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Andaba enfrascado en una conversación de Whatsapp con un buen amigo, columnista como yo, sobre los estrambóticos vaivenes de la investidura del próximo presidente del gobierno cuando, como consecuencia de mis lamentos de incomprensión y asombro ante el espectáculo que rodea a la actual coyuntura política, me respondió con un argumento tan sutil como cierto: “España ha cambiado, Jorge”.
Tenemos en la actualidad una situación política que resulta a todas vista como poco inverosímil. La llamada centro derecha, derecha o ultraderecha, no se ponen de acuerdo para poder gobernar de modo más racional de lo que hasta ahora se ha hecho. Es el resultado que han dado las urnas en las últimas elecciones, pese a todo el oscurantismo habido en los votos por correo. Sin embargo parece que los que ganaron fueron los otros, la izquierda o ultraizquierda.
La Galería de las Colecciones Reales inaugura el espacio dedicado a exposiciones temporales con ‘En movimiento. Vehículos y carruajes de Patrimonio Nacional’. Medio centenar de piezas, entre ellas varias carrozas, vehículos, trineos e incluso una litera de viaje, ofrecen al visitante la posibilidad de explorar la historia del carruaje en España y su papel como representación del poder, desde el siglo XVI al XX.
Este sábado se celebra la coronación oficial de Carlos III como rey de Inglaterra, pero ¿realmente el país lo acepta como tal? La sombra de sus polémicas de juventud es alargada y el buen comportamiento de su hijo Guillermo le ha convertido en su gran rival. Para conocer más a fondo esta situación, Ipsos ha realizado un estudio sobre la opinión de la sociedad británica hacia la monarquía tras el fallecimiento de Isabel II y la reputación del actual rey.
Dejamos ahora para más adelante -hacia el otoño de este año electoral, y aunque la política exterior va a tener como es tradicional por estos pagos escasa entidad, en el pleno fragor de la contienda quizá la coyuntura permita margen para alguna que otra referencia a las controversias diplomáticas- el habitual balance sobre nuestros contenciosos y diferendos, que esta vez arroja un déficit asaz agravado.
Aquel general bajito, regordete y de voz atiplada que salía, en exclusiva, en los sellos de correos y en las monedas, llamado Francisco Franco Bahamonde, el único de los dictadores europeos de los últimos cien años que ha muerto en la cama, dejó en herencia a los españoles un reino que durante cuarenta años no tuvo rey.
Más allá de la crisis política y económica que sufre España, viene larvándose en estos últimos tiempos una crisis institucional, que de continuar avanzando, puede afectar muy seriamente a los pilares de nuestro sistema democrático y a la arquitectura constitucional que lo sostiene.
El monarca cuya avaricia le condujo hacia la maldición de convertir en oro todo lo que tocaba. Así es la vida del emérito recopilada en formato docuserie bajo el acertado nombre de ‘Salvar al Rey’. Historia reciente que alerta e indigna desde el punto de vista social pero también periodístico. Décadas de silencio al servicio de un personaje cuyos intereses diferían de lo que, en teoría, debe buscar un jefe del estado, primando su bien frente al bien ciudadano.
A inicios de junio fue la celebración central del jubileo de platino de la reina Elizabeth II, la primera persona que llegaba a estar en el trono británico durante 70 años ininterrumpidos, récord que nunca había llegado ninguna mujer en la historia universal. Exactamente, 3 meses después ella falleció. Con su partida se cierra una era y se abre otra en sus islas y en la Mancomunidad Británica de Naciones.
“El sol nunca se pone en el Imperio británico” se ha dicho durante mucho tiempo en referencia a las colonias que el Reino Unido poseía en diversas partes del mundo. ¿La muerte de la reina Isabel II provocará una mayor reducción de ese imperio, teniendo en cuenta que muchas de las ex-colonias del Imperio británico que ahora conforman lo que se conoce como la Mancomunidad de Naciones debaten actualmente la posibilidad de cortar sus lazos con el Reino Unido de forma permanente?
