad de los significados atinados que posteriormente analizaremos: “ignorante, que no sabe lo que puede o debe saber”; “imprudente o falto de razón”; “terco y porfiado en lo que hace o dice”; “dicho de una cosa que se ejecuta con ignorancia, imprudencia o presunción”.
Generalmente se entiende por “sentido común” a la facultad natural que tienen los seres humanos para juzgar rectamente aquellas cosas que les son “comunes” a la gran mayoría de los miembros de una comunidad. Visto así, sería como una capacidad que tienen las personas para poder discernir (razonar) y tomar las decisiones correspondientes, las cuales se estiman lógicas y pragmáticas en situaciones cotidianas.
Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un concepto que permanentemente nos remite a un aspecto lamentable de la existencia de todos los mortales, a saber, la “miseria”. Intentaremos pensarlo desde un enfoque ético y existencial ya que lo podemos leer como condición propiamente humana, inherente a nuestra naturaleza, como también un estado o situación en la cual, una vez que se cae en ella, es realmente difícil salir.
Para Aristóteles todo el conocimiento surge de la experiencia. Es un realismo filosófico basado en la percepción de lo empírico, de las cosas del mundo o de la realidad. Se opone, en este sentido, al idealismo socrático y platónico. No existen dos mundos: el inteligible y el sensible, como afirmaba su amigo Platón.
El fallecimiento del filósofo, profesor y ensayista Nuccio Ordine ha causado honda conmoción, porque solo tenía 64 años y es unos de los mejores pensadores y eruditos contemporáneos. Recibió con mucha alegría la noticia de la concesión del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2023.
Es real la identificación entre la filosofía y la religión. Si bien es indiscutible que las cuestiones que tratan ambos saberes son enfocadas de maneras diferentes, existen puntos en común, en relación con las conductas y las actitudes ante la vida y la realidad. La filosofía se fundamenta en la argumentación racional, la lógica y el análisis crítico, en cambio en la religión lo prioritario es la fe o la confianza en la divinidad.
Realmente, este pensador consideró que el origen de la violencia está en el miedo. El temor a lo desconocido, azaroso y arbitrario forma parte de las preocupaciones humanas, desde los primeros tiempos de la vida de la especie humana. Es algo que no se puede obviar. Rechazar la violencia es una actitud coherente con la naturaleza racional de las personas que buscan el bienestar individual y social.
La cavilación sobre Ética y Estética, como dos ramas que son de la Filosofía, ha formado parte de las disputas teóricas durante siglos. Se ocupa la primera de la moral y de las acciones humanas; se centra la segunda en la belleza. No parece que tal querella sea hoy un asunto clave de nuestras discusiones, y es posible que se nos antoje puro forcejeo verbal y bizantino, propio de escolásticos ociosos, pero adquiere cierto interés en estos tiempos preelectorales.
La teoría crítica de la Escuela de Fráncfort no justificó en el siglo XX la sociedad de su tiempo, ya que partía de la base de que es irracional, injusta y opresora, aunque no sea de forma absoluta y total. Lo que significa que deben cambiar muchas políticas de los gobiernos, para lograr una sociedad más racional y humana.
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