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Llanuras de cumbres hipócritas

"Construye el sendero de ida y vuelta, para no olvidar jamás que te llamas hombre, y de apellido, tú mismo"
Ángel Alonso Pachón
miércoles, 30 de marzo de 2022, 10:08 h (CET)

Camino de los 91 años, trasiega, hoz en mano, limpiando maleza. Piensa que las cumbres siempre serán valoradas si saben conservar los caminos que bajan hacia el pueblo. De noche, llora en silencio, porque el consuelo fatuo, de día, lleva mucho de cortés y poco de comprensión. De día, camina miles de pasos en busca de los “otros”, los que no conocen las “cumbres”.


Es un poco monolítico, porque su vida ha transcurrido entre monumentos mudos que han llenado multitud de libros, llenos de mentiras y engaños, “modus vivendi con la fe y la esperanza de otros”, firmes y eternas formas griegas y latinas, “pistis-fides y elpís-spes”.


Es cierto que “no todo fue mentira”, pero sí que lo que comenzó, para muchos, como un sueño, se convirtió en el “método” de vivir como un rico pareciendo pobre, como un servidor pareciendo esclavo.


Estos sentimientos fueron creciendo, lentamente, hasta ser capaces de convertir los conventos en castillos difíciles de horadar… en mansiones de “pobreza” exterior, “románicos oscurantistas”.

“Ora et labora”, predicamento sincero, convertido por muchos en un mensaje para el hombre, “condenado a vivir” y necesitado de algo que justifique su madrugar… Las nuevas ediciones del “ora et labora” se van haciendo a través de “Redes”, ya no se firman y tienen poco porvenir.


Noventa y un año creando senderos para que los “otros” pudieran ir alcanzando “su cumbre”… Senderos de ida y vuelta, para ejercitar la memoria y no olvidar, la familia, el barrio, la calle, el hombre.


No sé si mis ochenta llegarán a la cumbre, pero he comenzado a limpiar el terreno de malas hierbas, de malas zarzas, de hojarascas que enredan y no dejan caminar… Espero que, al culminar mi marcha, pueda encontrar parte de la verdad que justifique “mi traje, mi equipaje, mis dudas y mi “pistis-fides y elpís-spes”.


Noventa y un año dejando verdades de “tierra y agua”, preñadas de sinceridad vital.


¡Que ese DIOS, muchas veces denostado por caminantes hipócritas, aprovechados que engendraron en la llanura “cumbres” falsas, sin esfuerzo, con luces artificiales…, que ese DIOS, ponga el sello de “FALSO”!


Ese noventa y un año, amigo y maestro, duro de carácter, corazón espumoso… me encontró el otro día, corrigió mi mensaje:

“Querido amigo, coge tu famosa goma y borra tanta imagen falsa de tu historia. El DIOS que nos enseñaron lleva tu nombre y el de todos los que llenan la calle… tira todos los disfraces que te vendieron… construye el sendero de ida y vuelta, para no olvidar jamás que te llamas hombre y de apellido, tú mismo”.

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