Hay personajes, personajillos y aprovechados que tienen sus momentos de gloria, pero que luego dejan de ser útiles y tienen que resignarse a seguir vegetando desde otros ámbitos menos lucidos, en lugares de acogida donde se les da un sitio para que puedan ganarse la vida ¡siguiendo en su tarea de coje pelotas de aquellos políticos a las órdenes de quienes sirvieron! Todos sabemos de la triste trayectoria de este diario catalán del grupo Godó, La Vanguardia. De un periódico de prestigio nacional ha pasado a ser un simple panfleto al servicio del catalanismo más descarado y, por ende, se han convertido en unos defensores del señor Pedro Sánchez, el único que tiene en su mano seguirles ayudando en su fracasado intento de hacerse con la independencia.
Aquí, señores, tenemos a este articulista que lo fue todo en el gobierno socialista del señor presidente del Gobierno y que, vayan ustedes a averiguar porque tristes designios del destino, recibió el despido y desapareció de la primera línea de la política. Se trata del señor Iván Redondo que, en su poco airoso papel de un simple Vellido Dolfos, hijo de Dolfos Vellido, sigue intentando sacarle las castañas del fuego al señor Sánchez, su patrón, mintiendo y presentando la situación del gobierno socialista desde una perspectiva favorable, ignorando aquellas circunstancias extremadamente negativas que se están produciendo a medida de que España va aumentando su deuda pública y la inflación acompañada de un claro estancamiento de la economía nos está llevando, de cara al otoño, a una situación grave de estanflación.
Dios los cría y ellos se juntan porque, evidentemente, se necesitan unos a otros. Todo el elenco de periodistas que, con contadas excepciones, siguen colaborando con el periódico catalán, están comprometidos con la causa independentista, una causa que ha pasado de ser un deseo común de la mayoría de catalanes, a convertirse en una simple utopía que se muestra inalcanzable y que, cada vez, cuenta con menos apoyo dentro de la comunidad catalana. Se va imponiendo la sensatez y el convencimiento de que, si se sigue supeditando el futuro de Cataluña a esta obsesión inalcanzable, el porvenir de los catalanes puede convertirse en algo desagradable que los conduzca a una situación insuperable en la que pierdan todas las posibilidades de mejorar su estatus, convirtiéndose en una autonomía en declive, de segundo orden.
Por si le faltara algo a todo este llamado “process”, por si no fuera suficiente la actuación ejemplar de los tribunales españoles en relación con la fracasada declaración de independencia del 2017, algo se ha movido en los últimos días dentro del ámbito de la justicia europea, que viene demostrando que, todas las aspiraciones del independentismo catalán y de los señores Puigdemont y Puig de conseguir una reivindicación y apoyo de los tribunales europeos, parece que se han esfumado de un solo golpe. El instructor del llamado process, señor Pablo Llarena, ha recibido el reconocimiento a su tarea y la contestación a las consultas que hizo en relación a las demandas express de extradición de aquellos golpistas que evitaron la justicia española, huyendo a países extranjeros. El abogado general de la Unión Europea ha emitido un dictamen sobre la actuación de Bélgica con el exconsejero catalán LluísPuig y lo ha hecho para cuestionar que este país denegara su entrega a España, basándose en un hipotético riesgo de que se vulneraran sus derechos. Sostiene, el señor Richard de la Tour, que la autoridad judicial no puede denegar la ejecución de una orden europea de detención (ODE) a no ser que “disponga de datos objetivos, fiables, precisos y actualizados” de que existe un “riesgo real” de que se van a vulnerar sus derechos fundamentales. ¡Algo que, cualquiera que tuviera el más mínimo conocimiento legal ya había anticipado que sucedería¡ Sólo la cerrazón de quienes, aún teniendo conocimientos sobre las leyes, se negaban a admitir que pudiera suceder en los tribunales europeos una interpretación como ha hecho el abogado general de la UE¡ Un hachazo para las aspiraciones independentistas, podríamos pensar que definitivo, porque sólo uno de cada cuatro informes, que este letrado ha emitido para los tribunales europeos, ha sido rechazado por ellos.
