A lo largo de la segunda parte del Nuevo Testamento se nos narra la disputa encarnizada entre los seguidores de ambos Apóstoles en función de su manera de enfocar el Evangelio de Jesús. Al final, se trata de una diferencia de criterios entre “conservadores y progresistas”. ¡Que casualidad, como los políticos de ahora!
Han pasado veinte siglos y seguimos en las mismas. No por parte del pueblo llano y sencillo, que cree casi todo cuanto le dicen, sino de aquellos que tienen y mantienen el criterio y presumen de la posesión de la verdad. Integristas acérrimos y progresistas desatados mantienen las posturas propias contra viento y marea, mientras descalifican a los contrarios.
El problema surge cuando en la misma homilía se nos dice una cosa y la contraria. Cuando nos hablan del palo vertical de la cruz como único camino y del palo horizontal como algo accesorio que tenemos que dejar en las manos de Dios. Al mismo tiempo se nos habla de la multiplicación de los panes y los peces, donde el dar de comer a los hermanos es indispensable.
Salen peregrinaciones hacia los lugares de culto, muchas veces como algo mágico, y de expediciones al África profunda para llevar lo indispensable a hermanos peor tratados por la vida que nosotros.
Al final me quedo con la Y. Son necesarios unos y otros. Pero para eso no hace falta descalificar a nadie. Hay que seguir a Jesús. “Venid benditos de mi padre porque…”. “Velad y orad”. Etc. Pero también hay que tener muy en cuenta LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS. A nuestras costas llegan pateras todos lo días que no se acogen con novenas. Al final, a los que no tenemos el suficiente criterio nos vuelven locos. Después nos preguntamos por que se quedan vacíos los templos. Creo que porque los llenamos de incienso, pompas, boatos y palabras… palabras y palabras.
Pero… ¿Quién soy yo para reprochar nada a nadie? Pues uno más de aquellos que buscamos el Amor de Dios que nos llega a través de los hermanos. La barca de Pedro es acogedora. Pero prefiero caerme por delante –que alguien me recogerá- que quedarme atrás y perderme en la estela de lo que pudo ser. Amén.
Nota.- Si alguien se creía que iba a hablar de los políticos se ha equivocado por completo.
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