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Si por algo se ha caracterizado Raquel Sánchez Jiménez, ministra de Transportes, Agenda Urbana y Movilidad, ha sido por su incoherenciairresolutiva como alcaldesa de Gavá, su facilidad para insultar al oponente y su simplicidad para llamar «fascista» a quienes no se pliegan a sus deseos. Tal torpeza le ha acarreado problemas en el PSC y se los acarrea ahora como ministra, muy incompetente, visto lo visto, pero ministra.
Toda la tarde leyendo declaraciones del presidente Sánchez y de sus ministros sobre el paro y siento vergüenza de las cosas que dicen, con tal de echar culpas al maestro armero. Ellos siempre lo hacen bien. Son los demás quienes se equivocan. No sé si es ignorancia o analfabetismo, pero parece que lo dicen convencidos cuando, en realidad, de lo único que pueden estar seguros es de su mala gestión, nefastas políticas y mediocre economía.
Juan Lobato, alias «Zapaterito» y líder del PSOE en la Asamblea de Madrid, exige urgentes explicaciones del presidente, Pedro Sánchez, sobre los contratos de mascarillas en la primera fase de la pandemia, así como de la trama de los progenitores del presidente en la empresa de Industrias Plásticas Playbol, SL. Tendrá mucho que remar para hacerse notar y ser candidato al relevo del dictadorzuelo del actual Ejecutivo.
Los sindicatos del langostino, la gamba, la corrupción y las incontables sentencias por aprovechamiento indebido han perdido las calles. Ni Paco Lobatón ha conseguido dar con ellos estos días de intensas manifestaciones. Andan escondidos disfrutando de la millonada que el Gobierno de la miserable izquierda los ha dado. Lo raro es que no hayan protestado porque, con los transportes en huelga, no les llegarán los langostinos.
Emmanuel Macron ha dado una lección al negligente Pedro Sánchez: «Sofoca la huelga de camioneros antes de su inicio con un plan de 400 millones». Eso es lo que ha hecho el Gobierno de Macron; todo un plan de ayudas para minimizar el problema que ha generado la brutal subida de los combustibles. ¿Resultado? La huelga ha quedado desconvocada.
Desde hace tiempo venimos observando que esta generación de políticos ha denigrado el «arte noble» de la Política. Han perdido la ética, la educación y las formas. Hemos pasado de los políticos de la transición, con un claro afán de servicio, a la tropa que ahora tenemos en las institucionales nacionales, autonómicas y locales.
La extrema izquierda solo mira a Rusia, defienden al genocida más loco y degenerado del siglo XXI, incluso en la medida de lo posible impiden que otros lleven ayuda humanitaria o de otro tipo a Ucrania. Hoy, por encima de todo, España debe volcarse –y lo está haciendo—con Ucrania y con la población ucraniana por encima de todo.
Pablo Echenique, aprovechando su intervención en el pleno del Congreso de los Diputados, ha hecho un discurso caduco, parasitario, indigno y fiel a la línea comunista de la extrema izquierda. Le han faltado los carros de combate, el lanzamiento de misiles antiaéreos, ametralladoras acopladas a su silla de «matón de barrio», pistolas en la cintura y lanzacohetes rosa para adornarlos con la tan denostada ideología de género.
No pierde ocasión Pablo Iglesias para apoyar al genocida, Vladimir Putin. Lo hace con ignorancia supina, argumentos trasnochados y cadavérico entusiasmo. Vistas sus reacciones ante quien intenta ponerle en la senda del sentido común, es evidente que hoy cobra actualidad la figura excelsa de Cayetana Álvarez de Toledo en cuanto a lo que le espetó en el Congreso de los Diputados, hasta el punto a sacar de su zona confortable al entonces «Coleta morada».
Huele a podrido en el Partido Popular. Esa podredumbre la han acercado a la formación política los ahora atrincherados, Pablo Casado y Teodoro García Egea. No por casualidad ya son conocidos como «FraCasado» y «Traidoro». Del paro no sé si saldrá mucha gente para trabajar, pero el ingenio sale por todas partes. No sé qué hubiera pasado si presencia este espectáculo don Manuel Fraga, pero sí sé que algunos saldrían a gorrazos y lamiendo los destrozos causados.
