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Las navidades son tiempos de repaso y de pedirse cuentas a uno mismo. A nuestra provecta edad los años se suceden en un vuelo. Te parece imposible que haya pasado tanto tiempo desde que las vivías con tus abuelos y después con tus padres. Ahora resulta que las pasas con tus hijos y tus nietos.
Transitamos por diciembre, el mes más acogedor, con un día veinticuatro que es dulce y evocador porque es cuando celebramos, con júbilo y devoción, el hecho más trascendente vivido tras la Creación.
La Navidad es, para muchos, la época más mágica del año. Sin embargo, en un mundo cada vez más individualista, su esencia puede desdibujarse, dejando un vacío emocional que ni los regalos ni las luces logran llenar. En una sociedad que valora el éxito personal sobre las relaciones humanas, el individualismo nos aísla, privándonos de lo más valioso: el amor y la conexión con los demás.
Hoy queremos invitarlos a reflexionar sobre un asunto ético que trae consigo la simbología de la Navidad, a saber, la creciente y cada vez más violenta banalización y burla de la fe cristiana por parte de los paladines de la progresía comunicacional que domina la factoría de contenidos culturales que, mientras exigen respeto irrestricto y obediencia para sus agendas, se mofan descaradamente de tradiciones ancestrales.
La Navidad es un recuerdo..., el que todos tenemos cuando cumplimos años. La Navidad, para los cristianos, es un recuerdo y un compromiso con la verdad. Dios, hecho hombre, nos envía un mensaje de convivencia... convivencia con el universo, con la tierra, con el hombre... se llama fe, esperanza y caridad.
Pobre era al pueblo, pobres las míseras casas de sus pobres habitantes, pobre la familia de Juanito. Bueno, decir familia posiblemente sea mucho decir, porque este niño vivía solo con su madre en una mísera covacha en el ejido del pueblo, no muy habitable dadas sus condiciones malsanas.
Don Francisco era el nombre de mi profesor de latín, y así lo llamábamos, con todo el empaque y la importancia que tenía por aquel entonces el tratamiento de don. Era el padre de un compañero mío y él, claro está, no lo llamaba así –papá–, al igual que su esposa –Paco–, sus compañeros de profesión –Francisco–, o sus familiares y amigos más directos –Francis, Fran o Curro–, dependiendo del momento y el lugar de sus vidas donde se hubieran conocido.
Hubo tiempos en los que la nieve roja de la Unión Soviética cubrió no solo los campos y los tejados, sino también las conciencias. Aquellos días, el árbol de Navidad, un inocente símbolo de alegría y fe, se transformó en campo de batalla ideológico. El régimen soviético, más torpe en sus ataques a la tradición que un oso con raquetas, no supo si arrancar de raíz el abeto cristiano o coronarlo con una estrella roja.
Durante las fiestas navideñas, las celebraciones, reuniones familiares y eventos sociales llenan las calles y hogares de un bullicio constante. Si bien la alegría y el festejo son esenciales en esta época del año, el ruido excesivo al que estamos expuestos puede tener efectos negativos sobre nuestra salud auditiva.
En diciembre el precio por tonelada del cacao ha alcanzado su nivel más alto en seis meses, superando los 10.000 dólares por tonelada, lo que supone un aumento del 50% respecto al mes anterior. La escasez de producción en Costa de Marfil y Ghana, unida a la creciente demanda para cumplir los contratos existentes, están acentuando la subida de los precios.
La Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE) alerta ante la preocupante situación del comercio de proximidad en España, tras conocerse que en el último año se han visto obligados a cerrar 8.870 comercios, lo que supone una media de 24 cierres al día.
Dejemos que arranque el ímpetu, con su lenguaje místico y con el sigilo de su vocabulario, para que el intercambio de felicitaciones no pierda su profundo valor contemplativo de comunión y que la fiesta de las fiestas no quede absorbida por la necedad mundana del consumo simplista. Hemos de renacer, por tanto, con las cuerdas profundas de la alegría.
Las luces nos rodean en estas fechas, las calles se llenan de bullicio y, a simple vista, de felicidad. Cada persona tiene una historia que contar, una memoria que cargar y una esperanza que desear. Es fácil sonreír sin mirar, es fácil dejarse llevar, lo único que debemos hacer es no pensar, y eso… es fácil.
Se está extendiendo por consejo, que no mandato, de la Comunidad Económica una iniciativa para que, en las próximas fiestas que se celebran en el mundo cristiano en conmemoración del nacimiento del Niño Dios, no se feliciten a familiares y amigos con la frase feliz Navidad, que es una contracción de Natividad referida a la de Jesús, y se sustituya por la frase felices fiestas, pues se pueden sentir ofendidos personas de otras religiones, en especial los musulmanes.
¡María, es hora del camino! que el César nos obliga y apremia, yo preparo el borrico tú, la ropa para el niño…
La Navidad está a la vuelta de la esquina, y con ella llega la búsqueda de los regalos perfectos para nuestros seres queridos. Cada año queremos sorprender con algo único, pero no siempre es fácil encontrar esa opción especial que se adapte a cada miembro de la familia. Si estás buscando ideas innovadoras, este artículo es para ti. Desde regalos personalizados hasta experiencias inolvidables, aquí te ofrecemos una guía completa para acertar estas fiestas.
Una tendencia clave de las vacaciones en Europa son los viajes de Navidad y fin de año para visitar a amigos o familia o disfrutar de una escapada junto a seres queridos. Este año, los destinos vacacionales de moda incluyen lugares soleados en Marruecos, Portugal y España, así como escapadas de invierno más económicas a países como Hungría y Polonia.
La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) advierte que las comidas navideñas suponen un riesgo elevado de reacciones alérgicas en niños debido a la posible presencia de alimentos no identificados o contaminantes cruzados. Los niños prueban muchos alimentos por primera vez que son altamente alergénicos, como frutos secos, pescado o marisco.
La Navidad es el momento perfecto para transformar nuestro hogar en un espacio lleno de calidez donde crear recuerdos inolvidables. Es la ocasión ideal para dejar fluir nuestra creatividad y experimentar con colores diferentes, sin olvidar la tradición de desempolvar esos clásicos adornos que guardamos todos los años y que dan forma al espíritu navideño de cada hogar.
Se acerca la Navidad, y con ella la compra masiva de regalos, ya sean para el 25 de diciembre o para el 6 de enero. Los españoles, según un estudio, prefieren, por un amplio margen, dinero en efectivo como regalo. Pero, ¿ qué hay de los regalos que nadie quiere recibir? La encuesta muestra datos interesantes: un 27% de los encuestados asegura que el regalo que más odia son los paraguas, seguidos por las toallas y calcetines, entre otros.
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