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En España las autoridades políticas deberían, en mi opinión, tomar medidas de restricción más generales, porque existe mucha movilidad de las personas de unas comunidades a otras. Con la variante india, según los expertos, la inmunidad de rebaño se alcanzaría con el 90% de la población vacunada.
¿Alguien puede afirmar que todo un Gobierno, armado de leyes numantinas, no es capaz de cortar por lo sano los botellones, las fiestas multitudinarias, las reuniones en pisos cerrados, etc.? Si esto es así, es que no hay Gobierno. ¿Qué pasaría si a esas personas que están riéndose de la vida ajena, se les impusieran penas muy graves y se les aplicase inhabilitaciones para sus actividades profesionales o para sus matriculaciones estudiantiles?
Mi buena noticia de hoy es que nada es absoluto. No solo existe lo blanco o lo negro. Que mejoramos suficientemente en la lucha contra la pandemia y que un montón de científicos se han devanado los sesos y han conseguido descubrir unas vacunas en un tiempo récord. Lo que ha salvado la vida de muchos de nosotros. Como siempre, son unos seres anónimos que no se ponen medallas. Las han acaparado todas los que salen en los telediarios.
Impedir la libre circulación de personas por espacios de uso público, salvo para actividades esenciales, como adquisición de alimentos, el desplazamiento al puesto de trabajo o a un centro sanitario, tal como lo hizo el gobierno en marzo de 2020, no se ajusta al espíritu de la Constitución. Tampoco son constitucionales impedir la circulación de vehículos y cortar las carreteras a tal efecto. De esta manera se han expresado los magistrados del Tribunal Supremo.
Dicen haber triunfado esos bastardos por la sentencia del TC al considerar inconstitucionales los confinamientos durante el estado de alarma de la primera ola de la pandemia, considerándolos ilegales. A pesar de que la Ley que regula el estado de alarma cita textualmente que está prevista para «epidemias».
La falta de contacto social, en el colegio y con amigos, está acrecentando los casos de trastornos en menores, como las autolesiones o trastornos alimentarios, que causan ansiedad, depresión, autismo, problemas en la conducta, etc. Por ello, es necesario un abordaje que prevenga y trate de manera urgente esta situación especialmente preocupante en los más pequeños.
Se advierten diferentes motivos que estresan a los ciudadanos en este período: dudas que surgen a la hora de la vacunación sobre los efectos secundarios, las citas, las dosis que necesitan; la incertidumbre que provocan las nuevas variantes y sus características; las últimas incidencias acumuladas, una posible reinfección...
Muy a pesar de que la situación actual invita a ser más cautelosos, el 75% de los encuestados cree que este año será mucho más fácil encontrar una pareja que antes del Covid-19, aunque en muchos casos perderán su categoría de aventura, ya que el 60% confiesa que le producen cierto temor los “rollos” de una noche debido a la situación sanitaria.
Situaciones pandémicas, como la actual, requieren decisiones de Estado de Alarma o de Seguridad Nacional, poniendo a disposición de las mismas a todos los medios existentes, personales y jurídicos. Si un gobierno no es capaz de dominar movimientos colectivos como los botellones, las fiestas y celebraciones incontroladas o los eventos musicales multitudinarios…, dice poco de ese gobierno.
Los autores de este trabajo instan a las autoridades a mejorar la información sobre el tema y modificar los modelos de prestación sanitaria, con la oferta de nuevos servicios de vacunación e incluso unidades móviles que permitan desplazarse a zonas marginales, ya que las campañas no llegan a colectivos en riesgo de exclusión social. Además, para aumentar las tasas de vacunación hay que mejorar la confianza entre la población.
Ahora, la juventud en el mundo se sigue divirtiendo a su manera, los jóvenes siguen siendo transgresores en exceso. Se les acusa de ser causantes del botellón, del contagio en pandemia por no estar vacunados, se asocia su diversión y ansias de ocio y una mal entendida libertad, con el sufrimiento de otras personas que enferman o no descansan.
No es posible imaginar la práctica clínica sin un uso adecuado de las tecnologías digitales. Antes se necesitaban para recoger los datos de los pacientes, ahora se requieren para ayudar a diagnosticar y tomar decisiones sobre los mejores tratamientos para los pacientes y atenderles remotamente, una necesidad que la pandemia ha puesto de manifiesto.
El pasado viernes 25 de junio fue el último día que los españoles tuvimos que llevar obligatoriamente mascarillas en exteriores, siempre que se respete la distancia de seguridad. Esta medida ha tenido una clara repercusión en la búsqueda de estos productos. De hecho, su demanda ha caído un 87, 96% en el último año, desde enero de 2021 a mayo de 2021.
El Barómetro de Prácticas de Pago de Crédito y Caución muestra cambios significativos en el comportamiento en pagos de las empresas australianas a causa de la pandemia. El 5% de todas las ventas a crédito resultaron impagadas, lo que más que duplica el 2% que se registraba en este mercado antes del impacto generado por el Covid-19. La morosidad sigue la misma evolución.
Si vamos al relato bíblico de las diez plagas que asolaron Egipto y las analizamos sin prejuicios obtendremos luz que nos ayudará a entender el origen de las pandemias, se llamen como se llamen. Las plagas son la consecuencia de la maldición contra la tierra por el pecado de Adán.
En América Latina, una república que pudo ser colosal y no fue, mucho se habla hoy de autoridades irresponsables y corruptas, que han sumido a sus ricos países en una circunstancia lamentable. Un amigo con quien comparto la pasión por la historia, Federico Franco Cañiza, me expresó por estas fechas su inquietud respecto a ciertas adulteraciones que ha percibido en la historiografía paraguaya.
Sí es cierto que la pandemia cambió nuestra forma de maquillarnos, incluso nos llevó a la dejadez en el cuidado de uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo. Era divertido el contacto en el tiempo de no prohibiciones sociales, momento en el que los besos eran exagerados pero libres de dejar en la mejilla de cualquiera, sin problemas de contagio, sin codo aborrecible y usurpador de saludos superficiales.
Hemos pasado de la pandemia a la liberación de los que practican la sedición cometiendo presuntos delitos contra el estado. Pero hemos tenido que soportar durante casi dos años, la inoperancia de los gobiernos, tanto central como los autonómicos, en materia sanitaria. Si un sistema sanitario es bueno, todos debían de haber sido atendidos por igual ya que la sanidad es universal para toda la población.
La irrupción de la pandemia del Covid-19 resultó impredecible para los expertos de la OMS, incapaces de comprender la vertiginosa conjunción de fuerzas centrípetas y centrífugas que iban a configurar el caos posterior en forma de pandemia viral que se extendió por el orbe sumiendo a la Humanidad en un shock traumático.
Según observaciones clínicas, uno de los grupos que más ha sufrido durante la pandemia ocasionada por la COVID-19 ha sido el de las personas con diabetes. La investigación demuestra que esta enfermedad se asocia con un mayor riesgo de gravedad y mortalidad si se contrae la infección por SARS-CoV-2, especialmente aquellos pacientes con peor control metabólico y exceso de peso.
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