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Este fin de semana pasado se han mofado las redes sociales de Pedro Sánchez a más no poder. El departamento de Comunicación de Moncloa nos lo ha presentado con camisa rosa y colgado al teléfono como si él solo estuviera resolviendo el conflicto entre Rusia y EE.UU., con Ucrania en el medio y la Unión Europea en comisión de servicios. Lo de Sánchez «El mentiroso», como dijo el ciudadano charro aprovechando la visita del innombrable a su pueblo, da para memes, chistes y mofas.
No es lo mismo estar junto al pesebre que alejado de él. Viene esto a cuento por lo que vimos en España durante la Guerra del Golfo y lo que estamos viviendo ahora con la amenaza de Rusia a Ucrania y el despliegue de barcos de guerra y aviones españoles. Aquellos que gritaban entonces eso de «¡NO a la Guerra!», hoy se esconden como estreñidos muñecos.
Ya tardaba el PSOE en acercar posturas con las formaciones de la España Vaciada. Todas las encuestas muestran el brutal batacazo del socialismo en Castilla y León. Dos son las razones de ello: las políticas nacionales de Pedro «El mentiroso», que dan miedo a la ciudadanía, y la dejadez permanente (broncas incluidas) que ha venido demostrando la tropa de Tudanca en la oposición.
No faltan quienes piensan que las elecciones de Castilla y León serán la confirmación de un nuevo ciclo político que dará continuidad al iniciado por Díaz Ayuso en mayo pasado. Falta por saber si Andalucía seguirá los mismos pasos convocando elecciones, aunque en esa comunidad no parecen existir indicios de traición.
Cierto y sin tapujos: ni el PSOE de Castilla y León ni su protestón líder en la comunidad quierenque aparezca en campaña el vulgar y mentiroso gafe de Moncloa, Pedro Sánchez. Es un peligro público que el presidente se desplace a esta tierra tras su desprecio a los ganaderos, a los agricultores, a los autónomos y a los trabajadores. Allí donde acuda recibirá un sinfín de improperios como compañía merecida.
Llevo varios días siguiendo las declaraciones de Francisco Igea en los medios de comunicación y rezuman resentimiento por los cuatro costados. Garantiza que Fernández Mañueco no será presidente de Castilla y León si depende de su formación. Sabido es que las encuestas dan a Ciudadanos entre un procurador (en Castilla y León son procuradores) y ninguno.
Yolanda Díaz no sabe cómo apuntarse tantos con la mal llamada reforma laboral. Es una simple contrarreforma y, posiblemente, ni siquiera eso pueda decirse. Apenas unas pinceladas sueltas sobre la reforma laboral de 2012 que tanto empleo generó y alabanzas cosechó en la Unión Europea.
Mala gestión y peor imagen del ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños. Intenta recabar apoyos para la contrarreforma laboral porque el Gobierno sólo cuenta con 155 escaños en la Cámara Baja. Pinta mal y varios grupos ya han anunciado su negativa. El listo de Garamendi ha metido en un buen lío a la ministra comunista y a los «hambrientos y sedientos» sindicatos clasistas, pero lo ha hecho a un alto precio: la CEOE se ha desmoronado.
Tal vez esté equivocado, pero es un hecho que a alguien le molestan sobremanera los éxitos de Madrid, la gestión de su equipo municipal y la barrida de Díaz Ayuso el pasado mes de las flores. Es fácil observar que desde Moncloa se maltrata a la capital de España; se le niegan ayudas europeas, ya denunciadas a Bruselas; se critican con crudeza y rudeza las medidas que adopta Ayuso, aunque al mes las adopte Moncloa como si suya fuera la patente.
"No puede seguir ni un minuto más sentado en el Consejo de ministros", dicen los partidos de la oposición, varios presidentes autonómicos con Lambán a la cabeza, el sector ganadero al completo y la industria cárnica. Es tal el daño de este muchacho, comunista y ministro-cuota, que ha faltado tiempo a los gobiernos alemán y francés para pedir explicaciones al gobierno español.
