A raíz de la, permítaseme la expresión, última “bajada de pantalones” del falto de
palabra y firmeza de ideas, Pedro Sánchez, que miente más que habla, ante las exigencias
de los independentistas catalanes que, para apoyarle en la aprobación de los presupuestos,
le han forzado a que, en las conversaciones que tendrán con él sobre la independencia de
Cataluña, estén presentes observadores, le han llamado felón.
Algunos socialistas han puesto el grito en el cielo manifestando que éste no es tal,
sino que, como el diálogo es necesario, se precisa que haya personas que estén presentes
en la reunión para asegurar el buen término de la misma y que no haya posibilidad de
engaño.
Sin embargo otros partidarios suyos están escandalizados y desorientados ante el
nuevo sesgo que toma el Presidente de todos los españoles, al plegarse a las exigencias a
las que se somete.
Carmen Calvo, fallida remediadora de todos los deslices que comete su patrón, ha
intentado suavizar la situación, diciendo que lo que se pretende que haya son relatores.
Relator en latín significa, entre otras cosas, el que anuncia o inscribe las subastas.
(Diccionario latino español de Agustín Blánquez Fraile, tomo II).
También se aplica a alguien que "relata o refiere alguna cosa" . ¡Vamos como
cualquier periodista de algún medio de comunicación de los que cada día nos pone al
corriente de las últimas noticias! Pero se da el caso de que aquí no se trata de noticias,
sino de entregar una parte de España a quienes quieren desmembrarla.
No puede venir más al caso la acepción de subastador, ya que con tal de que le
aprueben sus presupuestos y mantenerse en la Moncloa, este personaje no duda subastar
parte de nuestra Patria y que la adquiera el mejor postor, en este caso los independentistas
catalanes.
Ante la denominación de felón por la que ha sido calificado, cabe que nos
preguntemos qué dice el DIRAE sobre dicha palabra, y nos encontramos con que la aplica
a aquel que comete felonía, y ésta la define, buscando los adjetivos más suaves, como
traición, infidelidad, canallada, infamia, alevosía.
¿Es este individuo un traidor, infame y alevoso?
Consideremos que todos esos apelativos le cuadran perfectamente, ya que por su
impenitente narcisismo y su desmesurado ego, es capaz de llegar a las mayores traiciones
y bajezas que pueda cometer un ser humano. Basta con repasar sus manifestaciones.
Se pudo muy magnífico y muy en peligro la estabilidad de su Gobierno manteniendo
una hoja de ruta cercana al unilateralismo, elecciones generales.
Este es el momento. Como se dice coloquialmente no se lo han podido poner “más a
huevo”, para convocarlas.
Pero no, no las convocará, pues igual dijo cuando se aupó a la Jefatura de nuestro
Gobierno, con el apoyo de los independentistas, catalanes, vascos y los etarras de EH
Bildu, al manifestar que inmediatamente convocaría elecciones.
Es un mendaz contumaz que se contradice cada vez que habla, pues ha manifestado
claramente:
"No pactaré con independentistas" .
Entonces, ¿esto qué es? ¿a qué se le puede llamar el llegar a acuerdos con estos
indeseables que sólo pretenden, no sólo en contra de la voluntad de los españoles, sino
también contra muchísimos de los catalanes que no la quieren, romper le unidad de
España?
Otra de sus mentiras más flagrantes es cuando, en 2015, dijo rotundamente: “si
alguien crea una sociedad interpuesta para pagar menos impuestos, estará fuera”,.
La oportunidad no la ha podido venir más a cuento en los casos de Pedro Duque y
Rosa María Mateo, ya que ambos crearon sociedades tapadera para eludir impuestos.
Pero eso, según la inefable e inmarcesibles Carmen Calvo, lo dijo Pedro Sánchez,
no el Presidente de Gobierno.
¿A caso tenemos como tal a un esquizofrénico que enuncia postulados y propósitos
según las voces que oye dentro de su cabeza y, que en la mayoría de los casos, son
contradictorias?
En fin, seguir con las contradicciones y falacias de este hombre sería el cuento de
nunca acabar, por ello, si le quedase un adarme de decencia y fuese consecuente consigo
mismo, lo mejor que podría hacer es cumplir con su palabra (¿la tiene?), convocar
elecciones y dejar de causarnos mal España y a nosotros, los españoles.
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