El sentido final de todo juramento es la manifestación pública de la “honradez personal”. Ese es el motivo por lo que “jurar en falso”, siempre ha sido considerado ignominioso en todo tipo de cultura. No se puede obligar a realizar juramento que comprometa a llevar a cabo algo ilegítimo, imposible o contra la propia ideología personal o ética colectiva. Lo grave es hacer el juramento a sabiendas de las contradicciones personales. Los formulismos inventados para “salvar en privado” los compromisos de tomar juramento a los Cargos Públicos, no dejan de ser un estado de “tolerancia excesiva” por parte de los responsables de hacer cumplir las obligaciones legales y reglamentarias de cualquier sociedad. La famosa “honradez personal” sólo permite una vía, el respeto a los principios personales. Los “formulismos” son trampas toleradas e injustificadas y en consecuencia son lo más parecido a “juramentar en falso”. La convivencia de toda sociedad avanzada está regida por normas establecidas por acuerdo social mayoritario, llámense Constituciones.
Grave es JURAR y no CUMPLIR, pero mucho más grave es INVENTARSE un compromiso a sabiendas que es un SALVOCONDUCTO FALSO para alcanzar Cargos Públicos de responsabilidad social. La “tolerancia” política para la toma de posesión de categorías sociales de responsabilidad pública es inadmisible y debería estar prohibida reglamentariamente. “Tolerar para convivir” no tiene nada que ver con “tolerar para abrir caminos políticamente”. Esta permisividad congénita, en nuestra sociedad, lo único que ha conseguido es “establecer” un “fraude de ley”, al considerar el que “juramenta” que se le está obligando a un compromiso en contra de sus convicciones políticas personales. Esta circunstancia nos lleva a la conclusión de que lo grave no es el compromiso al que uno se ve obligado sino el hecho de JURAR a SABIENDAS DE…
La “Honradez Política” debería, de una vez por todas, eliminar todo este juego de intereses periféricos que generan “falsa estabilidad” en el marco Constitucional que todos hemos aceptado por compromiso mayoritario.
Por un Año Nuevo, 2022, próspero en lo que podamos, y justo y estable por COMPROMISO ESTABLECIDO..., ¡Brindemos!
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