Han transcurrido muchos años desde aquellos primeros días del verano de 1936 en los que mi madre recibió el título de maestra en aquella vieja escuela Normal de la Plaza de la Constitución. Los avatares de la vida la apartaron del magisterio hasta que muchos años después se reintegró a la docencia hasta que se jubiló. Tres de mis hijos siguieron la estela de su abuela y se convirtieron en profesores de EGB, maestros o como se les llame ahora. La cadena familiar agregó ayer un nuevo eslabón en la figura de mi nieto Iván. Un maestro que viste el cargo con su apariencia de profesor despistado y una excelente formación como pedagogo y pianista. Asistir a la graduación de un nieto, al que anteayer paseabas en un carrito de bebé, te transmite un sentimiento de orgullo inenarrable. Una sensación de deber cumplido y la confirmación de que todos los esfuerzos propios y de todos los tuyos han obtenido su recompensa. Mi buena noticia de hoy me la transmiten esas oleadas de jóvenes universitarios que cada año se incorporan a la vida laboral o docente de nuestro país. Es una gran noticia el gran aumento de jóvenes que realizan sus estudios universitarios en una buena mayoría. Aun recuerdo la graduación de apenas una docena de alumnos que terminaron conmigo el profesorado mercantil. Unos tiempos en los que solo se podía estudiar en Málaga: Comercio, Peritos industriales o Graduados Sociales. Han cambiado los modos y las modas. Los atuendos y los discursos. El acto de graduación estuvo lleno de desparpajo y libertad de expresión. Risas, llantos, agradecimientos a las familias y al profesorado y monólogos televisivos. Pero detrás de todo esto una excelente formación. Un canto a la libre enseñanza, lejana del adoctrinamiento y abierta a los nuevos tiempos. Una riada de nuevos patrones que encauzarán el navegar de las generaciones venideras por la difícil singladura vital que se les avecina. Un par de cientos de jóvenes serios y formados que saben compaginar la enseñanza con la educación y la formación en valores. Espero que los políticos los dejen hacerlo. Que les ofrezcan menos nuevos planes de enseñanza y más medios de todo tipo.
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