Ha muerto Isabel II reina de Inglaterra y cabeza de la Iglesia anglicana, bueno ¿y qué? Como todo bicho viviente ha completado su ciclo vital y le ha llegado la hora de su fenecimiento. Lo que verdaderamente me admira y encocora es el estruendo de bombo y platillo con el que están tratando una noticia de lo más corriente y normal los políticos y medios de comunicación españoles.
En el primer discurso de Carlos III como rey, este confirmó que el título de su esposa, de ahora en adelante, sea el de reina consorte: «En reconocimiento a su leal servicio público desde nuestro matrimonio desde hace diecisiete años, se convierte en reina consorte».
La noticia del fallecimiento de la Reina Isabel II ha conmocionado al mundo entero. Personalidades de numerosos países han mostrado sus condolencias por la pérdida de la que es considerada el último símbolo del siglo XX. Tras el inmediato nombramiento del Príncipe Carlos como el Rey Carlos III de Inglaterra, se empiezan a oír voces que se preguntan por el futuro de la Institución y las reacciones que se pueden esperar de los países de la Commonwealth.
Es evidente que nuestro presidente del gobierno, señor Pedro Sánchez, ha conseguido situar a la monarquía española en el lugar en el que le interesa tenerla. Y es, precisamente, por esto que no se aviene a complacer a sus socios de gobierno, que hace tiempo que están reclamando su supresión mediante sucesivas campañas en contra del Rey y de la institución monárquica.
En España los reyes en lugar de por oposición lo son por reposición de la institución monárquica por la mano dura y el deseo de un dictador rebelde como fue el general Franco y sus secuaces. Al actual Borbón, le hemos pagado los estudios en los mejores colegios para que los palaciegos de la prensa nos lo vendieran como el rey más preparado de la historia de España.
El presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), Luis Cayo Pérez Bueno, ha ofrecido a Patrimonio Nacional la colaboración de su entidad para que la Galería de las Colecciones Reales que está previsto inaugurar en el verano de 2023 sea accesible a todas las personas con discapacidad. Según Pérez Bueno, “enriquecerá de modo más que notable la oferta museística y cultural de Madrid y de toda España”.
A cuenta de la visita del Emérito Campechano para regatear un par de días con sus amigachos, se me ocurre escribir sobre la eterna discusión de si República o Monarquía. Poco o nada tiene que ver dicha porfía con lo que sucede en España en cuanto al tema que nos ocupa, pues no tratan aquí los unos y sus contrarios de la fórmula política como tal, sino que los unos [medio] eligen Monarquía por ser lo contrario de lo que prefieren sus «enemigos».
Tenemos la idea de que hemos entrado en una nueva etapa en la que nuestra nación parece haber adjurado de muchas de sus tradiciones, de lo que han sido costumbres parlamentarias y de la importancia de algunas de sus instituciones más relevantes, que tomaron cuerpo, se entronizaron y fueron el leitmotiv de lo que se dio por denominar la España de la transición, fruto de la nueva Constitución, postfranquista, de 1978.
Cuando se consigue acceder al contacto más directo, la realidad, te hace cambiar de opinión en la mayoría de las ocasiones. Puedes sentirte más lejano o más cercano del personaje con el que hemos realizado la entrevista. Le encuentras más joven o más viejo; más guapo-a o feo-a; más cercano o más estirado, etc.
Algunos pudieran pensar que ha sido la gran pandemia del Covid 19 la que más ha influido en el evidente deterioro por el que está pasando la nación española, pese a que los que nos gobiernan no dejan de sacar pecho, basándose en hechos circunstanciales, sin tomar en cuenta los negros nubarrones que nos amenazan desde más allá de nuestras fronteras y olvidándose de los graves problemas que, cada día, se hacen más evidentes.
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