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Rendirse tampoco es una opción. Por ello, quiero hoy unir mi voz a los sin voz, poner el oído en la buena sintonía y en la buena orientación a la hora de caminar, para proclamar por todos los horizontes, que la violencia es inaceptable como solución a los problemas. Existen medios no violentos para resolver conflictos, como pueden ser el diálogo, la mediación o el mismo arbitraje.
California, media tarde del 10 de marzo de 2024. Teatro Dolby, mismo centro de Los Angeles. Entrega de los Premios de la Academia. Fila 4, pasillo central. Butacas 20 y 22. Conversación informal entre dos de los rostros más buscados de la velada: Christopher Lanon y Bob Roberts, guionista-director y productor, respectivamente, de “El físico nuclear que odiaba a Mattel”, película favorita para esta edición.
El pasado 15 de noviembre, el presidente chino, Xi Jinping, y el estadounidense, Joe Biden, se reunieron durante cuatro horas -con traducción simultánea- para mantener un diálogo sobre cuestiones estratégicas fundamentales para las relaciones entre China y Estados Unidos y sobre cuestiones importantes que afectan a la paz y al desarrollo mundiales.
El diálogo resulta básico para cualquier pretensión de vida comunitaria; para encauzar los agonismos y antagonismos es un procedimiento necesario. Cuando no se practica, los entendimientos se tornan muy problemáticos. Exige unas mínimas cualidades de franqueza, respeto, tenacidad, y naturalmente, voluntad de dialogar. Y de por sí, cuesta lo suyo reunir estas condiciones.
En el orden político, democracia y diálogo van de la mano y mucho más en las repúblicas: las instituciones necesitan actualizarse conforme las necesidades ciudadanas y el contexto social. Pero qué sucede en las democracias cuando se configuran sistemas políticos 'als ob', sistemas democráticos de un “como si”, porque la prioridad es el espectáculo de la política y no la política.
Cuesta concebir, después del camino recorrido hasta ahora, que no tengamos aún aprendida la lección de relaciones y vínculos. Para ningún ser humano es saludable esta atmósfera tenebrosa, con su ciclo de venganzas y de derramamiento de sangre. Sea como fuere, hemos de tener claro, que no podemos continuar en conflicto permanente.
Coexistimos como seres en tránsito y en comunión por la vida; una historia que hay que valorizar, porque la memoria nos hace volver a lo que fuimos y somos. Jamás debemos olvidar este pasaje vivencial de ventanas abiertas; es menester envolvernos de nuestras raíces, reflexionar sobre ellas con el corazón y la mente.
Nunca me imaginé esto. Pero sé que esto y más… sucede en el mundo. Hace varios días me encontraba sentado en la acera donde vivo y vean lo que sucedió. Pasaron los predicadores de la religión mormona y educadamente me solicitaron si los podía atender. Les respondí, con todo gusto, espérenme solo tomo mis bastones de deambular. Está bien, respondieron. Abrí la puerta de hierro y salí.
Me envuelve una extraña melancolía mientras emergen los recuerdos de viejos textos y páginas desechas en un intento de dejar un pasado que, pese a que en su momento se percibió bondadoso y bueno, ahora, se ha entrelazado con el dolor de una rumiación presente y un deseo futuro; páginas que al ser reescritas una y otra vez su esencia perdieron en la atmósfera del miedo.
Felipe Matías Velasco (4 de junio de 1939 - 1 de septiembre de 2012) fue un extraordinario artista, filántropo y gestor cultural que alcanzó los niveles de la universalidad gracias a desentrañar finamente y encarnar la vena de la mexicanidad del sotavento oaxaqueño. Acertadamente, en julio del 2012 Felipe Matías fue declarado Patrimonio Cultural Viviente por el gobierno del estado de Oaxaca.
En un mundo globalizado, donde unos lo tienen todo y otros no tienen nada, verdaderamente es la mayor injusticia social que un linaje ha podido cultivar, un auténtico escándalo moral que nos deja sin abecedario para poder dialogar. Hay que dignificarse haciendo familia, tomando conciencia y siendo justos.
Razón tenía Samuel Beckett en aquellos escritos sobre el decir; enredaba a propósito las palabras, querer decir una cosa, no saber qué decir, tampoco acertar en cómo decirlo, decir por decir o desdeñar al fin el sentido de las palabras. Parece un reflejo de las maneras comunicativas empleadas hoy en día, los dichos generan una enrevesada madeja de expresiones.
Los diálogos incordiantes modelados por maquinaciones aviesas, se avizoran peligrosas complicaciones. Se resienten las conclusiones proclamadas, con el lógico enturbiamiento de las decisiones posteriores.
No hay político, que se precie de serlo, que no meta, en la primera ocasión que pueda, esta frasecita que, junto a “sin duda de ninguna clase”, esgrimen a cada momento para resaltar la convicción plena en sus razonamientos o en sus decisiones. Estas “verdades inquebrantables” duran lo mismo, en sus palabras y hechos, que las pompas de jabón que hacen mis nietos con un canuto de plástico.
Hay que meterse en faena, con transformaciones audaces, profundamente reformadoras. Tenemos que asentar la invención y la conjunción de fuerzas. Nos necesitamos todos por muy distintos que nos veamos y por muy distantes que nos encontremos. Es menester instaurar un espíritu cooperante y colaborador de los unos con los otros, en un afán que ha de dignificarnos como seres en camino, para la reconstrucción de un orbe más de todos que de nadie, más humano y consolador.
Inicialmente se convocaron 5.377 plazas que ahora se han ampliado en 2.380 puestos correspondientes al Plan de Estabilización, Ley 20/2021. Dicha ampliación es fruto del diálogo con las organizaciones sindicales que están participando en el proceso de negociación actual dentro de la apuesta de la compañía por el diálogo social continuo.
La comunicación positiva es esencial en las diferentes etapas que componen una historia de amor. ¿Cómo nutrir el diálogo, la cercanía y la comprensión? Es recomendable practicar la escucha activa, la paciencia, la asertividad y la empatía. ¡Te damos las claves para fortalecer la inteligencia emocional!
En los tiempos actuales me quedo con la lúcida sensación del intelecto; puesto que, tan significativo como rebajarse para sentir la verdadera grandeza, despojados de los deleites y los vicios mundanos, es bajarse del motor de la cotidianidad para despertar el sentido estético y contemplativo, que es lo que verdaderamente nos pone en sano movimiento, con su providencial abecedario de asombros.
El mundo de hoy anda necesitado de un sincero y fecundo diálogo cultural, anímico, artístico y científico; ya no sólo entre los continentes, sino también entre uno mismo. Precisamos conocernos y reconocernos en este orbe diverso, donde cada cual es necesario para esa custodia viviente, de la que somos responsables. Esto nos exige una actitud de apertura en beneficio del acuerdo mutuo.
Estamos hambrientos de buenos aconteceres. La puerta oscura del tiempo parece dejarnos sin espacio para el sueño y sin alas para poder volar. Es evidente que necesitamos una existencia renovada y unos caminantes que viertan otros hechos más enérgicos y liberadores, en cuanto al buen juicio y la certeza del aprecio. No podemos continuar en el terreno de la confusión.
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