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Llueve y deja de llover, pasará hasta la medianoche, lloverá y entonces ¿qué?, nada, que llueva, que me quedo dormida viendo las series de acción de televisión, entre las olas tempestuosas de sentirme vieja e indecisa, pero con suerte, también.
Afuera todo transcurre con normalidad. Vehículos indebidamente estacionados en doble fila a las afueras de las escuelas del barrio.
Un repartidor de pizzas sortea el intenso tráfico montado en una motocicleta negra del año 2009, mientras el sacerdote de la iglesia confirma que solo Chonita acudió al servicio religioso. Personas de aquí para allá, de allá para todas partes.
'Te amo como nadie te ha amado, como nadie te amará, como si se tratara del mejor de tus relatos', dijo en la medida que se entregaba en los brazos bronceados de Susana, la mujer de mirada miel dueña de sus sueños.
Cada vez que una grafía aparece escrita, la figura de ese ser va conformándose. Con una estrofa completa aparece un dedo, dos poemas dan origen a sus brazos. Extraña correlación frente a quien ya se ha percatado del fenómeno y puntual le sigue con incredulidad y extrema curiosidad de investigad
Pluto que toma plátanos y dulcería y bollería. Pluto de crema y nata, de hojaldre y seda y tela de cielo. Pluto de caramelo, que no tuvo plutitos. Pluto de marrón glacé que no supo llorar... Pluto que bruto, que come zapatillas y llora cobre cuando su dueño lo deja solo en el garaje
Escribo poemas al Alba, sugiriendo mi derrota, mi derecho a la vida y perfeccionamiento idiota. Y a ti te dejo pensando en los aires de grandeza, de seguir sobreviviendo sin dolores de cabeza muy lejos, lejos de mí. Eso es así... así lo cuento... así lo veo, así se debe conocer.
Se dice fácil, pero siete años de viaje no es cosa menor, más si se tiene presente que para cruzar el trecho hay que echar mano de tecnología de punta. Atrás quedaron jornadas extenuantes de experimentación, de trabajo profundo al cual acudieron los mejores científicos del país.
Me veo en el espejo y veo el tiempo, que en el silencio, ya no muere. Mi rostro lleno de quebrantos, arrugas en mis ojos, en mis labios.
Quedan dos folios y quiero acabar, de letras llenar este universo muerto, quedan sólo dos por escribir, ojalá llegue a algo en mi interior de gata loca. Quiero curar mi dolor agudo en este pecho de golondrina. Deseo lo peor a todos los que me desean lo peor, yo soy del ojo por ojo, yo soy del diente por diente...
2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008: siete años que no nos deja la lluvia, siete años llevándolo y es mucho tiempo en que no comprendo la razón. ¿Cuándo acabará ésto?, tendré paciencia. Lulita, hijita, coge el paraguas, soy la de la sombrilla en que descansas, la de las sábanas blancas, la que consigue el amor cuando la lluvia le cae encima de manera despiadada.
Hojas de colores, variopintos sabores, bolsos sin dinero, discos de vinilo, cassettes en el coche, el Renault Dacia Logan que pude comprarme... Oyen que a velocidad se acerca otro coche por la carretera, entre luces y sombras y no es un coche barato...
Esto es así porque sí, me expulsan los rayos, me estrenan canciones los enamorados, me condicionan la dulzura, me traicionan el alma, me culpan de culpable, me duele la piel, me entristece el misterio...
Sueño la luna y el sol y las estrellas en la tarde de gloria llena para mí, sueño gritar... libertad, ya lo sabéis, sueño sin detenerme a pensar. He triunfado en medio de la adversidad de cartón piedra y seré dichosa por haber conseguido, por fin, la paz. Llenar páginas blancas para decir lo que siento, lamento profundo y clima sin control.
Volverse loco amando a quien te da la espalda y quejarse viendo al otro sonreír en sus hazañas de cristal fino pero frágil, volverse loco odiando tanta inteligencia que te hace daño, volverse loco preguntándose cómo se puede cosechar tanta maldad interior.
Al caer la tarde, amada mía, deseo cantar los recuerdos de tu amor. ¡Cómo brillaba el sol en aquellos campos llenos de vida joven! Tu figura, sencilla, acariciaba la tierra estéril de mi corazón. Llorabas entre mis manos, llenando de vida mis ojos, que te miraban. Tu sonrisa abrazaba mi angustia y todo mi ser se llenaba de ti.
¿Qué será?, quise ser rosa y no intervenir, en mi interior no sentir, ahogarme en un vaso de leche fresca, pero sigo siendo yo. Saqué el pasaporte para regresar a mi Caracas a vivir, vuelta al pasado y punto final, lugar donde comencé lo que ahora debo continuar, yo, única y universal.
Quisiera retroceder, no ser juzgada, ¿para qué?, si quieren digo que son “grandes” y aquí no ha pasado nada, hombres que están confundidos, que saben de bacterias, de carne y huesos, de glóbulos rojos... pero no de fe.
La radio escuché, no encontré el silencio, la radio escuché, su sonido me enamoró, soy yo, soy yo, el yoyo, el sonido gusta, y yo, sigo escribiendo tonterías de las que me arrepentiré, música memorizando y deseando acabar ya con esta melancolía, otros la olvidarán y para ellos serán palabras pasajeras, verbo a verbo, angustia milagrosa y querer sobrevivir.
Quiero decir a esos inmundos que matan todos mis gatos, que les vendrá el purito infierno y con gusto extremo, al máximo extremo, le vendrá de mi mano.
El cinco de mayo 17, siendo inmunodeficiente, feliz desde los 9 en casa... Nunca la calle extrañó.
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