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Gracias a este principio legal, que significa literalmente “estando así las cosas”, se evitó la quiebra de distintos tipos de negocios durante la crisis de la Covid-19. Su aplicación con motivo de situaciones excepcionales abre un paréntesis legal a ciertas obligaciones contractuales, por ejemplo, la del pago del alquiler de los empresarios afectados a los arrendatarios de los locales donde desarrollan su actividad hasta que esta no se pueda reanudar con normalidad.
No. Aparentemente no tiene nombre, si es que eso importa algo, aunque estábamos acostumbrados a bromear con que alguna borrasca eligiera el nuestro pero sin ser dañina; sin embargo, todos la reconocen como la DANA del siglo XXI, o tormenta subtropical llamada ex-Patty.
Lo ocurrido la semana pasada en Valencia ha sido la gota que ha colmado mi vaso de indignación, la falta de escrúpulos, de empatía, de solidaridad, ayuda y todo lo que se le supone que un presidente de gobierno debe hacer en casos de catástrofes como la ocurrida, es de tal gravedad que no sé cómo no le apalearon cuando se presentó en Paiporta. Personalmente no me gusta la violencia, pero era comprensible que lo pudieran haber hecho.
Cobarde, pero caprichoso y aprovechado sin perdón. Apenas han pasado 48 horas desde el escarmiento que le dio el pueblo de Paiporta y ya está enredando como si nada hubiera sucedido. Este individuo que preside el desgobierno español de extrema izquierda parece que no escarmienta. Su discurso indecoroso es rayano al del trilero más rancio; pretende cambiar ayudas a la DANA por Presupuestos Generales del Estado, como si esos fueran imprescindibles en este momento.
No hay español que sienta el amor a España y a sus gentes, que al dolor y la pena por tanta tragedia de destrucción y muerte a raíz de las recientes inundaciones, no se sume la tristeza y la indignación por las sorprendentes escenas que contemplamos el domingo pasado durante la visita de los Reyes y los presidentes del Gobierno y Generalitat de Valencia a Paiporta, uno de los pueblos más castigados.
El 14 de octubre de 1957, Valencia sufrió una de las peores inundaciones de su historia, causando entre 300 y 400 personas muertas y dejando la ciudad sumida en el caos. En respuesta a esta tragedia, el régimen de Francisco Franco impulsó el Plan Sur, un ambicioso proyecto de ingeniería para desviar el curso del río Turia, lejos del centro urbano, cuya obra se terminó en 1973, con un coste de millones de pesetas.
A raíz de la DANA que está afectando a España y que ha producido importantes daños en la zona de levante con unos resultados tremendamente preocupantes, se está produciendo toda una ola de solidaridad en nuestro país para ayudar a los afectados. Esto, desgraciadamente, también está siendo aprovechado para intentar engañar a muchos ciudadanos, tanto con llamadas de teléfono como a pie de calle en diferentes ciudades.
Para Pedro Sánchez, las víctimas de Paiporta y los voluntarios que se volcaron con el desastre de la localidad «son unos violentos marginales». No se imagina el presidente cómo llamamos a los psicópatas que han mostrado dejadez ante esta tragedia, además de pretender sacar rédito político al sufrimiento de los habitantes de la mencionada localidad.
Para lo que le quede de vida al traidor, embustero y dictador Pedro Sánchez, se le recordará como el más gallináceo espécimen que haya desempeñado (es un decir) un cargo político en nuestra querida España. Al cúmulo de decisiones perjudiciales que ha venido tomando desde que cambió el colchón de la Moncloa, este siniestro personaje, se retrató perfectamente el pasado 3 de noviembre de 2024, en su viaje a la Comunidad Valenciana.
Annika Coll, experta en emergencias, según El País, cuya noticia es levantada hoy, 4 de noviembre, por La Nación -periódico masivo de Argentina- reflexiona: “En España hay gente que no confía en los mensajes de alerta de las autoridades porque no confía en los políticos” y (…) “la gente se enoja si le dicen que va a nevar y luego no nieva”.
