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El Mes Nacional de la Herencia Hispana en Estados Unidos se extiende desde el 15 de septiembre hasta el 15 de octubre. Comienza a mediados de mes, en coincidencia con la celebración en varios países latinoamericanos del aniversario de su independencia. Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua conmemoran su independencia el 15 de septiembre; México, el 16 de septiembre; y Chile, el 18 de septiembre.
La organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) ha denunciado esta semana que cuatro países andinos, Colombia, Chile, Ecuador y Perú, incumplen su obligación, bajo el derecho internacional, de proteger a quienes huyen de Venezuela para resguardar su vida, seguridad y derechos humanos.
Millones de niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe, y sus familias, han abandonado escuelas, amigos y comunidades para conformar una de las mayores y más complejas crisis migratorias del mundo, según advierte en un nuevo informe el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Como antesala. Ojala con esta (s) reflexiones “los genios de la política, asesores, asistentes de todos gobernantes, entre otros” no se disloquen haciendo una “eiségesis” que no conduce a nada, sólo a tapar asuntos que pueden perjudicar a ustedes y a sus pueblos.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) confirmó este jueves 17 la muerte de 63 senegaleses en aguas del Atlántico, al naufragar la precaria embarcación en que viajaban con la intención de arribar como migrantes a Europa. Safa Msehli, portavoz de la OIM, confirmó en esta ciudad suiza que fueron rescatados 38 sobrevivientes, 37 de Senegal y uno de Guinea-Bissau, por un buque pesquero español que les acercó a la isla de Sal.
Da la impresión de que los gobiernos ribereños implicados, permanecen indiferentes ante los sucesivos naufragios de barcos repletos de inmigrantes, que dejan una triste estela de ahogados y desaparecidos. El último drama al que, al parecer, hemos asistido imperturbables, ha sido el naufragio de un barco en el mar Jónico cercano a las costas de Grecia.
Los flujos migratorios son la locución de un fenómeno que nos desborda; y que, en demasiadas ocasiones, nos deja con el corazón oprimido. De entrada, cualquier ciudadano, debería ser libres de partir o de quedarse. Sin embargo, cada día son más las personas forzadas a abandonar sus domicilios.
Las migraciones del ser humano siempre han estado presentes a lo largo de Historia. Desde el mismo inicio de su existencia, los movimientos migratorios han sido una constante en el desarrollo evolutivo de las sociedades. En la actualidad, los movimientos migratorios que se efectúan suponen un peligro para las personas que los realizan, más aún si estas personas son de temprana edad debido a la desestabilización de estas personas.
EEUU transgrede leyes internacionales al impedir el acceso a su territorio de solicitantes de asilo que llegan de manera irregular, según han indicado varias agencias de las Naciones Unidas. Según Acnur y la Organización Internacional para las Migraciones, “las barreras que impiden que las personas ejerzan el derecho humano fundamental de solicitar asilo son inaceptables y contrarias a las obligaciones internacionales de los Estados”.
El Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación Racial ha solicitado a los países de América que suspendan los retornos forzosos y protejan a los haitianos en tránsito, después de que 36.000 personas de ese origen fueran deportadas durante los tres primeros meses de este año.
Europa está evolucionando bajo una fuerte presión en sus cimientos demográficos, sociales, políticos o religiosos.. Según una proyección de Eurostat, el porcentaje de personas de 80 años o más en la población de la Unión Europea se multiplicará por 2,5 entre 2019 y 2100 y pasará del 5,8% al 14,6%, lo que indica que el envejecimiento es creciente.
Según cifras reportadas por Naciones Unidas, desde 2015 hasta finales de 2022, hay más de 7,1 millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela en el mundo. De ellos, el 34% son niñas, niños y adolescentes. Esta migración forzosa, considerada una de las crisis humanitarias más grandes de los últimos años, está muy lejos de terminar. En 2022 hubo un incremento de flujos migratorios hacia el norte del continente, especialmente con destino a Estados Unidos.
El gobierno chileno endureció el control en la frontera norte para frenar el ingreso de migrantes, especialmente venezolanos, a través de 1030 kilómetros de su frontera con Bolivia y Perú. Unos 600 efectivos militares se sumaron a los efectivos de la policía para reforzar el control, inicialmente durante tres meses.
Cuerpos de migrantes ahogados siguen apareciendo en las playas mediterráneas de Crotone, en el sur de Italia. La embarcación de madera que transportaba a este grupo de migrantes se estrelló contra las rocas frente a las costas de esa ciudad turística calabresa y convirtió a sus playas “en un cementerio”, según lo describió una persona del lugar. El número de muertes ascendió a 67 este miércoles y hasta el momento se han contabilizado 80 personas sobrevivientes.
Tras el naufragio que costó la vida de al menos 64 personas, el domingo 26 en el sur de Italia, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, pidió a la comunidad internacional que se establezcan rutas seguras y legales para los migrantes y refugiados. “Todas las personas que buscan una vida mejor merecen seguridad y dignidad”, declaró el titular de la ONU.
El movimiento de los seres humanos es un fenómeno mundial y está presente en todas las épocas de la historia y en todos los rincones de nuestro planeta. Ante los flujos migratorios, en la actualidad podríamos hablar del impacto sobre la etnicidad que estos producen, el malestar tanto administrativo, como el de las poblaciones receptoras hacía un sociedad multicultural.
No considero irrelevante reflexionar acerca de la dicotomía en la función que oficialmente se dan a los CIEs en nuestras fronteras estatales, y la realidad en la práctica del día a día, que conocemos a partir del análisis de diferentes perfiles de las personas detenidas, así como la variedad de situaciones personales sancionadas a través de las órdenes de expulsión e internamiento.
George Simmel, critico alemán, puntualiza, que las personas no son extranjeras en sí mismas sino para la otra que así los conceptualiza. En este proceso se refuerzan en muchos casos la identidad nacional, se trata de un proceso de confrontación o lucha personal en el que se refuerzan lazos de pertenencia del lugar de origen o se rechazan, y se construye una nueva identidad.
La inmigración irregular en España ha descendido un 25,6 por ciento en 2022, pasando de las 41.945 llegadas en 2021 a las 31.219 en 2022. Así lo refleja el último Informe quincenal de inmigración irregular, actualizado a 31 de diciembre y publicado por el Ministerio del Interior. La reducción es más acusada en las entradas por vía marítima, con caída generalizada en las costas de la península, Ceuta, Islas Baleares y Canarias.
Ya es hora de dar la voz de alarma. Por eso, me gustaría hacer una invitación a no malgastar la energía que todos llevamos consigo, mar adentro; pues, sólo a través de una reflexión interna de cada cual, calmada y tranquila, podremos desenredar todos los nudos. Quizás tengamos que hacer una parada y repensar la orientación de nuestros andares.
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