Dudo que quede en España algún ganadero que no haya pedido la dimisión de Alberto Garzón, ministro de Consumo del Gobierno de Pedro Sánchez, sector comunista. Su falta de preparación y su desconocimiento del mundo ganadero le ha llevado a demostrar su ignorancia en «The Guardian». Además de inconsciente es un hipócrita porque en su boda no faltó solomillo. ¿Qué tiene este desorejado contra la carne?
Dicen que no hay peor sordo que el que no quiere oír, pero sí hay uno peor: el que por un oído le entra y por otro le sale. Pablo Casado es un mal sordo. Lo ha ignorado todo: a FAES, a los barones del PP y a la patronal. Es tal el complejo adquirido tras el tentetieso con Díaz Ayuso que ya ve enemigos por todas partes, lo que le hace ser un peligro hasta para el propio Partido Popular.
Cualquiera que conozca la negativa gestión del Gobierno en cualquiera de los ámbitos donde ha metido la mano, no puede por menos que llevarse las manos a la cabeza; ahí tienen la pandemia en la que el actual Ejecutivo ha quedado descolgado respecto a la mayoría de los países de la UE. Y si lo prefieren investiguen sobre cómo se ha llevado a cabo la vacunación: el propio Gobierno se ha hecho el loco y ha dejado que fueran las comunidades quienes gestionaran el proceso.
¿Viva Cataluña libre? Acaso no lo es. ¿Cuándo no lo ha sido? ¡Cuántos complejos atenazan al independentismo! ¿Cuándo no ha sido libre como lo es cualquier comunidad de España? ¿Acaso Cataluña no está en España? ¿De qué libertad hablan esos impresentables y cutres nacionalistas? Exceso de discurso cutre, hueco y con incontenida palabrería. El tal Aragonés no pasa holgado un curso de castellano ni con recomendación.
Las cosas se ponen feas en Cataluña, pero también para los propios catalanes. El complejo catalán se agudiza y, cada vez con más insistencia, el alumnado se rebela contra el profesorado y contra el sistema educativo catalán. La división irreconciliable de familias catalanas es un hecho y el sufrimiento de familias de policías y otros profesionales llegados a Tabarnia y Tractoria empieza a cambiar en algunas zonas.
Alfonso Fernández Mañueco ha convocado elecciones en Castilla y León en el peor momento que podía hacerlo: con la pandemia en claro ascenso, no es ético dejar huérfana la consejería de Sanidad. No me extrañaría que la ciudadanía le hiciera pagar esta brutalidad que, por otra parte, demuestra una inmadurez política y un claro afán de revancha del PP nacional.
Hoy está siendo tendencia la localidad de Camporredondo, provincia de Valladolid. La cuestión es que su alcalde, Javier Izquierdo, ha respondido de forma contundente, y no sin sorna o recochineo, pero con extraordinario fundamento histórico, a un requerimiento del Senado sobre la aplicación de la mal llamada ley de Memoria Histórica. Ley sectaria, mentirosa y torticera basada en el revanchismo, el odio y la venganza.
No es fácil poner orden en Cataluña y tampoco en España. Lo están intentando varias familias frente al supremacismo catalán; lo han intentado asociaciones y agrupaciones no catalanistas; no dejan de hacerlo los partidos constitucionalistas: unos más que otros, porque el Partido Popular se limita a hablar, pero no actúa. Del Gobierno mejor no hablar: su actitud es calificada de «despreciable ante el sufrimiento de miles de familias represaliadas en Cataluña».
Hace algún tiempo pensábamos que Nadia Calviño abanderaba el sector más moderado del Gobierno, incluso ella daba la imagen de ser la más moderada. Pero ayer se quitó la careta tras las afirmaciones de Pablo Casado en el Congreso de los Diputados.
No se puede esperar más. La defensa de los niños en Cataluña es urgente y hasta los jugueteros muestran su enfado por la burda manipulación que hace al efecto el ministro de Consumo, Alberto Garzón. Sabido es que el Gobierno «Frankenstein» se ha desentendido de los problemas de represión que practica el independentismo catalán, las amenazas a las familias y la persecución a todo lo español, incluidas las instituciones y las tradiciones.
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