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Lo que nos preocupa y mucho Señor, es que estos ataques a la institución monárquica se dirijan desde el seno del propio gobierno, encabezados por el Vicepresidente segundo Pablo Iglesias y varios de sus Ministros/as
El 19 de junio de 2014 el rey emérito, don Juan Carlos I, abdicó del trono de España en favor de su hijo el entonces príncipe don Felipe de Borbón y de Grecia. Dos días después juró la Constitución y se hizo cargo de la Jefatura del Estado dando así continuidad a la monarquía española. Una continuidad muy accidentada porque todos los monarcas españoles desde el año 1808, en que reinaba en nuestro país Carlos IV, han tenido que salir de España camino del exilio.
El señor Sánchez ha sido capaz de asustar a toda Europa al permitirse la alianza con los comunistas de Unidas Podemos y, en especial, con este personajillo de la coleta, que ha resultado ser la más nefasta influencia para una España que, hasta su llegada, había ido trampeando con bastante solvencia las dificultades derivadas de la crisis del 2008, una etapa a la que fue incapaz de enfrentarse el presidente Rodríguez Zapatero.
El rey heredero, Felipe VI, sabia, oficialmente desde hace más de un año, que figuraba como segundo destinatario de los millones que figuraban en la cuenta de una Fundación creada expresamente para distraerlos del ojo fiscal de Hacienda, ese ente que, dicen, somos todos.
La Casa de Borbón es una rama de la Dinastía de los Capetos, la más antigua dinastía real de Europa de origen francés, aunque perteneciente al Reino de Navarra, cuando esta comprendía territorios a ambos lados de los Pirineos, y sucesora del Reino de Pamplona fundado en el año 824.
¿Qué es lo que han conseguido? Que Juan Carlos, nuestro Rey Emérito haya decidido ausentarse por un tiempo, que no exiliarse, como proclaman todos los medios de comunicación que sobreviven gracias a las suculentas donaciones que esta jauría que nos rige les concede.
Pero que nadie caiga en la candidez de creer que con esto se ha cerrado un capítulo perturbador de nuestro acontecer político actual. Por el contrario, esto no ha hecho más que empezar, porque eliminada la histórica figura del Rey Juan Carlos, ahora el punto de mira señala la figura de su hijo, el Rey Felipe VI
La actualidad las ve juntas. La primera forma parte de nuestra angustiosa cotidianidad, no así la segunda. No aporta novedades, excepto la potencial deducción que la mal adquirida fortuna del “Emerito” sería de gran utilidad para unas arcas vacías.
El des-mérito con sus trapicheos largamente ocultados por los partidos políticos desde su entronamiento fascista, que fue posteriormente corroborado por partidos generalistas, nacionalistas y autonómicos. Todo empezó en 1977, en una pretendida apertura a la democracia parlamentaria, incluyendo la postura del PCE de Santiago Carrillo.
Hace unas semanas Felipe VI de Borbón y Grecia, rey de España, acudió a Sevilla para presidir la entrega de unos premios otorgados por la Real Maestranza de Sevilla, y allá, rodeado de toreros, de los próceres de la entidad otorgante de los galardones y de la aristocracia de la intelectualidad taurina además de los dirigentes de la Junta de Andalucía tuvo la osadía de atreverse a calificar la fiesta de los toros como uno de los nexos de unión de la sociedad española.
que ya están recelando de los regímenes instalados en Italia y ven cómo pueden peligrar sus cómodas mayorías que venían garantizando la estabilidad económica, política y financiera de este gran proyecto común que es la UE.Y, en medio de toda esta confusión, atentos a lo que va a decir el rey e n su discurso de Nochebuena; intentando mantener un atisbo de esperanza de que surja algún impedimento para que los planes de Sánchez no lleguen a buen término, mientras empezamos a prepararnos para este tsunami que parece que nos va a llegar desde el mes de Enero del 2020; volvemos a tener noticias de que, la última persona que pudiéramos pensar que iba a añadir otro motivo de preocupación a los españoles, la reina Leticia, demostrando una vez más que no está a la altura del lugar que ocupa en la Casa Real, vuelve a equivocarse, creemos que, en gran parte, debido a su desmedido afán de protagonismo y por una evidente tendencia a un egocentrismo propio de aquellas personas que, sin estar convenientemente preparadas por ocupar un puesto de responsabilidad, despreciando los consejos de personas que saben lo que se debe hacer y, con toda probabilidad, escuchando “voces de sirena” de alguno de sus consejeros interesados en que, la operación de desguace que se está preparando contra España, salga bien; han escogido al eslabón más débil de la cadena que, seguramente, han considerado que era Leticia para crear, si cabe todavía, una mayor confusión en este piélago de insensateces que parece que está inundando la política en la nación española.Claro que, si se confirmara la noticia, si fuera cierto que la reina estuviera de acuerdo con la formación de un gobierno como amenazan las izquierdas que pueda suceder, probablemente muchos deberían cambiar el concepto que pudiera tener sobre la inteligencia de la reina consorte y deducir que, sólo una persona incapaz de situarse en la realidad; desconocedora de las fuerzas políticas que están dirigiendo el cambio de régimen en España; incapaz de relacionar situaciones similares de la reciente historia de la nación española y, solamente impulsada por un afán desmedido y, probablemente no satisfecho, de un protagonismo que, hasta ahora, solamente lo ha conseguido su esposo, Felipe; haya decidido buscar ser noticia, no sólo por sus modelitos de alta costura, o por esta belleza de la que está tan creída, que le impide mover un solo músculo de su cara cuando aparece en actos público para intentar hacerse notar dando opiniones, adoptando posturas o, incluso, como ocurre en este caso, metiendo la pata en una cuestión que, evidentemente, no hace falta ser muy listo para deducirlo, es como si se tirase una tonelada de piedras encima de ella y su familia.O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie y, por si no bastaran las pésimas noticias de índole económica que empiezan a llegar con una frecuencia inusual, empezando por la avalancha de impuestos a la que vamos a tener que enfrentarnos debido a la necesidad recaudatoria de la que tiene necesidad un gobierno que ha decidido asumir el control de la economía, que intenta mantenerse a base de subvenciones ( recordemos los 36 años de gobierno socialista en Andalucía gracias al PER y otras bicocas de las que se valían los mandatarios andaluces para mantener el voto de los ciudadanos de la autonomía); continuando con una información, aparecida en una de las páginas interiores de un diario catalán, La Vanguardia, en la que se da a conocer que el déficit público ha subido un 35% en octubre llegando a ser de un 1´41% del PIB; mientras Cataluña, pese a los esfuerzos de los soberanistas que dirigen el cotarro, sigue sufriendo desinversión, cierre de empresas que se trasladan a otros lugares de España o a otros países; al tiempo que el número de desengañados que han dejado de creer en el éxito de una hipotética independencia de Cataluña, sigue aumentando cada día más, de modo que, una encuesta reciente del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat, nos ha proporcionado la sorpresa de que el 49,4% de los encuestados respondió que «no» a ser independientes, frente al 41,1% que se mostró a favor.