Isabel Díaz Ayuso ha destrozado al cavernario Partido Popular de «Génova» por mentiroso, mafioso y trapacero. Hacía tiempo que en el PP habían encargado una investigación sobre ella, pero siempre lo negaron. La sombra de la presidenta madrileña era excesivamente alargada y eso un líder, sobre todo un líder torpe, no es capaz de asumirlo.
Pasadas las elecciones en Castilla y León empezamos a pensar que el demonio no es Unidas Podemos ni el permanente fraude socialista, que también, sino el predicador de embustes y zafio retorcido, don Teo. Precisamente, en sus intervenciones y mentiras, con la aquiescencia de algunas asistentes de su partido, casi todas mujeres, ya se trasluce la imagen que Cayetana Álvarez de Toledo demuestra a las claras en «Políticamente indeseable».
Alfonso Fernández Mañueco ha subido dos escaños, pero si tenemos en cuenta que comenzó la campaña electoral con uno por debajo de la mayoría absoluta, bien podemos decir que ha fracasado. Pretendía emular a Díaz Ayuso y ha resultado ser un monigote que, la última semana de campaña, ha tenido que recurrir a la presidenta madrileña porque se veía perdido y aterrorizado.
Vaya por delante mi respeto a tu persona y a tu cargo en Castilla y León, pero no hacia tus políticas ni hacia los destrozos de tu partido en la misma. Obedecer ciegamente políticas impuestas no es gobernar y sí desconocer puntualmente las necesidades y exigencias de la tierra que te mantiene y a lo que debes tus orígenes.
En opacidad, corruptelas, fraude y «temores inconfesos» no hay Gobierno que gane al de Pedro Sánchez, hasta ha llegado a utilizar leyes obsoletas que no son de aplicación actualizada. Eso, precisamente eso, podría costarle muy caro tan pronto como abandone Moncloa de forma ordenada o a la fuerza. Es más, no se olvidará la trama de sus progenitores en PLAYBOL, S.L., caso que debe empezar a investigar la Hacienda Pública.
Si alguien piensa que Fernández Mañueco está sereno es porque no le conoce. Las últimas encuestas han acabado por derribar su poca resistencia. Le tiemblan las canillas. Sabe que si no gana con holgura habrá dilapidado el tiempo, las formas y los proyectos futuros, si es que los tuvo alguna vez. Ha empezado a tirarse de una oreja sin llegar a la otra. Sabe que ha iniciado un camino sin retorno y que, de no ganar a lo Ayuso, debe presentar la dimisión la misma noche electoral.
Las urnas nos dirán si Fernández Mañueco acertó convocando elecciones o se precipitó. Si tenemos en cuenta las posibilidades de traición y cuanto se estaba cociendo, entonces egoístamente sí hizo bien, pero desde mi punto de vista y dado el momento de pandemia, no fue lo más acertado. Voy más allá: pensando en la ciudadanía de la comunidad, nunca debió hacerlo tan a la ligera, pero si sólo pensaba en su partido y en creerse como Díaz Ayuso, la metedura de pata es incorregible.
Se ha hablado de cantidades ingentes de dinero de los fondos europeos, pero nadie habla de los recortes que esos fondos han sufrido y los que pueden sufrir por la falta de transparencia y tergiversación. Ni siquiera lo han hecho los medios parasitarios, ni los periodistas mercenarios del Gobierno. Éste tiene aún alrededor de 11.000M sin licitar, incluso desconoce dónde están, como desconoce la cantidad que han recibido las empresas, si es que en algunos casos los han recibido.
¡Pobre Luis Tudanca! No quería que Pedro Sánchez participara en la campaña electoral de Castilla y León, pero se lo va a tener que comer con patatas. El presidente es incapaz de ver el desprecio que se le tiene en esta tierra y las broncas que se va encontrar allí donde acuda, hasta el punto de que ni los suyos lo quieren cerca. Será la diana de ganaderos, agricultores, funcionarios y ciudadanos en general. Sánchez «El mentiroso» es la bicha en forma de títere fantástico.
Cuando se miente casi tanto como se habla, acaba uno con el mote de mentiroso. De Sánchez sabemos todos que lo es, pero tuvo que decírselo a la cara un vecino de Calvarrasa de Arriba, coincidiendo con la Conferencia de presidentes en Salamanca: «¿Es usted Pedro Sánchez “El mentiroso”?». Para tapar el agravio y los silbidos hacia su persona en la Plaza Mayor charra, le organizaron un paseo por Calvarrasa donde pensaban que la gente se pondría a sus pies.
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