Seguimos en el mes de marzo, mes completo destinado a la mujer desde que la fecha del 8M incurriera hace décadas en nuestra rutina anual y nos marcara el tono violeta de defensa de los derechos humanos, en igualdad, pero de modo más profundo en la mitad de la población mundial, como es la mujer aún en desigualdad. Así se puede dar que este número ocho del tercer mes del calendario coincida con Semana Santa o con Carnaval como ocurre este año en que la principal semana de la Fiesta de la Mujer y sus reivindicaciones coincide con los desfiles carnavalescos multitudinarios.
En este Carnaval coincidente en los desfiles se han utilizado temas femeninos al tiempo que se celebraba una dinámica de grupos cualquiera, pongamos una mesa redonda, y en el exterior se sucedía un entierro de la sardina de fin de semana, ya que no en todos lados se celebra así el miércoles de ceniza.
Bueno es saber que hay gente que va a todos lados, fruto de sus intereses y que da tiempo a todo si se quiere conjugar ese tiempo sin necesidad de recurrir a una mágica ubicuidad festiva.
En plena semana de carnavales he podido asistir y atender directa e indirectamente a varias mesas redondas que son el mejor tipo de reunión para dialogar y llegar a un consenso o al menos mostrar tu opinión sobre una temática concreta. Falta harían mesas informativas así, sobre todo en televisión, donde los tertulianos se pelean, se pisan al hablar, se insultan para que su mensaje prevalezca, a veces con elevación de tonos, sin dejar escuchar otras opiniones iguales o diferentes sobre un mismo tema pero resueltas de forma parecida.
En estas mesas, a veces formativas, se ponen en común conocimientos y experiencias, se da el dialogo, se prepara el ambiente, se anota lo importante, se evalúan resultados, si hay consenso, etc. Pero también hay reuniones informativas, de toma de decisiones y hasta creativas, solo falta estar preparado para hablar, que la palabra sea la base de actuación del grupo, siempre que sea posible.
En una de ellas, sobre deporte femenino, acudí invitada por La Tribuna y Caserío Vigón, disfrutando al escuchar a mi paisana Gema Arenas hablando sobre su experiencia de atleta, mujer y madre, junto a otras deportistas importantes.
En otra, sobre poesía y mujer, sobre literatura, invitada por la Concejalía de Igualdad de Úbeda hubo gran consenso sobre la responsabilidad de la mujer y la necesidad de utilizar la palabra a todos los niveles como principio de todo por las poetas allí reunidas. Las mesas redondas y dinámicas de grupos así dispuestas son ejemplos de feminismos moderados donde se escucha lo que se reivindica, aunque por supuesto se podrían exigir mejoras con métodos más radicales, pero siempre con la duda de si se conseguirían.
Las mesas redondas como instrumentos de comunicación permiten al grupo expositor de ideas lanzar distintas opiniones y aportaciones en un ambiente cálido y afectivo.
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