Finales de octubre de 2024. La DANA comenzó su camino devastador, originado por una serie de elementos naturales conocidos por los expertos que deben ayudar a prevenir y avisar a la población. ¿Qué sucedió? La justicia deberá estudiar y exigir responsabilidades a las autoridades competentes en estos casos.
La peor DANA en lo que llevamos de siglo ha dejado ya más de doscientas víctimas mortales, principalmente en la provincia de Valencia. Hay también muchas personas desaparecidas, una situación que tiene a sus seres queridos y a todo el país en vilo. Y cientos de familias, de trabajadores, de pequeñas empresas que lo han perdido todo.
La visita de los Reyes de España a las zonas afectadas por la tragedia en Valencia ha sido percibida por muchos como un reflejo de las deficiencias y desafíos en la gestión de crisis en el país. Lo que debería haber sido un acto de solidaridad se vio empañado por problemas de organización y logística que resaltan las carencias en la respuesta ante emergencias, además de un creciente descontento social.
Frente a las piedras, la mano franca y el aguante. Frente a los improperios, paciencia de santo y talante de hierro. Ahí estaban Felipe y Letizia, el día 3 de Noviembre, tan juntos como el agua y el barro, sin ceder terreno, plantados en medio de una catástrofe que ha roto récords y esperanzas.
La Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores ha reafirmado su disposición y compromiso para colaborar con las y los autónomos afectados por la reciente DANA. Para ofrecer un apoyo práctico y efectivo, la Organización ha publicado una guía de preguntas y respuestas sobre las prestaciones por cese de actividad para aquellas y aquellos autónomos que han visto comprometidos sus ingresos y actividades debido a la catástrofe.
Un domingo por la noche avisando en las redes sociales del Ayuntamiento de que hoy las niñas y niños de Valencia no tienen clase, a pesar de que durante el domingo en redes sociales y prensa difundían que solamente se suspendían las clases en las pedanías más afectadas de Valencia. Sobre nada menos que las 22:00 de la noche se avisó de que hoy no hay clases en toda Valencia, cuando nada ha cambiado y las alertas ya las tenían durante todo el día.
No nos ha sorprendido la huida del presidente Sánchez en Paiporta (zona cero de la DANA en la provincia de Valencia) y eso que solo era una multitud ansiosa por hablar con los responsables de la dejadez que han sentido durante tres días, algún día más en otros puntos. Ha corrido con el rostro blanco como los “walkingdead”; en su vida se había visto en otra igual.
Al meteoro sucedido en Valencia, lo están denominando indistintamente Gota fría o DANA. Eso es cuestión de nominalismos que no vienen al caso. El hecho incontrovertible es que la zona levantina española ha padecido el embate de enormes masas de agua que han causado destrozos y daños incalculables, y, lo que es peor, aún se desconoce el número total de fallecidos, y posiblemente nunca se lleguen a saber porque no se localicen sus cuerpos.
Hoy me he servido de un Puente para reflejar mi buena noticia. Se trata del puente de solidaridad que se ha trazado entre los damnificados por la DANA de la pasada semana y el resto de España. Se me han saltado las lagrimas al contemplar las riadas de voluntarios que se han desplazado a la zona 0 a través del único nexo de unión entre la tragedia y el resto del mundo.
El Síndrome de Zelig es un término que fue utilizado para denominar un extraño fenómeno clínico ocurrido en Italia en el que un individuo sufrió de amnesia autobiográfica, llevándolo a mimetizar su personalidad con la del entorno. Un trastorno de personalidad que hace que el individuo sea capaz de adaptarse a cualquier tribu identitaria, síndrome evidente en la reciente decisión de Mazón de asumir el mando para gestionar la catástrofe provocada por la DANA en Valencia.
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