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​El rompecabezas irresoluto del panorama político español

“La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”, Marco Publio Cicerón
Miguel Massanet
lunes, 7 de junio de 2021, 01:39 h (CET)

El tiempo siempre se suele encargar de dar la razón a los que han sabido ver con claridad lo que viene a deparar el futuro que, en muchas ocasiones, suele diferir de lo que aquellos que esperan de él confirmación de sus acciones interesadas, de sus augurios imaginados o de sus intentos de justificar actos, que modifican aposta una situación presente, con la amenaza de hechos o acciones que, en un futuro, pudieran confirmar la necesidad de aquel cambio, aparentemente innecesario o perjudicial para el pueblo. Y esto nos hace recordar aquella situación provocada por la inestabilidad política de los pueblos del Este que motivó la gran marcha de miles y miles de emigrantes que abandonaron sus países para intentar entrar en Europa en busca de refugio político y de una mejor vida. La demagogia fácil, interesada, insensata y desprovista de cualquier criba de sentido común, de las izquierdas y de aquellos que encontraron en aquella circunstancia una forma de conseguir adeptos para su propia causa. hizo que muchas naciones del viejo mundo se convirtieran en refugio de personas de diversas razas, sentimientos religiosos, culturas, hábitos y costumbres, en ocasiones incompatibles con las de los ciudadanos oriundos del país. Una experiencia que, en muchas ocasiones, se ha pagado con brotes terroristas, inadaptados, lumpen, enfrentamientos con los nativos y en aumentos de criminalidad, que en nada han contribuido a mejorar la vida, las relaciones o la paz en aquellos pueblos que no supieron frenar, de una manera racional, la entrada de inmigrantes a causa de que, la mayoría de ellas no estaban ni económicamente, ni socialmente ni por sus costumbres, preparadas para asumir aquella invasión de allende sus fronteras.


Han pasado los años y, en estos momentos se produce en muchas de las naciones de acogida, un claro sentimiento de rechazo hacia aquellos que vinieron de fuera para crear nuevos problemas, no adaptarse y pretender, incluso, disponer de derechos y beneficios sociales que, en muchas ocasiones, no están ni al alcance de los propios ciudadanos del país en cuestión. Hoy hemos leído que la hospitalaria Dinamarca ha decidido obligar a los solicitantes de acogida a esperar en un centro del continente africano, mientras el gobierno sigue negociando con Ruanda y Egipto para que acojan a los peticionarios. Pero en España, bajo la égida de Sánchez y su grupo de aprendices de ministro, fue uno de los países que más se ofreció para que viniera quien quisiera, para que todos fueran recibidos “con los brazos abiertos” y no fue la señora Colau, alcaldesa de Barcelona, la que menos interés puso en que nos enviaran a la Ciudad Condal cuantas más personas inmigrantes fuera posible, para integrarlas en el pueblo catalán. Hoy, Canarias está desbordada de gentes que les llegan desde la costa africana a miles, superando su capacidad de absorción y desesperada para que el Gobierno de la nación les busque una solución que, por lo visto, tarda en llegar y que suele consistir en trasladarlos a la península para que, después de un simulacro de tenerlos internados en centros de acogida, acaben por huir de ellos o, que sea el mismo gobierno el que los envíe a las distintas comunidades para que hagan de ellos lo que puedan.


Pero, volviendo a la vergonzosa actualidad nacional, provocada por el intento de los socialistas de encontrar un medio para ocultar, ensombrecer, difuminar u obscurecer la intención declarada de concederles el indulto a los delincuentes que están cumpliendo condena, por secesión y malversación de caudales públicos, en las cárceles catalanas; debemos denunciar el nuevo intento de resucitar pasados temas de corrupción, por los que el PP tuvo que enfrentarse, primero, al 99% de la prensa nacional que se dedicó, con insistencia, a tacar a cada uno de los acusados para que no fueran sólo los jueces los que tuvieran que condenar, si es que cabía hacerlo, a los “investigados”.; sino que fuera una opinión pública sabiamente aleccionada la que dio las espaldas al PP. Aquello ya pasó, ninguno de los que actualmente están en la dirección del PP tuvo, ni remotamente, nada que ver con aquellos lamentables sucesos. Pero los socialistas insisten en que no se olvide cuando ellos piensan que les puede favorecer.


