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Según el último informe de Unidema Research, liderado por la economista Beatriz Tejada, España destaca con un notable crecimiento del PIB de 0,7% en el primer trimestre de 2024, impulsado en gran medida por la demanda externa y la actividad turística, según los últimos datos de la Contabilidad Nacional Trimestral.
Medir el éxito de una economía teniendo en cuenta el crecimiento del PIB es muy inadecuado. Tanto, por ejemplo, como valorar el desarrollo de un bebé atendiendo solamente al aumento de su peso. A pesar de ello, como ese es el indicador que utilizan los economistas convencionales, lo tomo en consideración para comparar la situación de la economía europea con las otras más grandes del mundo en 2023.
Desde finales de 2008, la deuda pendiente del Tesoro de EE UU ha aumentado un 289%, frente a la deuda corporativa, que ha crecido alrededor de un 130% (estos datos proceden del informe de flujo de fondos de la Reserva Federal). La deuda pendiente del Tesoro americano es de alrededor de 6,0 veces el nivel de ingresos anuales de su Gobierno (principalmente impuestos).
Crédito y Caución prevé que el PIB mundial cierre 2023 con un crecimiento del 2,6%. Esto supone una revisión al alza de cuatro décimas respecto a las previsiones difundidas de hace seis meses debido, principalmente, a la resistencia del consumo estadounidense. Aunque la inflación y los tipos de interés han tocado techo, su impacto significativo sobre la demanda de familias y empresas se dejará sentir en 2024 y debilitará el crecimiento hasta reducirlo al 2,1%.
Recordamos con nostalgia los tiempos del dinero barato. Lindos tiempos, en los que era posible financiar la compra de un piso con tasas muy bajas. Luego de aquellos días, la inflación ha ido en aumento y, es más, hemos observado niveles récord en gran parte del orbe, aunque existen señales de dominio de la situación y esperemos no estar hablando sólo de golondrinas que no hacen verano.
A menos de un año de los comicios presidenciales en EE. UU., una cosa es segura: el próximo presidente deberá lidiar con un contexto económico muy diferente al de los dos mandatos anteriores. En un contexto internacional tensionado con perspectivas económicas sombrías, y en un momento en el que el Tío Sam se ha involucrado indirectamente en dos guerras, el consenso económico y la Fed cifran en un 55 % el riesgo de recesión durante los próximos 12 meses.
“La mayoría de las valoraciones de los activos cotizados reflejan ya un escenario de aterrizaje suave. Nuestra opinión fundamental es que la economía mundial se encuentra actualmente en una posición vulnerable y, por tanto, en riesgo de entrar en la fase descendente del ciclo crediticio”.
The Adecco Group Institute presenta la cuarta edición del "Informe trimestral sobre Predicciones del mercado de trabajo", con el objetivo de analizar la evolución de los principales aspectos que tienen que ver con el empleo en nuestro país, tratando de anticipar las previsiones a futuro de estos. Se muestra un avance de las proyecciones para 2023 en cuanto a ocupación, paro, afiliación media a la Seguridad Social (detallada por meses) y PIB.
Tras el segundo trimestre consecutivo de caída del PIB, la eurozona se encuentra técnicamente en una recesión que se inició en octubre de 2022. Si bien es cierto que este frenazo no está afianzado, la tendencia comienza a dibujarse: una trayectoria bajista y una caída a territorio negativo. Aunque se aproxima al cero en el cómputo global, la variación del PIB muestra divergencias notables tanto a escala geográfica como en los grandes agregados o incluso a escala sectorial.
Que la hojarasca electoral no nos ciegue. El verdadero peligro para nosotros -el 90% de los españoles- son los recortes que en 2024 Bruselas lanzará y atará a nuestros cuellos. Recortes que son continuidad -y producto- de unos recortes que jamás se fueron. Durante la pandemia se suspendieron las exigencias de reducción de deuda y déficit. Haberlas mantenido hubiera hundido el mercado europeo e incluso provocado la explosión de la UE.
Las crisis que se refuerzan mutuamente están afectando de manera desproporcionada a naciones en desarrollo, agravando las disparidades en materia de empleo entre países de altos y bajos ingresos, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Se prevé que en 2023 el desempleo mundial disminuya a los niveles anteriores a la pandemia, hasta 191 millones de personas, pero con los países de bajos ingresos muy atrás en el proceso de recuperación.
A nadie se le escapa el interés y trascendencia de la retribución en momentos de enorme complejidad como los actuales, y donde las subidas del SMI, la importante escalada de los precios vista durante el último año, la necesidad de atraer y retener talento en las organizaciones, son solo muestras de la realidad poliédrica de una institución, el salario, sobre la que están lloviendo ríos de tinta en los últimos años.
Se espera que el 2023 sea el año en el que se alcance la plena recuperación global y el final de la pandemia. Con esta expectativa y asumiendo que vivimos en una época dominada por la incertidumbre caracterizada por la sucesión de eventos impredecibles, Grupo Caminos, a través de su gestora Gestifonsa enumera por orden de importancia cuales pueden ser las claves económicas que marcarán el nuevo año.
La pregunta que se plantea es si el BCE seguirá su última indicación de que subirán los tipo 0,5 puntos básicos en vez de un 0,75. Es una cuestión compleja ahora mismo porque no se está viendo por ahora el impacto de las medidas. No obstante, siempre hay un efecto retardo y tendremos que seguir vigilando la situación.
El PIB intertrimestral de España sube hasta el 1,5%, por encima de lo adelantado, y el interanual queda en el 6,8%, también varias décimas por encima de lo previsto. El consumo familiar sigue siendo positivo, aunque ya puede verse que, hacia los trimestres siguientes de 2022, ese consumo va a pasar a terreno negativo, según nuestra previsión.
La eurozona se enfrenta a una fuerte divergencia entre un sector industrial débil, plagado de cuellos de botella en la oferta, mayores costes de los insumos y un debilitamiento del sentimiento, y un sólido sector de servicios. El gasto en servicios repuntará en los próximos meses a medida que se normalice la actividad turística y hostelera.
La Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) ha mantenido su previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para este año en el 4,2% y ha reducido en 1,3 puntos su previsión para 2023, hasta el 2%. El recorte se debe principalmente a que la inflación va a ser “más elevada y persistente” de lo previsto, a que los tipos de interés “se van a elevar” y el sector exterior “va a comportarse algo peor de lo que esperábamos” debido a la coyuntura europea.
Crédito y Caución prevé que el crecimiento del PIB mundial se desacelere hasta el 3,1% en 2022 y el 3,0% en 2023. En comparación sus previsiones de abril, esto supone una revisión a la baja para los próximos años de 0,3 y 0,2 puntos porcentuales, respectivamente. La inflación está superando los máximos de varias décadas, reduciendo los ingresos reales y oscureciendo las perspectivas del gasto de los consumidores.
Los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) registraron un crecimiento económico del 0,1% en el primer trimestre de 2022, frente al 1,2% del último trimestre de 2021, debido a las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania. Así se refleja en los datos publicados por la OCDE, que indican que, en términos interanuales, el crecimiento registrado por los países que integran esta organización fue del 4,2%.
La secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas, ha sostenido, durante la quinta edición del Forbes Summit Reinventing Spain, que la recuperación de Europa pasa por una reinvención en clave digital, al tiempo que una mayor contribución de la economía digital en el PIB. En este sentido, ha avanzado que, desde el Gobierno, se aspira a alcanzar en 2030 el 40% de contribución, ya que ahora se sitúa en torno al 20%.
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