¿Cómo va a quedar nuestro Gobierno y su política de cesiones ante las exigencias catalanistas, frente a un desaire a su comportamiento de la categoría del que están recibiendo de la justicia comunitaria?, ¿Cómo va a justificar el haber indultado de un tacazo, a todos aquellos que fueron condenados a largas penas de privación de libertad, sin que ninguno de ellos mostrara arrepentimiento ni propósito de no delinquir de nuevo, antes lo contrario? Ahora les va a tocar entonar el mea culpaa todos los “expertos” periodistas que quisieron enmendar al TS con sus interpretaciones absurdas e incoherentes de las leyes penales y procesales españolas, basándose en la actitud, completamente injusta, vergonzosa y, como se viene demostrando, ilegal de los jueces belgas.
De lo que parece que el señor Redondo no se entera es de que el ,proyecto de reformas para ayudar a superar la situación peligrosa que se estáproduciendo en España, ya se ha valorado en 12.900 millones de euros según los cálculos de la prestigiosa AIReF. No vamos a repetir los numerosos puntos en los que va a tener lugar la reforma, pero baste decir que, desde Europa, ya se nos ha advertido que estamos sobreendeudados y que no se puede seguir gastando más de lo que se recauda. Y todo ello, aun cuando la recaudación del 2021 ha sido muy elevada, pero de lo que no hay duda es de que, el modo de dilapidar los impuestos de nuestro gobierno, y su equivocada política de subirlos, cuando todo el resto de Europa los está bajando, no parece ser la más adecuada para que España pueda salir de la peligrosa situación en la que el actual gobierno filo comunista nos ha situado. La propia presidenta de la AIReF, señora Cristina Herrero, criticó “la improvisación” del Gobierno que hace difícil poder valorar los efectos de las reformas acordadas. Lo típico del señor Pedro Sánchez: actúa según lo que en cada momento es preciso solventar, a parches, sin que tenga una política general unificada sobre la forma en que debiera gobernar al país.
Europa avisa, el BCE toma medidas preventivas, el FMI nos sitúa para el otoño en una situación preocupante, todos los organismos relacionados con la industria, la economía, las entidades financieras y las grandes empresas productivas, van anunciando medidas preventivas para preparase para la crisis que se nos viene encima, todos menos nuestro Gobierno, que sigue en Babia pensando que, a nosotros, no nos va a afectar crisis alguna, porque somo más guapos que el resto. Pero, eso sí, una vez más se pone en marcha la apisonadora propagandística de la izquierda para culpar,¿qué rarono? de todo lo malo que esta sucediendo en nuestro país a la derecha, al PP y al señor Feijoo que, hasta ahora, no ha dicho ni “mu”, pero para el entramado socio comunista, hasta quien está callado, va en contra de su política.
O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, quisiéramos comentar, algo que, en ocasiones, no se tiene en cuenta. En Andalucía sucedió de una manera impensada y espectacular. Pronto vamos a tener elecciones municipales y es posible que vuela a ocurrir en alguna de las autonomías del resto de España, incluso en aquellas que el PP no había ganado antes. La mayoría silenciosa, la que no se manifiesta, la que va tomando nota de todo lo que va sucediendo y la que espera el momento de las votaciones para expresar sus preferencias. Han pasado unos años “horríbilis” con pandemias, leyes limitativas de los derechos, intentos de modificar la Constitución, evidentes atentados contra el derecho de propiedad, leyes y decisiones tomadas por el actual gobierno de socialistas y comunistas que han sido declaradas, por el TC, inconstitucionales.
Los españoles han contemplado como el gobierno ha ido cediendo un día tras otro a las exigencias separatistas de vascos y catalanes. Sin duda alguna, estamos convencidos de ello, la gran mayoría de españoles de diversas opiniones políticas, pero, al fin y al cabo, españoles estarán pensando que despedazar la patria es algo ruin y vergonzoso. Esperamos, de todo corazón, que sea así y que haya una reacción unánime para regresar a la España constitucional de la época de la transición.
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