Que no cesa esta cabeza de chorlito, conocida como Pedro Sánchez, de buscar la división y el enfrentamiento entre los españoles.
El nunca bien denostado Zapatero, con su frac de prestidigitador, sacó de su chistera aquella nefasta Ley de Memoria histórica que sólo sirvió para echar sal en las heridas ya bien cerradas por la Transición, y resucitar odios, envidias, rencores y malquerencias entre los españoles.
La mente hueca de Pedro Sánchez, emulando al inútil Zapatero, quiere iniciar una nueva revancha de la Izquierda y resucitar desquites, resentimientos y enconos poniendo en práctica una ley imitativa de la del inútil citado a la que va a llamar “Ley de Memoria democrática”, con la que pretende reabrir heridas cicatrizadas.
He oído a periodistas y tertulianos que lo que intenta con ella es crear una cortina de humo para tapar la mala gestión con la que su inútil Gobierno está gestionando la pandemia que, de forma especial, nos azota a los españoles.
Sería cosa de chiste, si no fuese por la gravedad de la mala intención de engañarnos a todos, recordar el encriptado “Comité de expertos” que asesoraba al desdichado Ministro Simón que al final él mismo declaró que nunca había existido. Fue recochineo lo de este hombre, pues, si se hubiese callado, habríamos permanecido en el desconocimiento y hubiésemos creído que había existido, pero no, nos demostró que se había reído de nosotros, al revelarnos la verdad de su inexistencia.
Aparte de que no niego que la cortina de humo sea uno de los propósitos de Pedro, entiendo que lo que verdaderamente desea es escribir una nueva historia de los malditos años que van desde 1931 a 1939 y siguientes.
Con ello pretende encubrir, deformar y cambiar hechos que no se pueden ocultar. ¡Pedro, a ver si te enteras! La Historia no se puede desfigurar. Los hechos son inocultables, por mucho que pretendáis tú y tu caterva de palmeros encubrir y borrar las atrocidades cometidas por el PSOE y sus dirigentes, antes, durante y después de la Segunda República, no lo vais a conseguir. Las hemerotecas, las actas de los Congresos y cualquier documento histórico que se consulte dan testimonio de lo verdaderamente ocurrido en aquellos aciagos años.
¡Que sí! Que hay historiadores de vuestra cuerda que han escrito libros muy favorables a la causa de las izquierdas, pero son traidores a la verdadera Historia.
Un historiador que se precie y sea digno de su profesión, debe de ser un notario de los hechos sucedidos. Solo ha de reflejar lo que los documentos manifiesten, después de haberlos contrastado y cotejado con otros.
Siempre digo que quien contradiga lo que un historiador ha manifestado después de consultar un documento, debe de presentar otro que demuestre la contradicción, y, para desempatar, habrá que mostrar otro que favorezca a uno de los dos que será el verdadero. Ese es mi lema. Atrocidades, muchas por ambos bandos, crímenes execrables todos. Como resto de los últimos coletazos de la contienda quedaron los “maquis” que sembraron el terror allá por donde pasaron y asesinaron a todo aquél que les pareció.
Posiblemente España sea el único país de Europa que tiene erigido un monumento a los guerrilleros, en Francia también. El español se encuentra en la localidad de Santa Cruz de Moya, Cuenca, y se levantó en 1991.
Pedro, se dice, rumorea, cuenta que pretendes implantar una asignatura que deberán de cursar los estudiantes a la que se denominará “Memoria histórica”. ¿No tienes bastante con haber desenterrado a Franco y sacado del Valle de los Caídos, que quieres imitarlo con esta disciplina al igual que él impuso la “Formación del espíritu nacional”?
¿Les harás cantar en al patio de los colegios la “Internacional”, como se hacía con el “Cara al Sol”.
¿Tu crees que los españoles de hoy nos acordamos de la Guerra incivil? Han pasado ya más de 84 años. ¿Quién la conmemora? ¡Vamos Pedro! que los españoles estamos por otra cosa. Nos preocupan los millones de parados, la peste que nos asuela y que tan pésimamente has gestionado, la Deuda pública que, si hay suerte, la terminarán de pagar nuestros bisnietos. Tenemos muchos problemas, de los cuales el principal eres tú, por tu mal gobierno, y nos vas a salir, cosa que no viene a cuento, con una Ley de Memoria democrática. ¡Anda ya!
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