Tengo amigos que confiesan que la Filosofía les ha alejado del Dios en quien creían. Tengo antiguos alumnos que admiten, sin complejos, que aquellos tiempos religiosos, casi por imposición, se han ido borrando y sus creencias actuales, simplemente, figuran escritas en el libro de la parroquia. Tengo personas a mi alrededor que lo religioso les es indiferente; indiferencia que sin querer transmiten a los niños.
El gran Misterio de nuestra vida siempre será ¿QUÉ, QUIÉN, CÓMO, POR QUÉ?
No han existido ni generaciones ni culturas que no llevaran impresas esas mismas preguntas. Por eso, AÑO a AÑO y NAVIDAD a NAVIDAD... DIOS se aparece y en el silencio de nuestro interior nos interroga para que tengamos la VALENTÍA de RESPONDER a esas cuatro cuestiones.
Lo más extraño y sorprendente es que todos agachamos la cabeza ante el MISTERIO, aunque los que se dicen ateos, por respeto, simplemente, inclinen su inteligencia y una vez al año se pregunten ¿SERÁ VERDAD?
La humanidad siempre ha llevado dentro el MISTERIO de su SER; descubriendo y redescubriendo, poco a poco, que todo tiene un final, menos la INTUICIÓN, que muchos llaman FE y otros “más muchos” conocen como el RESULTADO de las preguntas planteadas.
La Ciencia, que todo quiere que sea tangible, comienza a razonar, por si acaso, con la DUDA y viéndose derrumbar, observa cómo algo de SÍ, VUELA en busca de un hogar sin ataduras.
Decía un gran amigo mío: "Tanta espiritualidad me abruma. Porque yo ando en la cuerda floja entre mi inteligencia y la fe recibida. Espero la muerte con resignación y curiosidad. Con resignación, porque forma parte intrínseca de esto tan maravilloso que llamamos vida. Y con curiosidad, para saber, por fin, quién estaba equivocada: mis creencias recibidas, o mi inteligencia. (Lo malo es que, en el segundo caso, no voy a enterarme de ello...)
Entretanto, me acojo a su misericordia, y le pido perdón anticipadamente, si la inteligencia (¡que Él me dio para pensar!) ha llegado a conclusiones contrarias a las enseñanzas religiosas. Como suelo decir, en broma, "le doy a Dios la oportunidad de hacerme ver que yo estoy equivocado..."
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