Han sido años en los que la derecha ha tenido que soportar el estigma de ser corrupta. No es que no haya merecido el recibir el castigo por lo que, alguno de sus miembros notables, aprovechándose de sus cargos ha conseguido para sí o para el propio partido por métodos ilegales o por medio de contactos poco recomendables que, finalmente fueron descubiertos y denunciados por quienes, naturalmente, estaban interesados en que aflorasen al conocimiento público para el descrédito del PP y de quienes, aunque no tuvieran nada que ver con los delitos cometidos ( los que lograron probarse, que muchos de los imputados no han acabado con condenas, siendo archivados por los distintos jurados donde se sustanciaron).
El conocido caso Gürtel se ha convertido, para el partido popular, en una pesadilla que viene durando desde el noviembre del 2007, en el momento en el que fue iniciada, por la fiscalía, la investigación para que, a través de un largo proceso judicial y tres sentencias, haya servido a las izquierdas de este país como principal argumento en contra de la derecha, que se ha visto obligada a hacer verdaderas piruetas políticas para intentar salvar los muebles y superar una situación difícil debido a que la fama de corruptos, hábilmente dirigida por el aparato de propaganda de socialistas, comunistas y separatistas se desplegó con todos sus medios.
El hecho de que, después de tantos años (15) de haber tenido lugar aquellos hechos delictivos ( una muestra más de cómo la lentitud de la Justicia en los tribunales españoles produce, como efecto colateral, la presunción , llamada del telediario, de que el encausado, antes de ser condenado, si es que lo es, ya tiene el san Benito de que la opinión pública ya lo ha juzgado antes de que la Justicia haya tomado la decisión de hacerlo o de absolverlo) todavía las izquierdas sigan insistiendo en unos hechos que, en nada afectan a los actuales dirigentes del PP, ninguno de los que lo regentan en la actualidad pudo tener la más mínima relación ni participación en aquellas actuaciones ilegales. El señor Zapatero, una de las personas más nefastas para España pertenecientes al socialismo más radical, menos sensato y, por ende más estúpido, hace apanas unos meses en un acto electoral en las elecciones andaluzas se desgañitaba hablando del orgullo por el señor Griñán y el orgullo por el señor Chaves, a los que ponía como ejemplo de buenos gobernantes.
Pero, afortunadamente, después de casi 20 años de exhaustivas investigaciones por parte de la guardia Civil y la policía y de la labor ardua, incansable y fructífera de la primera juez que se hizo cargo del caso, la señora Mercedes Alaya, que consiguió encontrar motivos sospechosos de haber delinquido para empapelar a casi un centenar de personas que, de una forma u otra, tenían o habían tenido relación con los hechos objeto de expediente. El PSOE no ha cejado en ningún momento de intentar descafeinar el caso, desacreditar a la juez Alaya, llegando incluso a promocionarla al TSJA con el objeto de que tuviese que renunciar a la instrucción del caso. Vergonzoso, inmoral y, a todas luces una interferencia inadmisible en la labor de los tribunales de justicia.
Finalmente, para no remontarnos a otros tiempos y no perdernos en demasiados detalles o para ceñirnos a lo que pretendemos denunciar este comentario; después de un retraso por parte del tribunal sentenciador motivado, vayan ustedes a saber en virtud de qué norma legal inexistentes, se decidió retrasar el anuncio de la sentencia al parecer para que no tuviese efectos indirectos en la campaña electoral que tenía lugar en Andalucía, precisamente cuando era más necesario que los votantes supieran la calidad de quienes los habían gobernado durante tantos años convertidos en meros delincuentes que colaboraron en que personas sin derecho al cobro de ERTE lo cobraran y otras que deberían haber sido beneficiarias de las ayudas oficiales, no lo fueron.
