Es difícil comprender que los funcionarios, en este Estado, estemos en MUFACE y que tengamos medicina privada. Hace un mes que mi urólogo tenía los resultados de la última resonancia. Ayer me comunicó que el tumor que tengo en la próstata ha aumentado y que tenía que acudir al oncólogo. No está dispuesto a enviar mi historial de seis años al último. Ahora tengo que esperar a que lo envíen, previo pago y después enviarlos al nuevo especialista, naturalmente, por correo. Cuando reciban todo, me darán cita.
Cierto es que, a pesar de estar en MUFACE, puedo optar a la Seguridad Social, que considero mucho mejor. Tengo el recuerdo de mi cuñado, quien, más coherente que yo, optó por la sanidad pública. Lamentablemente, necesitaba una operación y no pudo esperar a que le tocara, ante una larga lista de espera. Tuvo que recurrir a la privada y le costó un dineral. Este recuerdo me mantiene en ASISA.
¿Por qué me está pasando esto? El urólogo que me atiende trabajaba antes en la clínica a la que tengo que ir ahora. Tuvo un infarto y ahora solamente trabaja en la que me hice la última resonancia. Las empresas privadas consideran que al enemigo, ni agua. Ellos no tienen servicio de oncología y los enfermos no contamos ¿Qué importa que mi tumor continué creciendo o que se forme una metástasis. La razón que el urólogo tardara un mes en anunciarme el estado inquietante de mi tumor es la siguiente: tengo que tomar un taxi para ir a la consulta; 70 euros.
Cuando pasé la resonancia expliqué el caso, y consideraba que para comunicarme los resultados, la consulta podía ser telefónica. Tomaron mi número de ASISA , para asegurarse el pago. El urólogo consideró que podía esperar, mientras él atendía a sus clientes presenciales. ´Tenía asegurado el pago de lo mío.
Yo continúo con mi cita cotidiana: https://carlos-ortizdezarate.blogspot.com/ y con la novela que estoy escribiendo con un amigo. Lo más grave es que el urólogo, por lo que deduzco, me ha tomado como “conejillo de indias”.
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