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Inmediatamente se me vino a la memoria aquel otro Lunes Santo en el que toda Málaga se sintió consternada por el incendio de un famoso almacén del centro de la ciudad. Aquél día-no tendría yo ni una docena de años- pudimos observar como los componentes de la Banda de los Bomberos abandonaron el recorrido oficial para incorporarse a su trabajo.
Escribo estas líneas con tristeza. Mi hijo Pablo, joven y brillante abogado (perdón, soy su padre) no ha tenido paciencia para darme la mala noticia y me ha puesto un WhatsApp diciéndome: “Papá, malas noticias. Este año el Señor de los Gitanos, nuestro Cristo, saldrá en procesión en la “madrugá” del Viernes Santo, con la túnica bordada de oro. Pero consuélate; tengo entendido que será solo este año. A partir del año que viene volverá a las calles de Sevilla con su túnica morada, lisa. Lo siento.”
El periodista y comunicador, Manuel J. Ibáñez Ferriol, ha publicado, una nueva novela, basada en la Biblia de San Vicente Ferrer. El libro ha sido publicado en la plataforma Amazon, en dos formatos: papel y digital. Estamos ante un libro novedoso, ya que su catalogación es como novela negra de corte policial, ambientada en nuestra época.
La muerte por ser un hecho tan común que nos afecta a todos está presente cada día en las noticias. Las muertes se incrementan en las carreteras y las autoridades competentes diseñan campañas dramatizando la muerte para concienciar a los conductores que deben extremar la prudencia.
Llega la Semana Santa, la gente va de un lado a otro, comienzan las procesiones, largas filas de penitentes con túnicas y capirotes de determinado color, bandas de música y unos pasos en los que se muestra la pasión de Cristo o el dolor de la Virgen.
No es lo mismo que la eutanasia. La buena muerte creo que no existe. Si se entiende por tal la plácida desaparición de una persona que deja de existir porque su situación es irreversible se puede entender. De todas formas, estoy convencido de que la muerte nunca es algo bueno y deseable en sí mismo.
Quien fue portavoz de la Sala de Prensa de la Santa Sede Federico Lombardi escribió en La Civittà Cattolica un escrito titulado Hacia el encuentro episcopal sobre la protección de menores, encuentro celebrado en Roma el pasado mes de febrero de 2019, en que pide “sea un auténtico motor de cambio en la lucha contra la pederastia clerical”.
El escritor asturiano ficha por el sello madrileño Huso Editorial para ofrecer una de las novelas de la temporada. Un profesor de Historia de la Universidad de Madrid, una alumna y un joven desclasado de origen marroquí en un entorno yihadista. Dos fuerzas arrolladoras, la del amor y la del fanatismo religioso serán los factores que el azar moverá en un vertiginoso ritmo de montaña rusa.
He tenido que volverla a ver y, sobre todo, a escuchar. La primera vez que la disfruté en directo se me acumuló una tormenta de ideas mientras se me llenaba de fuego el corazón. Hacía años que no me emocionaba tanto en el encuentro con el Evangelio vivo. Así que la he vuelto a revisar.
Dos viñetas que representan España y el estado en que se encuentra. Una es de Kap: el barco España se hunde y Pedro Sánchez se aleja de la nave remando cabalgando sobre una urna. La otra es de El Roto en donde solamente aparece un navío en medio de una fuerte tempestad. Le acompaña esta frase: “Para evitar el naufragio, el capitán hunde el barco…” Ambos mensajes dicen lo mismo: España no va bien.
A la vuelta de 21 siglos tenemos una cultura cristiana heredada, en la que hemos nacido y en la que vivimos, conscientes o no.El problema es que en muchos aspectos, esa cultura - y esas formas culturales - es una cultura fosilizada, más arqueológía que vida.No vivir de las rentas significa, en primer lugar, darse cuenta de esto, si es que no queremos hacer el ridículo ante una sociedad secularizada y atea en la que las formas culturales cristianas del pasado no tienen el más mínimo recorrido en el mundo actual salvo ser objeto de burla.El problema de muchísimos católicos actuales es que buscan en la cultura cristiana una seguridad que solo deberían buscar, y encontrar en la fe, entregada por Dios y custodiada por la Iglesia.Si la fe no se impone, sino que se propone, con mucho menor motivo se puede imponer la cultura cristiana (las formas de cultura cristiana), cuando desde nuestra fe, los cristianos no nos hemos tomado con responsabilidad lo que decía san Pablo VI, inculturizar la fe, hacer de la fe, cultura, y cultura viva.Quienes le dan a la cultura cristiana el valor que solo deberían dar al evangelio, se equivocan.
He estado recordando el tiempo de Cuaresma cuando yo era joven e inevitablemente surge la comparación con lo que ocurre ahora. Ya sé que tenemos la tendencia a idealizar el pasado, nuestros tiempos, aunque mientras sigamos vivos estos tiempos tan diferentes también son nuestros.
En algunos países están catalogadas como destructivas o peligrosas y por lo mismo prohibidas, actuando a menudo en la clandestinidad.El uso y abuso de substancias estupefacientes consideradas destructivas para la personalidad del hombre -y de la mujer-, sirven para alejar de la realidad mundana, a los individuos que captan entre sus filas, ya que con este uso, se puede controlar mejor la mente y por extensión el resto de actitudes psicolólgicas de la persona.
Hay dos motivos fundamentales por los que no suelo hablar de deportes: el primero, porque mis conocimientos sobre la materia son más bien escasos, rudimentarios y podríamos decir que, en algunos casos, inexistentes y, en segundo lugar, porque me suelen importar poco aquellas prácticas que, aparte de resultar buenas o beneficiosas para la salud o el bolsillo de aquellos que las suelen realizar, no dejan de tener un punto de ridiculez si uno las analiza desde un punto de vista desapasionado
En el año 1944 se crea la condecoración Cruz de San Raimundo de Peñafort para el ámbito de la justicia y como signo de evolución de un país que deja atrás la guerra para dar paso a la construcción de un Estado basado en leyes.
El tema de la corrupción está en boca de todo el mundo. El Roto en una de sus viñetas describe a un hombre que se tapa su boca y nariz con una mascarilla para protegerse de la polución ambiental en la que se encuentra sumergida la persona en cuestión. En este caso a El Roto no le interesa la contaminación ambiental generalizada, le preocupa la que descubre el texto que acompaña la imagen: “¿A ver cuando eliminan el diesel de la política!” ¿Tiene solución el problema de la corrupción?
El Roto publica una viñeta en la que aparece una iglesia cuyo campanario se desploma. El texto que le acompaña es muy sugerente: “El abuso a un menor hundió el campanario…” Por estas fechas, febrero de 2019, se destapan muchos casos de abusos a menores y algo que nos sorprende por la novedad de la noticia, violaciones de monjas, hecho que por cierto se sospechaba desde hace muchos años.
Aceptar las circunstancias de la vida y adaptarse a ellas es una manera de envejecer con talento. Ahí está el equilibrio.
En esta semana he tenido la oportunidad de enfrentarme a la realidad inherente al paso de los años. Lo he podido comprobar en mi visita a dos amigos entrañables. El primero, mayor que yo, ha sufrido la acumulación de diversas enfermedades propias de los que han pasado de los ochenta.
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