Un fraude organizado por sindicatos, políticos y todo un sin fin de personalidades del PSOE que contribuyeron a la malversación de caudales públicos de unos 700 millones de euros. La confirmación de un sistema de fraudes en la concesión de ayudas sociolaborales. La sentencia de la Audiencia de Sevilla del 2019 condenó a 19 de los 21 acusados en el juicio de los ERE, saliendo dos absueltos. Estos señores, encabezados por Manuel Chaves y José Antonio Griñán, aquellos a los que Zapatero encumbraba en su apología mitinesca; han resultado culpables y, en el caso del señor Agriñán se habla de una condena de privación de libertad de seis años y dos días de prisión y de 15 años y dos días de inhabilitación absoluta por malversación y prevaricación. Manuel Chaves, otro de los personajes del PSOE que pasaron por toda la escala de autoridades, desde ministro a presidente de la Junta de Andalucía,ha sido ha condenado a 9 años de inhabilitación especialpor un delito continuado de prevaricación.
Por no alargar más el tema diremos que entre los socialistas condenados tenemos a Magdalena Álvarez (9 años inhabilitación); Gaspar Zarrías (9 años de inhabilitación) Antonio Fernández (7 años, 11 meses y un día de cárcel) y con diversas sentencias hasta el resto de los que han sido condenados por la sentencia del Supremo.
¿Qué se hizo de la superioridad moral de esta izquierda que nos han venido fregando por los morros durante años, menospreciando, condenando, insultando, y presumiendo de su ”inmaculada” gestión? ¿Qué va a argumentar ahora el señor Sánchez para justificar el desaguisado de los ERE fraudulentos? ¿Van a seguir teniendo la cara dura de criticar a la derecha por sus delitos, mientras siguen apoyando a los delincuentes de su partido? Un hachazo más a la credibilidad de aquellos que vienen pretendiendo que el pueblo piense que la derecha es la culpable de la gran pifia de este Gobierno completamente desfundado, deslavazado, desunido y haciendo aguas por los cuatro costados.
Ahora, ya lo verán ustedes, todo se va a centrar en desprestigiar a los magistrados del Supremo; a querer hacer valer los votos singulares de dos de los magistrados del alto tribunal; a decir que es una más de las jugadas de la derecha y que se trata de desprestigiar a las izquierdas de cara a las municipales, que están en puertas. Da igual, ya en España los ciudadanos se han empezado a dar cuenta de que las promesas, las ayudas prometidas, la recuperación imaginaria de la economía y las espurias relaciones del presidente Sánchez con los partidos separatistas y Bildu, no son más que la evidencia de que estamos ante unos revolucionarios que intentan despedazar a España desde el mismo gobierno de la nación. Las excusas que los ministros y el mismo presidente del Gobierno, argumentan para justificar la caída vertical de nuestra nación, no son más que intentos de hacernos ver que le inflación (en España es superior a la del resto de Europa) La guerra de Ucrania, el problema de la energía, el Covid (se han olvidado de que sigue siendo un problema para muchos españoles y la viruela del mono ( con más de 3.000 contagiados) a la que tampoco se menciona.
¿Por qué los ministros de economía, Hacienda e Industria, no nos informan a los españoles, de que la refinanciación de la deuda española, 162.000 millones de euros en plena escalada de tipos?¿De verdad piensa el ejecutivo que, aumentando el tope del gasto público, va a conseguir financiar todos los proyectos de ayudas que vienen anunciando, la mayoría de los cuales no se vienen aplicando por falta de una organización eficiente y adecuada, pese a que el dinero recaudado por impuestos y por lo que representa el aumento de precios de los productos, como consecuencia de la inflación y del incremento que percibe Hacienda de este aumento inflacionista?
O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, después de que sea publicada es importante sentencia, podremos dar por muerta la pretendida “virginidad” de las izquierdas que tanto han venido explotando gracias a sus eficientes servicios de propaganda que, ahora, nos imaginamos que van a tener que medir sus acusaciones antes de cargar contra la derecha acusándola de corrupción.
El escritor, ensayista y traductor, Idries Shah, nos obsequió con este pensamiento: “El proverbio dice que ‘la respuesta a un tonto es el silencio’; La observación, sin embargo, indica que prácticamente cualquier otra respuesta tendrá el mismo efecto a largo plazo”.
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