El intentar correr una cortina de humo volviendo a resucitar aquellas efemérides o pretendiendo involucrar al señor Casado en un tema de espionaje (si es que se quiere llamarlo, impropiamente, de esta forma) que parece que ha motivado que la señora Cospedal y su marido hayan sido procesados por ello, no da la sensación de que sea más que otra de las malignas artimañas de este sujeto, Rasputín de medio pelo, conocido como el artista de la mentira, el engaño, la manipulación y los métodos claramente repulsivos y de carácter evidentemente totalitario,  de los que se vale para intentar ocultar la incapacidad del actual presidente del gobierno, señor Pedro Sánchez, para gobernar una España que, hasta hace poco, tenía una Constitución que garantizaba los derechos del pueblo español, sus libertades, a la posesión y la propiedad, que respetaba todas las creencias y que protegía la libertad de mercado. En efecto en hombre fuerte del presidente, Iván Redondo, no ha tardado en recobrar la confianza de su protector después de las sendas pifias de Murcia, Castilla y León y Madrid. Evidentemente que este intento de recobrar su influencia en Madrid está condenado al fracaso porque, cada día que pasa, las restricciones que pretende imponer el Gobierno a los madrileños parece que no hacen otra cosa que reafirmar los votos de la señora Díaz Ayuso.


Claro. Los socialistas y comunistas, tan expertos en fabricar mentiras y en confundir al personal, han acuñado un término “corrupción” que no dejan de utilizarlo para cualquier tema que sirva para poner al PP en un brete. Empecemos, por cuanto a los que desconocen nuestra legislación, por enterarles de que, en nuestro CP, no existe el llamado delito de “corrupción” ,lo que no impide que sí exista la definición y que, en ella, se entiendan comprendidos otros varios delitos ( en número de 10 apartados) que pueden ser encajados en la definición siguiente: “la utilización de un poder de actuación oficial o conferido al autor por una colectividad, grupo, compañía, sociedad o cualquiera otra entidad, en interés particular para la consecución de una ventaja indebida, patrimonial o de otro tipo en su favor o en de un tercero”. Pero es que, abundando en este tema, resulta de una temeridad, idiotez, cara dura, desfachatez e ignorancia supina que ahora saquen a relucir lo de la señora Cospedal y su marido cuando ellos, los socialistas y los sindicatos afines, tienen un marrón en Andalucía, con el tema de la apropiación indebida por los directivos del PSOE en Andalucía que está siendo tratada por los tribunales y que, para mayor INRI, para pararle los pies a la juez Alaya, que había llevado una instrucción perfecta de caso, resistiéndose a toda clase de amenazas, presiones y demás intentos de comprarla, tuvieron que recurrir, para que dejara el expediente de los ERE de Andalucía, a nombrarla magistrada del TSJA por lo que, por obligación e incompatibilidad, de mala gana, se vio obligada a dejar el tema, que pasó a manos de una juez más proclive a las tesis socialistas, que ha conseguido que la mayoría de los encausados, sea por prescripción, por dejar pasar el tiempo en sustanciar las acusaciones o por no encontrar delito en algunos de los acusados, la mayoría de los que fueron empapelados fueron exonerados y dejados en libertad.


No podemos permitirnos dejar de comentar, aunque sea brevemente, y ante la deriva que nuestros gobernantes han decidido tomar, para preguntarnos si es cierto que ¿queremos, de veras, convertir a esta España de nuestras entretelas, este país maravilloso,  de clima mediterráneo, de sol y de gente alegre, divertida, acostumbrada a una vida relajada, a pasarlo bien y disfrutar de la vida, de los deportes, de las playas y de la montaña que sabe apreciar los tiempos de ocio, todo ello ¿ en uno de estos lóbregos “paraísos comunistas” como aquellos de los que “disfrutan” naciones como Bolivia, Venezuela,  Nicaragua o cualquiera de las comunidades caribeñas representada por Cuba y los herederos de Fidel Castro dónde, después de infinitos años de revolución, resulta que los pobres cubanos todavía no saben lo que es vivir en libertad y gozar de los beneficios de cualquier democracia de las existentes en el mundo occidental?. No creo que, de verdad, siendo público y palmario que la vida en los paraísos comunistas está enteramente dirigida desde el poder y que, cualquier sombra de democracia ha sido absorbida por los dirigentes, convertidos en tiranos, dueños y señores de la vida y las haciendas de sus súbditos, a los que ni les queda la esperanza de cambiar el régimen, porque ya no existe la posibilidad de un voto libre que los librase del totalitarismo al que están sometidos.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, tenemos la desagradable impresión de que hemos llegado a un punto en el que, si la ciudadanía españolas, todos aquellos españoles que seguimos creyendo en las libertades, en el impulso individual; en un Estado que no ponga peros a la actuación de quienes tienen aspiraciones e iniciativas para emprender negocios; que se ocupe principalmente de mantener el orden; asegurar la propiedad privada; mantener al país a la altura que se merece en el ámbito internacional; dotar a la enseñanza de los medios y los profesores capaces de elevar a los alumnos a la altura que se merecen en cuanto al ranking del resto de países europeos y ocuparse de que la Sanidad y la Seguridad Social sigan siendo uno de los logros de los que enorgullecernos los españoles. La frase de hoy se la debemos al gran filósofo romano Séneca: “Pierden el día por esperar la noche, y la noche por miedo al amanecer.” Esto nos puede ocurrir a los españoles si persistimos en esperar que, la solución a los problemas de nuestro país, nos caiga del Cielo.

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