| ||||||||||||||||||||||
A la vuelta de 21 siglos tenemos una cultura cristiana heredada, en la que hemos nacido y en la que vivimos, conscientes o no.El problema es que en muchos aspectos, esa cultura - y esas formas culturales - es una cultura fosilizada, más arqueológía que vida.No vivir de las rentas significa, en primer lugar, darse cuenta de esto, si es que no queremos hacer el ridículo ante una sociedad secularizada y atea en la que las formas culturales cristianas del pasado no tienen el más mínimo recorrido en el mundo actual salvo ser objeto de burla.El problema de muchísimos católicos actuales es que buscan en la cultura cristiana una seguridad que solo deberían buscar, y encontrar en la fe, entregada por Dios y custodiada por la Iglesia.Si la fe no se impone, sino que se propone, con mucho menor motivo se puede imponer la cultura cristiana (las formas de cultura cristiana), cuando desde nuestra fe, los cristianos no nos hemos tomado con responsabilidad lo que decía san Pablo VI, inculturizar la fe, hacer de la fe, cultura, y cultura viva.Quienes le dan a la cultura cristiana el valor que solo deberían dar al evangelio, se equivocan.
He estado recordando el tiempo de Cuaresma cuando yo era joven e inevitablemente surge la comparación con lo que ocurre ahora. Ya sé que tenemos la tendencia a idealizar el pasado, nuestros tiempos, aunque mientras sigamos vivos estos tiempos tan diferentes también son nuestros.
En algunos países están catalogadas como destructivas o peligrosas y por lo mismo prohibidas, actuando a menudo en la clandestinidad.El uso y abuso de substancias estupefacientes consideradas destructivas para la personalidad del hombre -y de la mujer-, sirven para alejar de la realidad mundana, a los individuos que captan entre sus filas, ya que con este uso, se puede controlar mejor la mente y por extensión el resto de actitudes psicolólgicas de la persona.
Hay dos motivos fundamentales por los que no suelo hablar de deportes: el primero, porque mis conocimientos sobre la materia son más bien escasos, rudimentarios y podríamos decir que, en algunos casos, inexistentes y, en segundo lugar, porque me suelen importar poco aquellas prácticas que, aparte de resultar buenas o beneficiosas para la salud o el bolsillo de aquellos que las suelen realizar, no dejan de tener un punto de ridiculez si uno las analiza desde un punto de vista desapasionado
En el año 1944 se crea la condecoración Cruz de San Raimundo de Peñafort para el ámbito de la justicia y como signo de evolución de un país que deja atrás la guerra para dar paso a la construcción de un Estado basado en leyes.
El tema de la corrupción está en boca de todo el mundo. El Roto en una de sus viñetas describe a un hombre que se tapa su boca y nariz con una mascarilla para protegerse de la polución ambiental en la que se encuentra sumergida la persona en cuestión. En este caso a El Roto no le interesa la contaminación ambiental generalizada, le preocupa la que descubre el texto que acompaña la imagen: “¿A ver cuando eliminan el diesel de la política!” ¿Tiene solución el problema de la corrupción?
El Roto publica una viñeta en la que aparece una iglesia cuyo campanario se desploma. El texto que le acompaña es muy sugerente: “El abuso a un menor hundió el campanario…” Por estas fechas, febrero de 2019, se destapan muchos casos de abusos a menores y algo que nos sorprende por la novedad de la noticia, violaciones de monjas, hecho que por cierto se sospechaba desde hace muchos años.
Aceptar las circunstancias de la vida y adaptarse a ellas es una manera de envejecer con talento. Ahí está el equilibrio.
En esta semana he tenido la oportunidad de enfrentarme a la realidad inherente al paso de los años. Lo he podido comprobar en mi visita a dos amigos entrañables. El primero, mayor que yo, ha sufrido la acumulación de diversas enfermedades propias de los que han pasado de los ochenta.
|