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Es tiempo de unir voluntades hacia esa cultura del abrazo, de la consideración hacia todo ser humano por minúsculo que nos parezca, de reflexionar conjuntamente sobre nuestras andanzas globales, de priorizar a la persona sobre la sociedad, la familia sobre otras instituciones, la ética sobre la política; máxime cuando algunas gobernanzas, fomentan descaradamente la discriminación y la xenofobia. Nos merecemos otros horizontes más justos, más respetuosos con la vida de todos; y, en este sentido, es primordial contar con una actividad laboral decente en todo el planeta.
¿Qué elegimos? ¿A Dios Padre todo poderoso que hizo el cielo y la tierra o a unos ídolos que no pueden salvarnos?
Los romanos tenían una multitud de dioses y diosas, encargados cada uno de algún aspecto de la vida diaria y a ellos le dedicaban fiestas, saraos y mojigangas con profusión. Muchos de sus escritores le dedicaron gruesos libros de los que San Agustín se burló a conciencia en su obra La Ciudad de Dios.
Se trataba de un escrito procedente de un viejo amigo que es un poco mayor que yo. Hemos compartido muchas vivencias, especialmente en el campo del servicio a los demás. Se trata de un hombre sencillo, trabajador infatigable y con la fe del carbonerillo.
Esteban Linés entrevista a Kiko Veneno, cantante. Le pregunta: ¿Cuáles son los temas subyacentes en las diez piezas del álbum? El artista responde: “El miedo lo es uno de bien claro. En una canción como Yo quería ser español, hago referencia a algunas compañías de telefonía o de seguridad que inculcan el miedo en la gente de la calle para que gaste.
Creo que la vieja división entre derechas e izquierdas quizás haya dejado de existir y ha dejado su lugar a los que aceptan y aprueban las nuevas ideas que se van difundiendo sin obstáculo en la sociedad, mientras que aquellos que se atrevan a discutirlas serán condenados al ostracismo y a ser combatidos sin piedad por todos los medios de comunicación, que no ahorrarán ningún vituperio contra ellos.
Conversando con unos amigos sobre la violencia en general, uno de ellos me dijo algo que oía por primera vez: Si Jesús dijo: “Perdonad a vuestros enemigos”, ¿cómo es que no perdona a Eva? A veces se dicen cosas sin haber meditado en ellas.
En muchas comunidades africanas se mantiene la tradición de mantener en un lugar preeminente a los mayores. También sucede lo mismo en las ya escasas familias tradicionales que subsisten en los que se autodenominan “países avanzados”. Al final, y a menudo que se va creciendo en la edad, se va valorando más el consejo del mayor, basado en la filosofía, la experiencia y la cultura recibida a lo largo de la vida.
El Profeta Ezequiel utiliza la figura del centinela para alertar a los sacerdotes y profetas de Israel para que se comporten como centinelas responsables de la protección de pueblo. El centinela debe velar, no dormirse, mientras esté en el puesto de guardia.
El pasado martes nos decía claramente en San Juan 15: “No sois vosotros los que me habéis elegido a mi, he sido yo el que os ha elegido a vosotros”. Y continua diciendo: “os he puesto para que deis fruto”.
Pilar Rahola comienza su escrito El odio con estas palabras: “En una visita al museo del holocausto de Washington, mi hijo Noé que entonces tenía trece años, empezó a hacer preguntas sobre lo que estaba viendo, y cada respuesta mía se remataba con un “¿por qué?” suyo, al que le seguía otro y otro, en una retahíla que no tenía final.
En octubre de 1992 el Papa San Juan Pablo II aprobó el Catecismo de la Iglesia Católica, un grueso libro con más de 600 páginas y 2855 apartados que trató de ser una exposición orgánica y sintética de los contenidos esenciales y fundamentales de la doctrina católica tanto sobre la fe como sobre la moral, a la luz del Concilio Vaticano II y del conjunto de la Tradición de la Iglesia cuyas fuentes principales son la Sagrada Escritura, los Santos Padres, la Liturgia y el Magisterio de la Iglesia, estructurado en cuatro partes: La profesión de la fe, los sacramentos de la fe, la vida de fe y la oración en la vida de la fe. Las cuatro quieren ayudar a profundizar el conocimiento de la fe y se orienta a la maduración de esta fe, su enraizamiento en la vida y su irradiación en el testimonio.
Pues lo mismo de siempre, nada o casi nada nuevo bajo el sol. Mientras nos aprestamos a celebrar el segundo round de las elecciones nos queda un espacio para pararnos y pensar. Elegir el menos malo y votar.
“El Concilio de Trento se pronunció contra los reformadores declarando que Cristo comunicó a los apóstoles y a sus legítimos sucesores la potestad de perdonar y retener los pecados con el propósito de que se reconciliasen nuevamente con Dios los fieles que cayeron en pecado después del bautismo.
Y no me importa nada este fracaso aparente. Desde el principio he tomado una opción por el menos malo. Cuando de joven soñaba con la democracia siempre llegaba a la conclusión de que mis ideas van por ser un socialdemócrata cristiano.
Cuando vemos una magnifica pintura preguntamos por su autor. Lo mismo si contemplamos una construcción imponente o leemos un bello poema. Siempre nos interesamos por saber algo de los autores de todas las cosas que nos impactan.
Dos viñetas de El Roto que podemos relacionarlas. En la una todo está a oscuras que bien puede representar un tormenta inminente. El texto: “Una sobrecarga de mentirás provocó el apagón informativo…” La otra muestra a un hombre contemplando el panorama des de una terraza. Lo que ve representa el elevado nivel de contaminación que produce el amenazador cambio climático.
¿Son injustas las enfermedades? Puede que nos disgusten por los inconvenientes y sufrimientos que provocan. Injustas no, porque son la consecuencia de un acto de nuestra voluntad libremente ejercido cuando todavía estábamos en el seno de Adán.
Vivimos tiempos propicios para la reflexión calmada, ya que desde la aurora de la Pascua una nueva primavera de luz nos anima, y en verdad que necesitamos, (creyentes y no creyentes), de este sosiego meditativo, al menos para desenredar los diversos nudos que nos hacemos unos a otros durante el camino existencial.
Inmediatamente se me vino a la memoria aquel otro Lunes Santo en el que toda Málaga se sintió consternada por el incendio de un famoso almacén del centro de la ciudad. Aquél día-no tendría yo ni una docena de años- pudimos observar como los componentes de la Banda de los Bomberos abandonaron el recorrido oficial para incorporarse a su trabajo.
Escribo estas líneas con tristeza. Mi hijo Pablo, joven y brillante abogado (perdón, soy su padre) no ha tenido paciencia para darme la mala noticia y me ha puesto un WhatsApp diciéndome: “Papá, malas noticias. Este año el Señor de los Gitanos, nuestro Cristo, saldrá en procesión en la “madrugá” del Viernes Santo, con la túnica bordada de oro. Pero consuélate; tengo entendido que será solo este año. A partir del año que viene volverá a las calles de Sevilla con su túnica morada, lisa. Lo siento.”
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