“Sería deseable que en estos delicados momentos por los que atraviesa la unidad de España y el futuro de las Instituciones, pudiera atemperar con su inteligencia y buen hacer, el funcionamiento regular de las Instituciones…”Señor:Disculpad mi atrevimiento pero las graves y preocupantes circunstancias políticas por las que atraviesa España en estos momentos me impulsan a dirigirme públicamente a V.M. en demanda de una especial atención que los españoles necesitamos de su persona y de su alta responsabilidad como Jefe del Estado.Señor, soy un ciudadano que durante una larga etapa de mi vida he servido a España desde instituciones como el Senado, el Congreso y el Parlamento Europeo para terminar mi actividad pública representando al gobierno de nuestra nación en una provincia especialmente dinámica y desarrollada como es la de Málaga, donde hoy tengo el privilegio de disfrutarla y residir.Pertenezco a la generación de la transición que después de atravesar un largo período de dictadura política, recuperó la democracia para nuestro país, superando con mucha inteligencia y patriotismo los viejos fantasmas de una trágica guerra civil y ganándose con ello la admiración y el respeto de todas las naciones del mundo.La Constitución de 1978, modelo de concordia y convivencia para todos los españoles durante más de cuarenta años, está siendo gravemente violentada por quienes, como son los nacionalistas separatistas de Cataluña, se declaran abierta y subversivamente enemigos de España y desprecian sin recato alguno la monarquía constitucional que V.M tan digna y eficazmente representa, y todo ello mediante una desmesurada pretensión que alarmantemente se está extendiendo a otras comunidades de EspañaSeñor, la Constitución en sus artículos 56 y 62 le confieren las funciones de “arbitrar y moderar el funcionamiento regular de las instituciones” y “proponer el candidato a Presidente del Gobierno…”.
Este mes la Casa de Su Majestad el Rey está de aniversario ya que fue creada por Decreto 2942/1975 del 25 de noviembre. Exactamente tres días después de la proclamación de Juan Carlos I como rey y sustituyendo a la Casa Civil del Jefe del Estado, creada 36 años antes por Decreto 10 de octubre de 1939.
Fiel a sus objetivos de asimilar el Reino de Marruecos a la modernidad, el Rey Mohammed VI expuso hoy, en su discurso oficial, sus planes de fortalecer las comunicaciones que unen distintas regiones de su país con el ancestral territorio del Sahara. Recuperar las provincias del sur, dijo el Rey, cambió el mapa ubicando muy al norte a la capital, Rabat, haciendo de Agadir un centro geográfico a mitad de camino entre Tanger y el Sahara marroquí.
Nunca olvido un debate, años atrás, en el que recordé a un historiador que el Imperio del Brasil era una monarquía europea reinante en América, cuando el Emperador Pedro II decidió devastar moral y materialmente el Paraguay en una guerra que casi acabó con su exterminio, en 1870.
La Ley 62/1969, de 22 de julio, por la que se provee lo concerniente a la sucesión en la Jefatura del Estado, designa al príncipe Don Juan Carlos de Borbón y Borbón sucesor de Franco como jefe del Estado español. Este nombramiento otorga a Don Juan Carlos, tras la publicación de dicha ley en el Boletín Oficial del Estado (BOE), el título de Príncipe de Asturias y el tratamiento de Alteza Real.
Hace cincuenta años Francisco Franco como Jefe del Estado español, y con la autoridad que le otorgaba la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado, propone a Don Juan Carlos de Borbón y Borbón como su sucesor ante las Cortes españolas y cuya posibilidad ya recogía dicha Ley de 1945 en su artículo sexto.
La Naturaleza nos brinda tres plantas que coinciden en su crecimiento y en el mismo lapsus de tiempo siendo sus colores, el rojo de la amapola, el amarillo del trigo y la flor de la malva, esa espontaneidad de colores son la bandera de aquellos que murieron y de los que vivimos deseando una España justa en la forma de Estado
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