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Quiero abrazar la justicia, y que no sea cualquier cosa, sino la verdadera ley y voz del Creador. No a la soledad, no a la injusticia, no a la mediocridad, de verse perdidos, sin futuro y con un pasado triste.
Hoy te ruego, Señor, con devoción, recibas en tus brazos con ternura, a mi querida esposa, un alma pura siempre afanada por la salvación. Y de paso Señor, con sumisión, te pido que me colmes de cordura, para superar esta singladura con serenidad y resignación.
Está loco. No sabe. Pero lo intentó. Anota lo anotado con precisión certera, pues quizá el escritor extraterrestre lo haga con lucidez o como Lucifer, aunque se imagine a posteriori ese paisaje real o irreal que desconoce, tendrá que describir, con la letrística más veraz,
cuando regrese a su destino, lugar. Empero.
Recuerda bien los brazos de tu madre, que con ternura mecieron tus llantos, y te salvaron de muchos quebrantos en dulce convergencia con tu padre. Si en tu vida hay algo que no cuadre, intenta recordar aquellos cantos, con los que te alejaban los espantos para evitar entrar en un desmadre.
Luna pasa lento, mi vida terminará. Luchemos juntas.
Sintiendo un frío de muerte que me rodea queriendo apoderarse de mí. Vivir así, con protección y sin ella también, como quien anda sin estrella a pesar de haber nacido en un amanecer glorioso.Vivir sufriendo por lo que se es, vivir sin querer mirar atrás y deseando tener un hermoso futuro que, sin embargo, tarda demasiado.
Ya no nos conformamos con los molinos de viento quijotescos para centrarnos en las figuras grotescas de mal fario; hemos progresado en este sentido para pergeñar peligrosas monstruosidades auténticas. El delirio acrecentó las dimensiones perversas de los entes creados, con innumerables garfios acechantes en los diferentes sectores de la actividad comunitaria, económica, política, tendencias educativas o formatos convivenciales.
Capitana del Mar, Dulce María, amparo de paganos y creyentes, escucha a tus hijos, que fervientes, te ofrecen sus plegarias cada día.
Tomando manzanilla y tila espero salir de mi situación, de estas altas montañas y volar lejos, con taza de porcelana deseo despegar, irme con la imaginación... no llegar a la desesperación.
Un caudal de esperanza y de alegría, tocó mi corazón la tarde aquella; no lo podría explicar, pero era ella, la que con su figura me atraía.
Es el más puro y noble sentimiento, que puede cobijar el alma humana, pues convierte en sublime filigrana lo que iba a terminar en desaliento.
A fe que Dios te dio la inteligencia, y contra Élla utilizas a menudo; un intento tan vano, tan tozudo que te lleva a caer en la indigencia.
Estrella pasajera… me vigila, yo la llamo peregrina, es más brillante que las otras, es más radiante, grande. Me enamora con sus halos de luz, blanca su esencia y asombrosa, esplendorosa y armoniosa, cariñosa, eficaz en el cometido.
En mi afán por dar a la salida al aire más allá de mi mente y de la preparación en forma de libro de los versos de "La Bella Revolución", doy en esta entrega a leer el (inédito) poema "Cómo arreglar una casa", que hace poco preparó y bailó una excelente coreografía la bailarina de colores Tzeitel, allí en el País Vasco, en ese lugar tan salvaje y hermosamente tremendo en geografías naturales de cuento, leyenda y antigüedad admirable y venerable.
El gato Manuel...
Un día del tiempo, con el ulular del viento, el ambiente sufrió cambios. Primero, no sabía quién era, después dónde estaba , por último no sabía si era ser humano o de nuevo animal. Como todo tiempo cotidiano, todo volvía a cambiar, y no comprendía por qué. Tal vez, añoraba que todo regresará al estado antiguo. Era el destino. Pero. Lo cierto, era cambiante de nuevo.
La llama de Su amor, hoy se pasea en Córdoba, por plazas y callejas; quiere Jesús, mostrar a sus ovejas, su divino Ser ante la asamblea.
Minnie Gregoria tiene once años y en mayo cumple los doce, le falla el hígado y un riñón no le funciona bien, pero la virgen de Fátima y el doctor José Gregorio Hernández Cisneros le darán una mano o un brazo o lo que le haga falta, se salvará, vaciará su riñón y celebraremos un año más el cumpleaños con ella entre nosotras. No es la primera vez que le ayudan a seguir viviendo. Eso está hecho y no hay más que hablar.
Me duele, me duele tanto, es el dolor que me anuncia el fin de esta vida, que fue mía. No sé bien lo que me queda, pero por lo mal que estoy será pronto, se acerca la hora de mi partida y debo hacer las maletas.
Llueve y deja de llover, pasará hasta la medianoche, lloverá y entonces ¿qué?, nada, que llueva, que me quedo dormida viendo las series de acción de televisión, entre las olas tempestuosas de sentirme vieja e indecisa, pero con suerte, también.
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