Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Algo más que palabras | Diálogo | Soluciones | Humanismo | Reflexiones

Influencias positivas

Lo significativo es la naturalidad vertida, actuar juntos, con buenos propósitos y coherentes obras, para encontrar soluciones adecuadas, eficaces y sostenibles
Víctor Corcoba
jueves, 28 de abril de 2022, 10:23 h (CET)

El mundo de hoy anda necesitado de un sincero y fecundo diálogo cultural, anímico, artístico y científico; ya no sólo entre los continentes, sino también entre uno mismo. Precisamos conocernos y reconocernos en este orbe diverso, donde cada cual es necesario para esa custodia viviente, de la que somos responsables. Esto nos exige una actitud de apertura en beneficio del acuerdo mutuo.


Desde luego, no hay mejor influencia positiva que la disposición desinteresada. Se trata de poner esa entrega generosa del espíritu humano, de la perseverancia donante, en valor cotidiano y clemente. A propósito, se me ocurre pensar en el éxito de un equipo, ya sea deportivo,  laboral o social, que va a depender de una serie de éticas, que es lo que nos hace crecer humanamente en armonía y ser campeones. Indudablemente, no hay mayor logro en el desarrollo de nuestras facultades, que sentir la placidez de hacer y sentirse familia, pensando en el bien colectivo y en prestar la asistencia que hoy tanto se requiere.

                

En efecto, nos faltan brazos para abrazarnos. Téngase en cuenta, que todo tiene defensa y restauración en esta vida, la cuestión es ponerse manos a la obra; y, en este sentido, el mejor viento para ese cambio reside en la educación, fomentando en los niños, ese afán cooperante de compromiso por avanzar en nuestra búsqueda común, siempre con una visión positiva en nuestras relaciones. Lo significativo es la naturalidad vertida, actuar juntos, con buenos propósitos y coherentes obras, para encontrar soluciones adecuadas, eficaces y sostenibles. Para ello, quizás sea el momento de escucharnos más, mediante una comunicación abierta y una auténtica expresión. Este es un buen modo, para ganar confianza y respetarnos unos a otros. De entrada, se podrá lograr una quietud mayor si unidos rechazamos con firmeza cualquier tipo de violencia y se mantiene una paciente mano tendida, que es lo que realmente da certeza y aporta tranquilidad.


Sea como fuere, también debemos huir del mero estado del triunfalismo; puesto que, nada es definitivo, tampoco la derrota es concluyente. Cultivar la sencillez, desde la sensatez, es lo que nos da la influencia positiva para no desfallecer y tomar una perspectiva de colaboración permanente, en el cumplimiento de aquellos deberes sociales a los que estamos obligados a dar una respuesta. Justamente, bajo esta configuración de incertidumbre que ahora padecemos, los gobiernos necesitan políticas sociales redistributivas, frente a multitud de absurdas contiendas que todo lo destruyen y dilapidan. Ser requiere, pues, de otras atmósferas más decentes. Lo que tampoco es de recibo es caer abatido y no levantarse, no dar oídos ni dejarse acompañar, hundirse y permanecer pasivos. Se trata de cambiar de actitud y de dejarse sorprender por nuevos ejercicios encaminados a mejorar una situación que nos produce sufrimiento.

                

En cualquier caso, pensemos que el mundo ha avanzado y esto es positivo; ya que si estamos además conectados a la realidad, más pronto que tarde nos hará enmendar caminos recorridos y abrazar horizontes distintos. La cuestión radica en no tirar la toalla jamás. Vivir, en suma, es eso: batallar cada día con el gozo de saber no perder la razón, de luchar por vivir. Al fin y al cabo, experimentar la belleza del paso imprime fuerza, es algo providencial,  orientado al crecimiento y al intercambio de experiencias, lo que nos hace despojarnos de cualquier egoísmo individualista para ser testigos de nuestros andares y de su continuo esfuerzo. 


Ciertamente, todo requiere energía y tesón, encuentro y reencuentro; y, para ello, contamos con la influencia positiva del español, la segunda lengua del mundo por número de hablantes nativos; el tercer idioma más popular en Internet, y el segundo en redes sociales, además de uno de los seis idiomas oficiales en las Naciones Unidas, cuestión fundamental para atendernos y entendernos en base a los derechos humanos. Esto nos ayudará, sin duda, a discernir más y a horrorizarnos menos.

Noticias relacionadas

Algunos lectores ni sabrán que Gibraltar se perdió por el Tratado de Utrecht (abril 1713 / julio 1715). Inglaterra heredó entonces Gibraltar y Menorca, aunque esta última la recuperamos merced a la Guerra por la Independencia de los Estados Unidos de América. ¿Y del Peñón? Llevamos un cuarto de siglo XXI, y sin noticias...

Suelo hacer ratos de oración ante el sagrario. La Fe nos dice que ahí está Dios, en forma de pan, pero no es pan, es Cristo con su cuerpo, sangre, alma y divinidad. Imagínate que Dios te concediera una audiencia, sin límite de preguntas, cuestiones, es decir, una entrevista no pactada. Te puedes enfadar porque no entiendes esto o aquello, porque tu hijo está enfermo, porque te han echado del trabajo, porque tienes una enfermedad grave, porque muchos niños se mueren de hambre.

El tercer fin de semana de noviembre se celebró en Madrid el Congreso “Católicos y Vida Pública”. Organizado por la Asociación Católica de Propagandistas, el Congreso cumplía su vigesimosexta edición, este año con el título “Quo Vadis? Pensar y actuar en tiempos de incertidumbre”.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto