Si se quiere ser libre hay que independizarse de la máquina social que estructura y esclaviza las actividades individuales, sofocando la libertad personal. La sociedad actual, globalizada y automatizada, empapa lentamente todos los aspectos de la vida individual, los económicos, los intelectuales, los lúdicos, los afectivos, los laborales y los religiosos.
El sopor que produce la convivencia teledirigida facilita que el individuo libre vaya convirtiendose en un autómata "obediente", "insensible" e "impersonal".
Al pueblo, tras un fogeo de noticias fieles, engañosas o falsas, sólo le que la DUDA: ¿Quien soy? ¿Dónde me encuentro? ¿Dónde se ubica la VERDAD? ¿Qué camino tomar? ¿Quiénes están detrás de toda estas FALACIAS de REALIDADES?
La historia siempre recuerda los enfrentamientos, los hombres la convertimos en péndulos. El péndulo de nuestra historia nos colocará en el mismo lugar, con los mismos dirigentes y con otros disfraces. La fuerza que nace del convencimiento personal, es la única que nos sacará del conformismo anónimo y globalista. Espero... Espero... Pero hace falta algo más.
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